País sabroso

Siete restaurantes que están revolucionando Santiago de Chile

Son jóvenes, rebeldes y ambiciosos. Apuestan por el producto local, por la vuelta a las raíces y por poner en el mapa un país que está para chuparse los dedos. Estas son las caras que lideran la revolución gastronómica de la capital chilena.

Gastronómicamente hablando, Santiago de Chile está que arde. Sus regiones, sus barrios y sus calles están viviendo una emergente ebullición culinaria que no hace otra cosa que poner de relieve la riqueza de insumos y de talentos de un país que todavía tiene mucho que contar en términos de cocina.

El compás de cocineros y cocineras que están revolucionando la gastronomía chilena desde su capital y regiones está compuesto no solo de caras ya conocidas si no, también, de jóvenes chefs que están aportando una nueva visión de su país al resto del mundo a través de sus elaboraciones. La vuelta a los orígenes mapuches, la inspiración en la cocina criolla o las recetas tradicionales, el uso estricto de las temporadas y la recuperación del uso de los productos de mar, son algunos de los ejes que guían las líneas de trabajo de estas nuevas caras. La revolución gastronómica de Santiago de Chile ha comenzado y estos locales y sus jóvenes cocineros y cocineras son los responsables de esta nueva andadura.

 

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Malvaloca

© Malvaloca

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Malvaloca

Este gastrobar es una invitación a todos los comensales que pasan por allí para disfrutar de un ejercicio liberal de expresión gastronómica y maridaje. Capitaneado por Renzo Tissinetti, Malvaloca es la completa fusión de una carta de coctelería compuesta por 32 tragos contemporáneos y muy trabajados con una carta en la que trabajan el producto chileno más tradicional desde la técnica y la modernidad con el objetivo de darle una vuelta de tuerca a todos los platos. En palabras de Tissinetti, su objetivo es “despeinar los productos nacionales para darles media vuelta y re-enamorar a los clientes con productos básicos como la berenjena, el congrio, el piure o la morcilla”.

Galleria Dorian

© Galleria Dorian

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Galleria Dorian

Un bar fuera del tiempo, esa es la autodefinición de Galleria Dorian, un restaurante independiente y open mind (para gente abierta de mente) que absolutamente va con los tiempos y en el que hay lugar para todos.

Sus puertas abrieron en agosto de 2021 y desde entonces se ha convertido en una de las sensaciones de la ciudad porque, más que para ir a comer, es un local para ir a vivirlo. Entres sus mesas pasean malabaristas, drag queens, hombres y mujeres bailando y descolgándose del techo con cintas y un sinfín de sorpresas. En este local de sorpresas continuas, su cocina se centra en tratar de demostrar la cultura del país a través de platos en los que trabajan los productos chilenos, en su mayoría con proveedores del barrio Franklin.

Pulpería Santa Elvira

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Pulpería Santa Elvira

En una casa con más de 100 años de antigüedad, en la zona de Matta Sur -uno de los barrios que se están recuperando en Santiago de Chile-, se encuentra el restaurante Pulpería Santa Elvira. Un local en el que se trabaja la despensa chilena de la mano de pequeños recolectores y productores de verduras y hortalizas orgánicas con cuyos productos crean una carta de temporada diferente y muy escueta que cuenta únicamente con cuatro entradas, cuatro fondos y dos postres a los que les dan la vuelta combinando sabores y texturas para crear platos vistosos y muy, muy, sabrosos. Además, su oferta se completa con la propuesta que hacen los vecinos del barrio que le rodean, quienes elaboran refrescos probióticos como la kombucha -incluida ya en su carta de bebidas- o el café que tuestan en los tostadores del barrio.

Recreö con hambre

© Recreö con hambre

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Recreö con hambre

Este local lleva un paso más allá uno de los bocados más típicos chilenos: los sánguches. “En Recreö con hambre hacemos sánguches con una única intención: que cada elaboración transmita un momento de alegría y satisfacción, nada más”. Así surgen entrepanes sabrosos y para chuparse los dedos, elaborados teniendo especial cuidado con las cocciones y preparaciones de cada uno de los ingredientes, provenientes en su mayoría de proveedores locales. Bocadillos como el de su pastrami ahumado hecho en casa, el de berenjena asada con pimientos ahumados, el de albóndigas con salsa barbacoa casera y tocino crocante o el vegano con hamburguesa de quinoa y poroto blanco.

Veneno Negro

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Veneno Negro

En una casona en el barrio Italia se encuentra Veneno Negro, un restaurante que comenzó su andadura como un foodtruck en el Mercado Persa del barrio de Franklin, en donde ofrecen cocina de autor, creativa y de temporada que maridan con todo tipo de bebidas y mocktails sin alcohol. A través de una carta con 12 platos -en su mayoría veganos- buscan democratizar la gastronomía chilena y sus productos locales sin invadir los sabores.

Fiol Dulcería

© Fiol Dulcería

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Fiol Dulcería

Convencida de que la investigación y el desarrollo son la base para crear nuevas experiencias a través del paladar, Camila Fiol recupera a través de sus elaboraciones en Fiol Dulcería los dulces chilenos de antaño elaborados sin colorantes ni conservantes. Las gomitas, las calugas, los turrones, los masticables, los mantecados y los marshmallows forman parte de una carta a la que se le unen los helados soft, con sabores que cambian todas las semanas y que se sirven sobre barquillos hechos en casa y se decoran con toppings.

Demo

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Demo

En el barrio Franklin, dentro del galpón de los anticuarios del mercado Persa Víctor Manuel y concretamente en la galería La Curtiembre, se encuentra Demo, un local con solo siete mesas que únicamente abre los sábados y domingos. Entre librerías, tiendas de diseño alternativo, pequeños stands con ropa de segunda mano y piezas de anticuario, se abre paso una pequeña cocina a la vista -más bien, un cubo transparente- donde su oferta comienza en el desayuno con cafés de especialidad acompañados y dos menús completos que van cambiando a medida que van llegando los productos de la temporada.