Beber naturaleza

El té de bosque que viene de Tailandia

El Forest Friendly Tea crece de forma salvaje y se recolecta y seca a mano consiguiendo de cada cosecha algo único.

Según el primer libro científico escrito sobre la historia del té, Tale of Tea, escrito por el profesor George L., el origen del té se encuentra hace miles y miles de años atrás en la zona de Himalayan Tail, un área entre selvática y bosque de alta montaña con gran profusión de vegetación y reducto de biodiversidad. Un entorno salvaje, en medio de la naturaleza húmeda, cálida y frondosa de los bosques tailandeses, donde a día de hoy sigue creciendo un té único que forma parte del proyecto Forest Friendly Tea y que ahora se puede encontrar en el catálogo de Tea Shop con una producción limitada de ocho blends excepcionales.

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Las montañas del norte de Tailandia en donde crecen las plantas de té © Forest Friendly Tea / Tea Shop

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El origen del té

En esta zona, que formaba parte de las rutas de aprovisionamiento de las primeras culturas nómadas, se descubrió la Camellia Sinensis Assamica una planta que, al masticar sus hojas, producía un sabor amargo, ácido y umami, sabores muy especiales y únicos. “En ella descubrieron la teína y se dieron cuenta de que les daba energía”, Kenneth Rimdahl, quien dirige el proyecto Forest Friendly Tea en Tailandia. “Como eran nómadas y no encontraban esas plantas fácilmente, empezaron a fermentar sus hojas en tubos de bambú para podérselas llevar e irlas consumiendo”, añade comentando que esa pasta de té fermentada que se llama hmiang se sigue realizando y consumiendo en todo el país.

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Mujer recolectando hojas de té © Forest Friendly Tea / Tea Shop

Té de bosque

Es en ese área, Himalayan Tail, que comprende diversas zonas de Vietnam, Laos, Tailandia, China e India, donde crece de forma espontánea y salvaje la Camellia Sinensis Assamica, una planta que de manera natural forma parte del ecosistema y la naturaleza de estos bosques.

Esos árboles, algunos de ellos centenarios e incluso milenarios, crecen sin intervención humana más allá de la poda. El árbol del té es una pieza más de esos bosques, un elemento que, con su existencia, permite la vida de la flora y fauna con la que convive. Se trata de un ecosistema en sí mismo.”, explica Kenneth Rimdahl.

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Plantas de té © Forest Friendly Tea / Tea Shop

Sostenibilidad natural

Sorprende saber que Tailandia es uno de los grandes productores de té en la actualidad, y que guarda entre estos bosques salvajes uno de los tés más interesantes del mundo. “Mientras en China o Japón, donde ya hay 14 y 8 generaciones respectivamente cultivando té, en Tailandia solo hace 2 generaciones que se realiza a pesar de que es una planta que crece de forma espontánea en el bosque”, añade. Y es que estas plantaciones forman parte de la naturaleza y flora de la zona y son los campesinos los que se ocupan de ellas y del bienestar del bosque porque en esa relación simbiótica, el bienestar de uno es el del otro.

Esto es lo que trata de poner en valor el proyecto Forest Friendly Tea con el que se busca dar aconocer el té producido en los bosques tailandeses y la labor de los campesinos que cuidan de estas zonas. “El campesino entiende la importancia de cuidar sus bosques no solo porque sea beneficioso para el medioambiente o el planeta, sino para la subsistencia de su fuente de ingresos: creemos en enseñar a sacar el máximo partido de la naturaleza haciendo equipo con ella”, argumenta Rimdahl asegurando que hubo un tiempo en el que “los lugareños empezaron a talar árboles porque necesitaban fuentes de ingreso para subsistir. Nuestra principal tarea es la de comprar el té a los campesinos con la única condición que no talen los árboles del bosque. De esta manera, esa biodiversidad se transforma en un valor para el campesino haciendo que, aunque sea poco a poco, la misma población sea la que defienda su ecosistema y que los campesinos y recolectores sean, en definitiva, los principales protectores del bosque”.

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Hojas de té recolectadas y listas para secar © Forest Friendly Tea / Tea Shop

Una planta, cinco tés

El proyecto Forest Friendly Tea busca encontrar un balance entre la sostenibilidad del medioambiente, el cuidado de sus campesinos y recolectores y la búsqueda de un té de calidad único en el mundo. Por eso, toda la recolección de los brotes se realiza de forma manual entre los bosques tailandeses, igual que el secado, que depende su forma de realizarse en función del té que se pretende obtener.

“El blanco solo se seca hoja por hoja sin que éstas se toquen para que no fermenten y es un proceso muy laborioso, mientras el té verde no se seca, se calienta en un wok antes de que la hoja se empiece a oxidar -con el objetivo de para parar la oxidación- y se enrolla para eliminar las enzimas de la planta y se pone a secar al sol. Sin embargo, el oolong es semi oxidado, se calienta y se trata como el verde con la diferencia de que la hoja tiene algo de oxidación. Por el contrario, el té negro se elabora con las hojas totalmente oxidadas y pasa por una pequeña fermentación y, el té amarillo, se mete en sacos de tela para realizar una pequeña fermentación una vez se ha parado la oxidación al calentar las hojas”, explica Rimdahl haciendo ver que no es la planta si no la forma de tratarla la que hace que se consigan diferentes tipos de té.

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Una de las mujeres que trabaja en las plantaciones de té © Forest Friendly Tea / Tea Shop

El sabor del té de bosque

La peculiaridad de la Camellia Sinensis Assamica, que crece salvaje en el Himalayan Tail, es que “tiene un aroma y sabor en boca menos definido. Su sabor es natural, más ancho, más mineral y un tanto desconocido, puesto que no hay referentes que podamos asociar”, comenta. “Además, el tamaño de sus hojas es más grande, de manera que los brotes con los que elaboramos el té, también lo son y tienen concentraciones inusuales. Otro rasgo que define estos tés es que es la propia naturaleza la que, cosecha a cosecha, imprime esos matices siendo imposible replicar matices y sabores: un año lloverá más y se percibirá en el sabor, y otro lloverá menos y pasará otro tanto. Cada cosecha es, en definitiva, única”.

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© Forest Friendly Tea / Tea Shop

Cada uno de estos blends es una producción limitada que se han incorporado al catálogo de Tea Shop permitiendo a su clientela descubrir uno de los sabores más inusuales de su carta de tés. El Thai Tropical Sunset Tea, incorpora la papaya y el mango; El Thai Rainbow Tea cuenta con té blanco, té oolong y aroma de melón, melocotón y fresa-; el Thai Oriental Chai Tea y el Thai Mango Black Tea, se elaboran con té negro, con canela, jengibre y clavo el primero y aroma de mango el segundo; el Thai Blend Green Tea incorpora jengibre y aroma de melocotón; el Thai Coconut Green Tea cuenta con aceite de coco; el Thai Ginger Oolong Tea, cuenta con lemongrass y jengibre en seco; y, el Thai Lychee Oolong Tea, aroma a lychee. Además, todos y cada uno de ellos se venden a granel, pero es posible consumirlos con las bolsas reutilizables de algodón orgánico para infusiones de Tea Shop, Organic Cotton Tea Filter, con las que permitir que el té infusione todo su aroma y libere el máximo potencial de sabor.