No tiene porqué ser aburrido, ni escaso, ni apagado. El aperitivo puede ser lo que cada uno quiere que sea. Puede ser un picoteo que termine en comida o una comida de picoteo. La hora del vermut es para disfrutarla despacio, como la sobremesa, con buena conversación y mejores productos. Porque las mejores historias ocurren en torno a una mesa.