Volcada al mar. Solo así se puede entender la historia de Portugal, una nación que asomada desde el océano Atlántico lanzó sus naves a recorrer, descubridores mediante, buena parte de un mundo que, hasta la fecha, nunca había sido hollado por un occidental. La Ruta de las Indias Occidentales y Orientales marca el rumbo gastronómico de la Navigators Table Dinnerdel hotel Renaissance Porto Lapa, en uno de los barrios con más encanto de Oporto, que invita a descubrir la cocina lusa entre arrebatos de canela y pinceladas de cacao.
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Entre medias, aquellos descubrimientos por partida doble iban mucho más allá de avistar tierra o fondear. Para los libros de historia quedan nombres como Vasco da Gama, Fernão de Magalhães, Diogo Cão, Alvares Cabral, João Gonçalves Zarco…, responsables de abrir aquellas primeras puertas que, más allá de sus límites geográficos, comenzaron a girar sabrosos picaportes que hoy sirven de base para el Menú Navigators.

Trigo, cerdo y yema curada del pase Embarque © Renaissance Porto Lapa
LA RUTA DE LAS ESPECIAS
Tematizado y en una inmersión 360º, el festín —que habría seducido incluso a tan avezados marinos— es un repaso gastronómico de la historia de Portugal y los ingredientes que ha ido asimilando de aquellas rutas comerciales, que hacían de sabores inusuales nunca vistos en Europa su razón de ser.
Bajo ese doble fondo, el menú relata punto por punto en seis pases cómo fueron aquellos descubrimientos, trasladados a la cocina contemporánea, que incluso parten del primer bocado, al que bautizan como Embarque, y que emula aquellas duras (hoy más sabrosas) condiciones culinarias que se podían servir en una carabela del siglo XV donde el pan y el trigo, así como las carnes curadas, tenían especial importancia. Un comienzo que, a medida que el menú evoluciona, hace imaginar cuáles serían aquellas primeras sensaciones que podían sentir los marineros una vez pusieran pie en tierra firme. Jengibre, jugosas naranjas, toques de zanahoria y mariscos como el carabinero forman así parte de ese Descubrimiento de la India que empieza a hilar en toque especiados de gran frescura una ruta ineludible para la historia de Portugal.

Cordero, clavo, canela y calabaza © Renaissance Porto Lapa
RUMBO AMÉRICA
Ya con la vista puesta en América, la gran joya de la corona portuguesa en forma del rotundo Brasil, el menú se integra en referencias como el tomate o las famosas feijoas, fundamentales para entender la cocina de legumbres a ambos lados del Atlántico, pero también a los pescados de roca que se daban en aquellas costas casi ignotas. Del continuo ir y venir imperial, Portugal se enriqueció —tanto en sus arcas como en su cocina—, invitando también a participar desde la Navigators Table Dinner a una ruta de las especias que toca algunas de las islas más representativas de este derrotero náutico, poniendo clavo y canela en compañía del cordero, formando un trinomio infalible.

Cítricos, canela y té matcha © Renaissance Porto Lapa
de asia a europa
Así, al compás de la frescura y de lo exótico, el viaje de vuelta igual se embebe de aquellos primeros contactos con Japón —pues los portugueses fueron los primeros europeos en pisar tierras niponas—, convirtiendo el postre en un homenaje al Sol Naciente a costa de cítricos y té matcha, antes de pasar al cierre, igualmente viajero, donde el cacao, el café y la vainilla, hoy fundamentales en nuestro día a día, rematan una ruta gastronómica desde Renaissance Lapa que honra a los marineros portugueses.