Burgos en miniatura

Viaje al pueblo de Burgos más ducal... y sabroso

Desde su Parador hasta su especial morcilla, esta pequeña localidad de Burgos ha sabido conquistar a los visitantes con su magnificencia, su elegancia, su historia... y su cocina.

Uno de los pueblos más bonitos de Burgos, sí, pero también uno de los más interesantes y, cómo no, en el top de los más sabrosos. Su posición privilegiada sobre el río Arlanza y sus alrededores le convirtieron en objeto de deseo no solo de romanos, sino de muchos otros a lo largo de la historia. Convertido más tarde en villa ducal al servicio de los Austrias, su centro histórico guarda vestigios del esplendor del siglo XVII, un escenario cuya grandiosidad se realza aún más con su gastronomía, una excusa más para acercarse a este pueblo burgalés

Seguir viajando

Lerma
Shutterstock | Lerma desde el aire

dormir en la casa de un duque

La historia del Palacio Ducal de Lerma se remonta al siglo XVII, durante el reinado de Felipe III de España. Construido por orden de Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, conocido como el Duque de Lerma, se caracteriza por su magnificencia y grandeza. Sus fachadas, adornadas con detalles arquitectónicos elaborados, como columnas, balcones y escudos nobiliarios, son la antesala a un interior de amplios patios, salones majestuosos y una capilla.

El Duque de Lerma, principal consejero y hombre de confianza del rey Felipe III, acumuló durante su mandato una gran cantidad de poder y riqueza con la que decidió construir un palacio que fuera un símbolo de su estatus y prestigio. La construcción comenzó en 1601 y se llevó a cabo bajo la dirección del arquitecto Francisco de Mora, al igual que la Plaza Mayor en la que se ubica, una de las mayores y más bellas de España.

Palacio Ducal de Lerma
Shutterstock | Palacio Ducal de Lerma, actual parador nacional

Completado en 1617, el edificio combina elementos renacentistas y herrerianos, estilos arquitectónicos predominantes en ese momento. El palacio se convirtió desde entonces en un centro de actividad política y social, donde se celebraban reuniones, bailes y banquetes o incluso se alojaba a miembros de la realeza y otros personajes importantes que visitaban la villa.

Después de la caída en desgracia del Duque de Lerma, el palacio pasó por diferentes manos y su uso varió a lo largo de los siglos. En el siglo XX fue adquirido por el Estado español y se convirtió en el Parador de Lerma, un hotel de lujo que acoge a visitantes de todo el mundo.

wikipedia
Wikimedia

En su interior sorprende la cuidada restauración y la atención al detalle que se ha mantenido en cada rincón del edificio. Los techos altos, los frescos en las paredes y los muebles de época sumergen en un ambiente de sofisticación donde cada habitación ha sido decorada con esmero para mantener la esencia histórica del lugar sin renunciar a las comodidades modernas.

Su grandeza y belleza lo convierten en uno de los principales atractivos turísticos de la Villa Ducal de Lerma, y su historia y elegancia transporta a sus visitantes y huéspedes a una época de poder y esplendor en la corte española.

Ex-Colegiata de San Pedro en Lerma
iStock | Ex-Colegiata de San Pedro en Lerma

Qué ver en la villa ducal

Más allá de su imponente Palacio Ducal, Lerma guarda algunos secretos que sus visitantes se muestran deseosos de descubrir. Partiendo de este, y en la misma Plaza Mayor, se encuentra la Ex-­Colegiata de San Pedro, otro punto de interés que no se debe de perder de vista.

Esta iglesia de estilo barroco es considerada una de las mejores muestras de este arte en España. Su fachada impresionante y su interior exquisitamente decorado deja sin palabras, al igual que la Capilla del Sagrario, un verdadero tesoro artístico en el que admirar sus pinturas y esculturas.

Lerma
Shutterstock | Calles de Lerma

En el patio de la Ex-Colegiata se encuentra una estatua de José Zorrilla, literato español que residió en la villa y cuya casa, ubicada en la calle que ahora lleva su nombre, es digna de admirar por su fachada, en la que se imprimieron algunas citas de su famosa obra de teatro Don Juan Tenorio.

A quienes les apasione también la historia, una buena recomendación es visitar el Archivo Histórico Provincial de Burgos, ubicado en el Palacio de los Condes de Miranda. Aquí se encuentra una colección impresionante de documentos y registros que datan de siglos pasados en los que sumergirse en la historia de la región y descubrir sus misterios más ocultos.

Campos de Castilla desde Lerma
iStock | Campos de Castilla desde Lerma

En cuanto a edificios históricos se refiere, algunos de los más reconocidos son el Convento de San Blas – donde las monjas dominicas siguen velando por la belleza clasicista de principios del siglo XVII – y el Convento de Santa Teresa, que acoge la actual Oficina de Turismo y el Ayuntamiento, además del Centro de Interpretación de Lerma.

Entre este último monasterio y el de Santa Clara existe un pasadizo que anteriormente fue mucho mayor, pues conectaba el Palacio Ducal con la Colegiata de San Pedro para que los nobles pudieran asistir a misa sin pisar tan siquiera la calle.

Además de probar su gastronomía, no se puede dejar Lerma sin disfrutar de sus vistas panorámicas. Para ello, se ha de dirigir los pasos hasta el mirador del Canto, situado en las afueras del pueblo. Desde este punto, se puede contemplar la belleza de los campos de Castilla y el majestuoso horizonte que se extiende ante los ojos.

asador de aranda
Asador de Aranda

Dónde y qué comer en Lerma

El lechazo, el plato estrella de la comarca

La Indicación Geográfica Protegida (IGP) del Lechazo de Castilla y León corresponde a las razas autóctonas churra, castellana y ojalada, pero la más utilizada en Lerma es la primera de ellas, una de las razas más antiguas del país y, de las tres, la que menos abunda, pero de las que mejor sabor y textura dejan en boca. 

Considerado por los tratadistas del siglo XVII como “el animal de más provecho y más necesario para el hombre de cuantos Dios había creado”, la época ideal para probarlo es en la primavera, por el sabor que los nuevos pastos regalan a la carne. 

Seguir viajando

posada de eufrasio
Posada de Eufrasio

Posadas y asadores, verdaderos templos

La esencia castellana alcanza su máxima expresión en la Posada de Eufrasio, que ya en los años 40 regentaba el abuelo del actual dueño. El respeto por la historia y la tradición se palpan en un edificio que ofrece diez habitaciones dobles con vistas al valle de Arlanza, un salón amplio con chimenea y espacio de juegos y un restaurante asador donde probar los platos más tradicionales de la comarca.

Su restaurante, galardonado en los premios Bib Gourmand de 2017, ofrece una cocina anclada a las costumbres gastronómicas del valle y al producto local con huerta ecológica y vino propios, pero abriéndose a otros mercados para ofrecer, por ejemplo, carne wagyu de Japón.

Seguir viajando

Ya no solo por la comida, sino por el lugar donde se sirve, es imperativo visitar también Galoria, ubicado en el palacete del siglo XIX del primer gobernador del Banco de España, Ramón de Santillán, y restaurado por sus actuales dueños.

Otros negocios, como el Asador Caracoles, tienen más de un siglo de historia a sus espaldas, mientras que el Asador Casa Brigante se sitúa en una de las casas porticadas de mediados del siglo XIX de la Plaza Ducal, que antiguamente ocupaba una botica.

Morcilla de Burgos con toque propio

Como bien se sabe, la morcilla de Burgos, con su propia IGP, es conocida por ser sosa, sabrosa y picajosa, pero existen algunas variedades, casi tantas como pueblos de la provincia donde la gente le da, cada uno en su casa, un toque distintivo. En el caso de la de Lerma, el arroz está precocido, absorbiendo así mejor la sangre del cerdo, y además un poco más especiada que en la receta base. Para hacerla, se utilizan cuatro especias principales, como son el pimentón, el anís, el orégano y la pimienta, además de comino, una pizca de clavo e incluso un pellizco de canela. 

vinos arlanza
Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas

D.O. propia, pequeña y joven

Aunque existen registros sobre el cultivo de la vid en la zona desde el siglo VII, no ha sido hasta 2007 que los vinos de Arlanza han conseguido su propia denominación de origen, compuesta por 67 municipios. Esta D.O., una de las más jóvenes del país, se caracteriza por sus vinos de gran potencia, que reflejan la dureza del clima al que se enfrenta la uva, realizados, en su mayoría, con la variedad Tempranillo o Tinta del País, como se le conoce en la zona.

En los subsuelos de Lerma, varias galerías conectan antiguas bodegas bajo las casas que pueden conocerse y combinarse con visitas a negocios como Palacio de Lerma, que además de mostrar sus instalaciones y hacer maridajes, organiza actividades de campo, catas a ciegas, paseos entre viñedos, tanto a pie como en bicicleta, e incluso un taller para elaborar un vino propio.

pasteleria eceiza
Pasteleria Eceiza

La pequeña repostería

En 1978, en el Monasterio de la Ascensión de Nuestro Señor, más conocido como Convento de Santa Clara, en Lerma, la hermana Blanca se arremangó y comenzó a preparar dulces cuyas recetas acabaron perdurando en el tiempo.Las hermanas de Iesu Communio, instituto religioso femenino, son las encargadas de elaborar todo tipo de postres: chocolates, brownies, membrillos, galletas, bombones, chocolates, trufas, pastas de té, tartas, mousses… No hay dulce que se les resista.

La cocina como fiesta

La gastronomía se encuentra en todas partes: en las tradiciones, en la historia, en los negocios y, cómo no, en las fiestas. En el caso de Lerma, además de productos como las morcillas, el lechazo u otros típicos de la comarca, como el queso de Burgos, la miel, las nueces o las setas, las festividades también van de la mano de la comida. Un ejemplo en San Antón, el 17 de enero, cuando se hace rodar la naranja, una singular tradición centenaria en la que los niños arrojan esta fruta colina abajo, y de la que curiosamente nadie conoce el origen.

El 3 de febrero, festividad de San Blas, se elaboran en las panaderías de Lerma y la comarca las típicas emes, dulces con la forma de esta letra, roscas de San Blas y otros postres, que se llevan al monasterio para ser bendecidos.