Ir a París y no pasarse una tarde recorriendo las salas del Museo del Louvre es como quien no ha ido a París. La que fuera antigua y majestuosa residencia real, se ha convertido con el paso del tiempo en la justa representación del museo moderno y, sin duda, en una de las cinco pinacotecas más importantes y famosas del mundo.
Por supuesto que el verdadero tesoro son las piezas de una colección de más de 35.000 obras expuestas, donde destacan cuadros galácticos de la historia del arte, como La Gioconda, de Leonardo da Vinci, La balsa de la Medusa, de Théodore Géricault o La Libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix; pero tampoco hay que quitarle ojo a todos los datos y curiosidades que forman la intrahistoria que ha llevado al Museo del Louvre a ser uno de los mejores museos del mundo.