Un museo entre muchas estrellas
Toulouse-Lautrec, Degas, Vlaminck o Juan Gris, entre muchos otros, forman parte ya del fondo del nuevo Museo de Arte Moderno de la Abadía Real de Fontevraud, en la región francesa del Loira Atlántico. Este espléndido conjunto monumental fundado hace 9000 años, con hotel y restaurante del chef Thibaut Ruggeri (Bocuse d’or y una estrella Michelin), amplía así una oferta artística que le había dado fama internacional con propuestas multidisciplinares de jóvenes creadores que vinculan arte con territorio.
Foto: Abadía de Fontevraud
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La colección particular de Martine y Léon Cligman
El nuevo museo nace gracias a la donación realizada por Martine Lévy y Léon Cligman de 861 obras de los siglos XIX y XX, así como piezas de la Edad Antigua y también objetos de culturas de África, Asia, Oceanía y América.
La pareja de coleccionistas había ido adquiriendo piezas en galerías y subastas de arte desde los años 60 hasta los 90, en una especie de continuación de lo que décadas antes habían hecho el matrimonio de Pierre y Denise Lévy, los padres de Martine, que en 1976 donaron al estado francés la colección que hoy se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Troyes, en la Champagne. Martine y Léon se volcaron sobre todo en el arte figurativo de entreguerras y las creaciones de artistas de Europa del Este que se instalaron en París.
La colección puede también consultarse online a través del web de la Abadía Real de Fontevraud.
Foto: Abadía de Fontevraud
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Las obras más llamativas
El nuevo museo de la Abadía de Fontevraud exhibirá obras curiosas y poco conocidas, como una escena interior de Camille Corot o un autorretrato de Toulouse-Lautrec. También destacan las 14 piezas monumentales del escultor Germaine Richier y los 36 dibujos originales del Satyricon de André Derain.
Las piezas de otros continentes muestran el vínculo entre el arte moderno occidental y el arte de civilizaciones lejanas. De hecho, muchas de las piezas de la colección Cligman pertenecieron a artistas, como La cabeza chipriota del siglo vi a.C., o a marchantes como Paul Guillaume primer propietario de las estatuillas africanas. En este apartado se exponen figuras cicládicas y mesopotámicas con más de mil años de antigüedad.
Otras joyas de la corona
Este monumental recinto monástico, fundado en 1101 cerca de la ciudad de Saumur en el Valle del Loira, fue un enclave de gran relevancia política en la Francia medieval. Leonor de Aquitania, reina de Francia y después de Inglaterra, pasó aquí sus últimos años de vida y convirtió la abadía en el mausoleo de los Plantagenêt. El sepulcro de Leonor preside hoy la iglesia abacial junto a los de su marido, Enrique II de Plantagenêt, el hijo de ambos, Ricardo Corazón de León, y la esposa de Juan sin Tierra, Isabel de Angulema.
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El nuevo museo ocupa la Fannerie, el primer edificio que se visita al entrar en el recinto de la Abadía Real y acceder al gran patio. Las salas de exposición se completan con un espacio exterior que también acogerá muestras de arte.
El proyecto arquitectónico es obra de Christophe Batard, de la agencia 2BDM, mientras que la escenografía ha corrido a cargo del estudio Constance Guisset. Como resultado, el recorrido museográfico es en realidad un paseo por la trayectoria coleccionista de los Cligman y por el eclecticismo que caracteriza la primera mitad del siglo XX.
La Fannerie, erigido hacia 1786 en la parte norte del patio central, es uno de los edificios más recientes de la abadía. Fue erigido para almacenar el heno, foin en francés, de donde deriva el nombre de fannerie; hasta finales del siglo XVIII acogía los establos y también fue utilizado como prisión.
Vídeo: Google Earth
La Fannerie, la nueva sede del museo
Vídeo: Google Earth
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La Fannerie, la nueva sede del museo
El nuevo museo ocupa la Fannerie, el primer edificio que se visita al entrar en el recinto de la Abadía Real y acceder al gran patio. Las salas de exposición se completan con un espacio exterior que también acogerá muestras de arte.
El proyecto arquitectónico es obra de Christophe Batard, de la agencia 2BDM, mientras que la escenografía ha corrido a cargo del estudio Constance Guisset. Como resultado, el recorrido museográfico es en realidad un paseo por la trayectoria coleccionista de los Cligman y por el eclecticismo que caracteriza la primera mitad del siglo XX.
La Fannerie, erigido hacia 1786 en la parte norte del patio central, es uno de los edificios más recientes de la abadía. Fue erigido para almacenar el heno, foin en francés, de donde deriva el nombre de fannerie; hasta finales del siglo XVIII acogía los establos y también fue utilizado como prisión.