Con los miradores de Barcelona sucede igual que con la mejor novela de la ciudad, que hay gustos para todos. Si para algunos la mejor novela es la Ciudad de los Prodigios de Eduardo Mendoza, Nada de Carmen Laforet, Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé o, más recientemente, Taxi de Carlos Zanón, es normal que en cuanto a vistas de Barcelona haya quien prefiera la terraza del Palacio Nacional en Montjuïc, los búnkers (que nunca lo fueron, en realidad) del Carmel, sobre el Turó de la Rovira, o las que hay desde la noria del parque de atracciones del Tibidabo. Sin embargo, en lo que habrá mayor consenso a partir del 12 de marzo (fecha de su apertura) es que el mirador Unlimited Barcelona es, como mínimo, el más especial porque además de vistas destila esencia urbanita por todos sus costados.