Yes, we relax

Anantara Villa Padierna, el hotel que Michel Obama ubicó en el mapa internacional

En plena Costa del Sol, este palacio de estilo italiano es la última incorporación a The Leading Hotels of The World.

Una atmósfera de lujo, una excepcional ubicación entre los municipios de Marbella y Benahavís y una luz que se filtra por casi cada rincón de este palacio diseñado por el arquitecto británico Ed Gilbertex son solo el preámbulo de la infinita introducción que se podría hacer de este hotel de lujo en Marbella. De estilo toscano y color rosa del desierto, el Anantara Villa Padierna es la última adquisición de la marca Anantara, que llega por fin a España y, por suerte parece que para quedarse. Si lo hace con propiedades como esta, donde su lobby desprende un embriagador aroma a lirios y las villas tienen hasta mayordomo, su futuro en este país será, seguro, perfecto.

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Anantara Villa Padierna. ...Historia del arte

Foto: Anantara Villa Padierna

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Anantara Villa Padierna es arte habitable

“Fíjate por ejemplo en esas columnas, pertenecieron al antiguo Palacio Villamagna de Madrid”, comenta emocionada Cristina Borges, su responsable de comunicación. Borges es una entusiasta de la marca Anantara en general y del Villa Padierna en particular, hotel en el que se ha dejado la piel -sin ser esto una frase hecha- durante la pre apertura en tiempos particularmente complejos como los que está viviendo la industria turística. “Si te gusta el arte -continúa- esto va a ser un oasis para ti”. Las columnas del hoy desaparecido palacio de Villamagna no están solas en la tarea de impresionar al huésped. 

Anantara Villa Padierna

Foto: Anantara Villa Padierna

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Un hotel hecho museo

Al factor “wow” se suman más de 1200 piezas originales más en una mezcla entre pinturas, esculturas, cerámica, etc. Un escudo de alabastro del Palacio de Linares de la capital, las copas de mármol de Carrara traídas de la embajada italiana en Cuba y hasta un león ibérico que data de entre los siglos II y III. La hazaña de alimentar una propiedad con una carga artística única recae en su propietario, Ricardo Arranz, y también en su mujer, la hoy fallecida Alicia Villapadierna, una de las grandes y queridas damas de Marbella. Arranz, que continúa siendo el dueño del hotel, volcó su pasión desmedida por el arte en crear esta colección hoy cedida al hotel para uso y disfrute de sus huéspedes.

Anantara Villa Padierna. Arte habitable

Foto: Anantara Villa Padierna

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El secreto está en los detalles

Hay que estar muy ciego para no apreciar todas las obras hoy diseminadas por pasillos, rincones, jardines y, cómo no, las habitaciones. El hotel encierra en su interior 123 suites y habitaciones, además de nueve villas de uno o dos dormitorios, incluida, claro, la que sedujo a Michelle Obama, que se alojó aquí para disfrutar del verano marbellí con su familia, pero sin por el entonces Presidente. Las villas cuentan, además, con piscina propia y hasta servicio de mayordomo. El resto de habitaciones, repartidas entre dos edificios y muchísimo espacio, cuentan, entre acuarelas de la Alhambra de Granada y muebles del siglo XVIII, con camas tamaño king-size, menús de almohadas, kits de café (una medida que por suerte ha burlado a la Covid-19) y, cómo no, jarrones con flores frescas por doquier repartidos por toda la estancia, hasta en los suntuosos baños de mármol travertino.

Anantara Villa Padierna . ..

Foto: Anantara Villa Padierna

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Con una amplia oferta de ocio

Además de su romántica piscina, del galardonado campo de golf o de su espectacular spa que, construido a la imagen y semejanza de unos auténticos baños romanos, es uno de los retiros de spa más grandes y mejor equipados de toda Europa, la presencia de Anantara se evidencia en la sólida reputación gastronómica del hotel, al que no le frena ni una pandemia. Buena muestra de esto es que a su magnífica oferta de restauración ahora se unen a otras excelentes apuestas culinarias.

Anantana Beach Club

Foto: Anantara Villa Padierna

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Cocina andaluza frente al mar

El chef Paco Roncero (dos estrellas Michelin) está detrás del recién llegado ‘By the sea’, ubicado en el beach club que el hotel posee a pie de playa (ofrece un servicio de transfer gratuito para todos los huéspedes). Un concepto donde se refleja la cocina sencilla de Andalucía con toques un tanto canallas. Roncero se muestra orgulloso de esta nueva apuesta en la que ha estado presente, en cuerpo y alma, mañana, tarde y noche  para darle forma a un local empeñado en “producto, sabor y buena gastronomía”, en palabras del propio cocinero. La carta, “sencilla pero con unos toques de sofisticación”, la rematan platos como el “taco crujiente de cochinita pibil con aguacate y maíz frito”, “el sashimi de atún de almadraba con tartar de tomate y caviar” o, cómo no, la tradicional fritura malagueña con un toque gamberro, como todo en este local que promete, y cumple, comer bien con unas preciosas vistas al mar y muchas noches inolvidables.

Anantara Villa Padierna

Foto: Anantara Villa Padierna

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Viajar con el paladar

Dentro de la propiedad, locales como La Loggia, más enfocado en cocina italiana ofrece, en un entorno idílico cubierto por frondosos árboles y vistas al campo de golf, una gastronomía relajada que incluye platos como los “tagliatelle de tinta de calamar y risotto de hongos silvestres”. A plena luz del día y junto a la romántica piscina de curvas sinuosas y longitud infinita, se encuentra La Pérgola, un café muy casual pero con una carta firme en la que hay que pedir de forma obligada su excepcional “arroz con bogavante”. Otra apasionante llegada gastronómica es el restaurante japonés de fusión madrileño Sushi 99, cuyos platos no necesitan presentación ninguna porque la “tempura de langostino” o el “nigiri de salmón flameado” son, hoy por hoy, marca inequívoca de la casa.

Anantara Villa Padierna. Spa

Foto: Anantara Villa Padierna

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En Anantara, el relax está asegurado

Si viajar hasta Marbella ya supone adentrarse en una burbuja espacio-tiempo, alojarse en el Anantara Villa Padierna lo es aún más. Este establecimiento, que refleja en estética el estilo de vida tradicional de un palacio italiano del siglo XVIII, respira calma aunque el hotel esté lleno, ya que los techos altos, los enormes ventanales, las fuentes de mármol o los caminos para pasear entre los cipreses invitan al descanso y hacen realidad cualquier fantasía vacacional. En un lugar donde ya habita el relax no es necesario, aunque sí muy recomendable, adentrarse en su espectacular spa que, marca de la casa Anantara, ofrece numerosos tratamientos exclusivos entre los que destacan, claro, los masajes tradicionales tailandeses con terapeutas procedentes del país asiático. El circuito termal (gratuito para los huéspedes) incluye un hammam con aroma a limón, baños de sal, baños de vapor con infusión de eucalipto, lavanda y rosas, y saunas finlandesas y griegas, y hay una tranquila piscina cubierta con chorros de presión. Otro añadido a una propiedad que más que un hotel es un universo propio.