Antes, hubo otras dos paradas: una ascensión invernal al Masnalu (Nepal), la primera no contaminante, alimentada por paneles solares; y una visita a Newton (Sierra Leona) para conocer de primera mano el trabajo desarrollado allí por la Fundación EKI, donde proporciona sistemas de energía solar que permiten la autonomía energética a escuelas y hospitales. De estas tres etapas nació una película de 80 minutos, de la mano de 601 Producciones Audiovisuales.
Que sea algo diferente, además, es mucho más enriquecedor. Te llena de motivación, de luz
“¿Y si rodamos un documental y damos visibilidad a todo esto?”, le dijo Alex Txikon a José Galíndez, cofundador y presidente de la Fundación EKI. Y escogió Nepal, Pakistán y Sierra Leona para hacerlo. "Siempre me gusta ayudar, cooperar para poner en valor la energía solar, una fuente de energía inagotable, en algunos lugares remotos inalcanzable… Llevar este tipo de tecnología, que está monitorizada desde Getxo, hasta ellos me parece un sueño”, comparte el protagonista de ANWAR (Lleno de luz), que se podrá ver en primicia mundial el 2 de abril, a las 19.30h, en el Auditorium del Palacio Euskalduna de Bilbao y cuya recaudación en venta de entradas se destinará de forma íntegra a financiar los proyectos en los que trabaja la Fundación en África subsahariana.

“Cuando te metes en un nuevo proyecto, quizás a algunas personas les afloren los miedos y las dudas, pero nosotros, por nuestra condición de alpinistas, de escaladores, de vivir muchas veces con la incertidumbre a la hora de afrontar un reto, nos movemos con mucha comodidad. Que sea algo diferente, además, es mucho más enriquecedor. Te llena de motivación, de luz”, añade Alex Txikon.
El mayor reto al que nos enfrentamos fue el propio territorio, el paisaje, las condiciones climatológicas adversas, las bajas temperaturas…
Para su guionista y directora, Rosa García Loire, la película debía estar a caballo entre un documental de montaña y un cuaderno de bitácora. “Teníamos claro que es una historia con un componente humano muy grande. Apela de manera muy directa a sentimientos universales como la superación, la incertidumbre, las dificultades… Es una historia en la que la solidaridad es un ingrediente esencial, nos preguntamos qué hacemos en nuestra vida para mejorar la de los demás, cómo viven otras personas que no tienen nuestras mismas oportunidades, cómo nos posicionamos ante situaciones que viven los otros… Teniendo todo esto en cuenta y la figura de Alex, que es una persona carismática, entusiasta y con una gran trayectoria alpinística, decidimos darle forma de “cuaderno de viaje””, relata.

Subir al Masnalu (Nepal) sin contaminar
La aventura cinematográfica comienza con una expedición invernal en 2021 al Manaslu, la octava montaña más alta del mundo con 8.156 metros, situada a unos 70 kilómetros al este del Annapurna, en el macizo Mansiri Himal, parte del Himalaya, en la zona centro occidental de Nepal. Concretamente, la ascensión arranca el 1 de enero de 2021. Es la primera no contaminante, alimentada por paneles solares. Con este sistema sostenible, que permite reducir la huella energética siguiendo los Acuerdos de París, empieza una labor solidaria de la mano de Alex Txikon y Fundación EKI.
“El mayor reto al que nos enfrentamos fue el propio territorio, el paisaje, las condiciones climatológicas adversas, las bajas temperaturas… Se vivieron las dificultades que recoge la película. Es el propio Alex quien, en ocasiones, coge la cámara para mostrarnos la dureza del lugar”, cuenta Rosa García Loire. El alpinista inicia un viaje después para trasladar las placas al valle del Makalu, donde se realiza una instalación para el Hospital de Seduwa de SOS Himalaya.

Aprender el trabajo en Newton (Sierra Leona)
“Volví en primavera a Nepal y cogí el coronavirus. Después de estar 20 días allí, pasándolo fatal, tocaba llegar a casa y volvernos a marchar a África, habiendo perdido peso, estando muy cansado, no tenía nada de ganas… Menos mal que tomé la decisión de ir, porque, si no, me hubiera arrepentido de por vida”, relata el protagonista.
Las cámaras volvieron a encenderse, por segunda vez, en junio de 2021, en Sierra Leona. Concretamente, en Newton, una ciudad a aproximadamente veinte millas al este de Freetown y la tercera más poblada de la zona occidental, después de Freetown y Waterloo. Allí, Fundación EKI colabora proporcionando sistemas de energía solar en escuelas y hospitales, otorgándoles total autonomía energética y formando personal para su mantenimiento, como es el caso del centro de acogida Don Bosco Fambul, liderado por los salesianos, o de Destiny Village, de la ONG Home Leone. Estos escenarios sirven de inspiración a Alex Txikon, que aprende a trabajar con paneles solares.

“Las dificultades en Sierra Leona se derivan de las condiciones del país. No es fácil acceder a los slams de noche, es duro recoger testimonios de niñas y niños que han vivido en la calle, la situación de exclusión en las que se encuentran muchas familias…”, profundiza la directora. Esta dura realidad tampoco deja indiferente al alpinista. “Me está impactando más que montañas y lugares recónditos que hemos visitado… Sus caras, sus gestos... ¡es increíble!”, dice en un momento del documental.
A nivel logístico, los desplazamientos en Sierra Leona eran largos, incómodos, en ocasiones. “Además, parte del equipo se contagió de Covid y el rodaje terminó un poco antes de lo previsto. Algunos compañeros tuvieron que quedarse en el país cumpliendo la cuarentena”, cuenta Rosa García Loire, algo que el alpinista reconfirma. “Fuimos ocho y solo volví yo, el resto cogieron el coronavirus. Imagínate el drama que fue aquello. Muy difícil”.

Replicar el modelo en la Günter Mountain School (Pakistán)
En septiembre de 2021, el rodaje echa a andar por tercera y última vez en Pakistán. “La visita a la Günter Mountain School, en el valle Diamer, en Pakistán, es el final del viaje, el lugar en el que aplicar lo aprendido”, detalla la directora. La escuela se encuentra en un lugar de difícil acceso, donde ya no llegan las carreteras o las pistas forestales, y las placas no pueden trasladarse con animales.
“No hay tendido eléctrico ni agua corriente. Son comunidades aisladas, con casas desperdigadas, donde no es posible comprar o acudir a un médico si sucede algo, sin tener que andar varias horas hasta un lugar donde poder coger un todoterreno. La escuela es el único espacio público en kilómetros a la redonda, por lo que dotarla de luz es crear también un punto de encuentro”, asegura. A pesar de las complicadas circunstancias, se hace el milagro y Alex Txikon y su equipo replican la idea de Newton (Sierra Leona) en la escuela fundada en memoria del alpinista Günter Messner por su hermano Reinhold Messner, alpinista italiano reconocido mundialmente por ser el primero en escalar el Nanga Parbat sin bomba de oxígeno y amigo personal de Txikon.

“Encontrarnos con la cercanía y empatía de esas personas que no tienen nada, a las que les das la oportunidad de tener luz, es de las cosas más bonitas que te pueden pasar. ¡Vienen unos “taraos” de Europa a montarte la luz allí! Ese año solo habían pasado por aquel lugar, con nosotros, 16 turistas. Para los niños, en diferentes épocas del año en que ya no hay luz, la luz significa jugar un poquito más, ver cine, porque les dejamos allí un reproductor, utilizar ordenadores… No es solo que tengan luz para que puedan ver. Es mucho más allí, va mucho más allá”, se emociona Alex Txikon.