Decir que Olafur Eliasson es solo un artista sería quedarse corto. Su interés por la percepción, el movimiento, la experiencia física y las sensaciones se hacen evidentes cuando uno se topa con alguna de sus obras, de las que también se desprende su preocupación por la naturaleza y el cambio climático, su interés por la política y, a grandes rasgos, su activismo. Un activismo que va mucho más allá de las paredes de un museo y con el que lucha contra las desigualdades sociales y la emergencia climática.
La experiencia del espectador es la base del arte de Eliasson y sus obras derivan de las indagaciones que ha hecho sobre cómo percibimos, sentimos y damos forma al mundo que nos rodea. Studio Olafur Eliasson, ubicado en Berlín, es un espacio de trabajo, pero también de encuentro y diálogo entre arquitectos, artesanos, investigadores, cocineros, técnicos, programadores e historiadores del arte. A resumidas cuentas, la práctica artística de Eliasson se extiende más allá de la obra de arte, la exposición y la intervención pública.