No solo los turistas españoles, británicos y demás extranjeros, sino también los profesionales del sector audiovisual han sabido ver su potencial. Convertida en un gran set de rodaje para producciones nacionales e internacionales, Benidorm ha sabido conjugar sus archifamosos argumentos turísticos (buen tiempo de enero a diciembre) con unas ventajas que lo convierten en un set de rodaje ideal: mil escenarios distintos, muchas horas de sol, una oferta hotelera de altura y una conexión impecable con toda España y casi el mundo entero. Esta es la historia de una ciudad que no para de reinventarse y que ha apostado por la ficción audiovisual para reivindicar ese imaginario.