De pintas con Leopold Bloom

Bloomsday, el día que Dublín (y el mundo) lee a James Joyce

Cada 16 de junio se celebra uno de los festivales literarios más universales para recordar la vida y la obra del célebre escritor.

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EStatua de James Joyce en Dublín | Foto: iStock

También hay ochomiles en la literatura. Rayuela, de Julio Cortázar; Bajo el volcán, de Malcolm Lowry; La broma infinita, de Foster Wallace; En busca del tiempo perdido, de Proust… Cualquiera de esos títulos puede ser el Everest, pero sólo hay uno que merece ser comparado con el K2 por la dificultad técnica que representa su ascenso (o lectura): el Ulises de James Joyce. A pesar de ello, es la novela con el festival literario más veterano del mundo. Se celebra cada 16 de junio en Dublín  y lo mejor es que no hace falta haber leído la novela para poder disfrutar de las actividades preparadas para el Bloomsday. 

 

James Joyce utilizó en su libro 265.000 palabras para narrar un único día en la vida de Leopold Bloom, un oficinista gris que, sin embargo, encarna la gran epopeya moderna. Si el Ulises de Homero cantó la épica de la antigüedad, el de James Joyce lo que hace es, de algún modo, convertir lo vulgar en sagrado. Pero hay algo más, logra también incrustar entre los engranajes de tal artefacto literario el espíritu de un pueblo y de una época. De ahí el éxito aún hoy cuando la obra está a punto de cumplir su centenario, porque aunque sea una novela de pocos lectores, todo el mundo logra conectar con su esencia del mismo modo que todos sienten atracción por ese ser de vida agitada y genial que fue James Joyce.

Lo dijo mejor Jorge Luís Borges -siempre mucho mejor, claro- en su libro Inquisiciones: “Confieso no haber desbrozado las setecientas páginas que lo integran, confieso haberlo practicado solamente a retazos y sin embargo sé lo que es…”. He ahí la excusa perfecta para lanzarse con un sombrero canotier a seguir los pasos de Leopold Bloom por Dublín sin haber catado la que tal vez sea la obra literaria más importante (y más compleja) del siglo XX. Sin embargo, quienes quieran afrontar el desafío, el próximo año el Ministerio de Asuntos Exteriores irlandés prepara un corto titulado Starting Ulysses para animar a todo el mundo a leer la novela y así celebrar como se merece el centenario de su publicación. Hay oportunidades que conviene no desaprovechar.

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Bloomsday fun

Foto: Turismo de Irlanda

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¿Por qué se celebra cada 16 de junio?

El 14 de junio de 1904, James Joyce esperó a Nora en la esquina de Meerion Squire, pero tras aguardar algunas horas ella no llegó. Volvió a insistir dos días después y ya no se separaron nunca más, ni en Roma, ni en Trieste, ni en París ni, finalmente, Zúrich, donde murió el escritor por una úlcera de duodeno perforada. La fecha de su primer paseo con Nora fue la que escogió James Joyce para narrar las desventuras de Leopold Bloom. Cincuenta años después de aquel paseo, un grupo de escritores decidió instaurar el Bloomsday. Desde entonces, se ha convertido en un festival muy popular. Poco importa si se ha leído o no la novela, como le ocurre también al Quijote de Cervantes, todo el mundo disfruta de su espíritu sin necesidad de haber devorado todas sus páginas. 

Dressing up for Bloomsday

Foto: Turismo de Irlanda

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¿En qué consiste el Bloomsday?

El festival se desarrolla en las calles y espacios de Dublín que transitó James Joyce y que le sirvieron de inspiración para su obra. Los participantes suelen vestirse con exquisita etiqueta eduardiana para recrear a los personajes y pasearse por lugares como: la farmacia Sweny’s en Lincoln Place, donde nadie sale sin la reglamentaria pastilla de jabón con aromas a limón; el cementerio de Glasnevin y el Davy Byrne's Pub en Duke Street, donde hay que comerse un estupendo sándwich de gorgonzola; la torre Martello, donde se alojó James Joyce, en Sandycove, en la costa del sur del condado de Dublín. De forma paralela a este recorrido ambientado, se celebran actuaciones callejeras, lecturas, talleres, conferencias y citas gastronómicas (el evento estrella es un desayuno organizado por el Centro Cutural James Joyce que imita al del personaje de la novela a base de riñones de cerdo frito). Muchos se meten tanto en el papel del escritor que tal vez ese día acaben llegando a casa algo achispados. 

shutterstock 1689619180. Una fiesta literaria en (probablemente) la ciudad más literaria del mundo 1689619180

Foto: Shutterstock

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Una fiesta literaria en (probablemente) la ciudad más literaria del mundo

El Bloomsday cierra varias calles del centro de Dublín y eso es ya toda una declaración del amor que se siente en esta ciudad por la literatura. No en vano la lista de escritores locales que presenta es impresionante. A James Joyce, se le unen Samuel Beckett, Jonathan Swift, WB Yeats, Bram Stoker y Oscar Wilde, entre los más universales. Sus rostros aparecen en numerosos carteles y reclamos publicitarios a lo largo y ancho de la urbe y no son pocos los pubs que les rinden tributo entre buenas pintas de cerveza negra. La estatua que dedicaron a James Joyce en  en O’Connel Street, la avenida más ancha de Dublín que desemboca en el Spire, el Monumento de la luz, es tan famosa como mínimo como la que hay de Fernando Pessoa en el café A Brasileira de Lisboa. Todo ello hizo que la UNESCO reconociera a Dublín como una de las Ciudades Literarias del mundo ya en 2010.

Museo de la literatura de dublin

Foto: Turismo de Irlanda

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Sólo una ciudad así podía tener un museo como este...

El Museum of Literature Ireland, o MoLI como se le conoce cariñosamente, fue inaugurado en 2019 gracias a la colaboración creativa entre la Univeridad UCD, University College Dublin y la Biblioteca Nacional de Irlanda. En parte, responde a la necesidad de exhibir las reliquias y el trabajo de James Joyce que forman parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Irlanda. El museo tiene como sede la casa Newman, que albergó el University Colleague de Dublín, donde coincide que James Joyce estudió. 

En la práctica, el MoLI funciona como un espléndido oasis cultural en el corazón de Dublín. En él se puede difrutar de exposiciones inmersivas, descubrir tesoros provenientes de la Biblioteca Nacional de Irlanda o descansar en los jardines y cafetería. El punto culminante de toda visita es el ejemplar personal de James Joyce del Ulises, el primero que se imprimió. También se pueden ver por primera vez en exposición los cuadernos de notas originales de James Joyce donde se pueden apreciar las diabólicas revisiones y correcciones que realizó infinitamente con tal de cumplir con aquello que dijera sobre que había escrito una obra para mantener ocupados a los críticos y expertos de literatura en los próximos trescientos años. Como mínimo, lo que consiguió es que casi cien años después de su publicación siga celebrándose.

Bloomsday

Foto: Turismo de Irlanda

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El Bloomsday del centenario

En 2022 el Festival Bloomsday vuelve con más fuerza tras el parón obligado por la Covid. Y es que no siempre se puede celebrar un siglo de la publicación de una de las obras más vanguardistas y locas de la literatura universal. De nuevo se van a llenar las calles de la ciudad con música, disfraces, interpretaciones y lecturas de la novela de James Joyce. Y no solo Ulises, este año se va a representar una versión teatral de Dublineses en el teatro Smock Alley (hasta el 24 de junio). Destaca entre las exposiciones, la muestra del fotógrafo dublinés Tom Lawlor en el James Joyce Centre, que ofrece un recorrido por todos los lugares de la ciudad que aparecen en la obra.  La ciudad y sus principales museos literarios ya se están preparados para el acontecimiento. 

 

¿POR QUÉ el Bloomsday SE CELEBRA CADA 16 DE JUNIO?

El 14 de junio de 1904, James Joyce esperó a Nora en la esquina de Meerion Squire, pero tras aguardar algunas horas ella no llegó. Volvió a insistir dos días después y ya no se separaron nunca más, ni en Roma, ni en Trieste, ni en París ni, finalmente, Zúrich, donde murió el escritor por una úlcera de duodeno perforada. La fecha de su primer paseo con Nora fue la que escogió James Joyce para narrar las desventuras de Leopold Bloom. Cincuenta años después de aquel paseo, un grupo de escritores decidió instaurar el Bloomsday. Desde entonces, se ha convertido en un festival muy popular. Poco importa si se ha leído o no la novela, como le ocurre también al Quijote de Cervantes, todo el mundo disfruta de su espíritu sin necesidad de haber devorado todas sus páginas. 

¿Cómo se celebra EL BLOOMSDAY?

El festival se desarrolla en las calles y espacios de Dublín que transitó James Joyce y que le sirvieron de inspiración para su obra. Los participantes suelen vestirse con exquisita etiqueta eduardiana para recrear a los personajes y pasearse por lugares como: la farmacia Sweny’s en Lincoln Place, donde nadie sale sin la reglamentaria pastilla de jabón con aromas a limón; el cementerio de Glasnevin y el Davy Byrne's Pub en Duke Street, donde hay que comerse un estupendo sándwich de gorgonzola; la torre Martello, donde se alojó James Joyce, en Sandycove, en la costa del sur del condado de Dublín.

De forma paralela a este recorrido ambientado, se celebran actuaciones callejeras, lecturas, talleres, conferencias y citas gastronómicas (el evento estrella es un desayuno organizado por el Centro Cutural James Joyce que imita al del personaje de la novela a base de riñones de cerdo frito). Muchos se meten tanto en el papel del escritor que tal vez ese día acaben llegando a casa algo achispados. 

Dressing up for Bloomsday

UNA FIESTA LITERARIA EN (PROBABLEMENTE) LA CIUDAD MÁS LITERARIA DEL MUNDO

El Bloomsday cierra varias calles del centro de Dublín y eso es ya toda una declaración del amor que se siente en esta ciudad por la literatura. No en vano, la lista de escritores locales que presenta es impresionante: a James Joyce, se le unen Samuel Beckett, Jonathan Swift, WB Yeats, Bram Stoker y Oscar Wilde, entre los más universales. Sus rostros aparecen en numerosos carteles y reclamos publicitarios a lo largo y ancho de la urbe y no son pocos los pubs que les rinden tributo entre buenas pintas de cerveza negra.

La estatua que dedicaron a James Joyce en  en O’Connel Street, la avenida más ancha de Dublín que desemboca en el Spire, el Monumento de la luz, es tan famosa como mínimo como la que hay de Fernando Pessoa en el café A Brasileira de Lisboa. Todo ello hizo que la UNESCO reconociera a Dublín como una de las Ciudades Literarias del mundo ya en 2010.

Museo de la literatura de dublin
Foto: Turismo de Irlanda

SÓLO UNA CIUDAD ASÍ PODÍA TENER UN MUSEO COMO ESTE...

El Museum of Literature Ireland, o MoLI como se le conoce cariñosamente, fue inaugurado en 2019 gracias a la colaboración creativa entre la Univeridad UCD, University College Dublin y la Biblioteca Nacional de Irlanda. En parte, responde a la necesidad de exhibir las reliquias y el trabajo de James Joyce que forman parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Irlanda. El museo tiene como sede la casa Newman, que albergó el University Colleague de Dublín, donde coincide que James Joyce estudió. 

En la práctica, el MoLI funciona como un espléndido oasis cultural en el corazón de Dublín. En él se puede difrutar de exposiciones inmersivas, descubrir tesoros provenientes de la Biblioteca Nacional de Irlanda o descansar en los jardines y cafetería. El punto culminante de toda visita es el ejemplar personal de James Joyce del Ulises, el primero que se imprimió. También se pueden ver por primera vez en exposición los cuadernos de notas originales de James Joyce donde se pueden apreciar las diabólicas revisiones y correcciones que realizó infinitamente con tal de cumplir con aquello que dijera sobre que había escrito una obra para mantener ocupados a los críticos y expertos de literatura en los próximos trescientos años. Como mínimo, lo que consiguió es que casi cien años después de su publicación siga celebrándose.