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Carretera de plata, el 'road trip' literario más inquietante de la temporada

Una ruta por Suecia y Noruega siguiendo el fenómeno literario escrito por Stina Jackson.

Carretera de Plata

Photo by Katie Moum on Unsplash

Carretera de plata

Entre Skellefteå (Suecia) y Bodø (Noruega) hay poco menos de 500 kilómetros y, aparentemente, nada que ver. El paisaje casi ártico que flanquea la carretera Riksväg 95 no obedece a ninguno de los clichés naturales con los que se vinculan a estas latitudes escandinavas. Sin embargo, entre lagos, bosques y montañas que superan los 1000 metros de altitud, esta ruta propone un viaje con el que descubrir cómo son los parajes periféricos de dos países que, ya de por sí, resultan lejanos y exóticos.

La conocida como Carretera de plata comunica dos mares, el Báltico y el de Noruega, y su recorrido se dibuja en paralelo a la Bla Vagen, un eje de comunicaciones mucho más popular y concurrido. Este hecho provoca que apenas cuente con tráfico y que los coches y camiones que domestican su asfalto sean los de los vecinos de las localidades que se ubican en esta remota zona. Un cóctel perfecto para adentrarse en los entresijos de esta región y disfrutar de unos lugares donde la naturaleza es exuberante y las ciudades muestran, tímidas, algún que otro encanto.

Carretera de Plata Skelleftea

Carretera de Plata Skelleftea

El paisaje litoral de la localidad costera de Skellefteå

Foto: Visit Sweden

LAGOS, MONTAÑAS Y HORIZONTES

El momento ideal para plantearse esta ruta es durante la primavera e inicios del verano. Es entonces cuando la nieve se escurre hasta los lagos y los ríos y el sol todavía no se ha instalado de forma casi permanente en el firmamento nocturno. Además, coincide con el despertar cultural de las pequeñas ciudades que alfombran la ruta y que sorprenden con esa alegría tan propia del deshielo.

El punto de partida (o de llegada, si la ruta se plantea al revés) es Skellefteå, una urbe minera costera ubicada al norte de la última gran metrópolis sueca: Umeå. Su ADN industrial la convierte en un destino cuyo principal encanto es ese, el de mostrar las plantas eléctricas como el complejo de Finnfors así como los faros marineros que salpican su costa.

En cuanto se dejan atrás sus calles, la cuneta se vuelve completamente rural, con campos de cultivo que se desperezan tras el invierno y que se alternan con pequeños lagos y alguna que otra mata de bosque. De repente, pueblecitos como Jørn, Glommersträsk o Arvidsjaur salpican de color la carretera gracias a sus cabañas y a sus iglesias de madera.

Carretera de Plata Laponia

Carretera de Plata Laponia

Paisajes montañosos flanquean la ruta cuando se abre paso por la Laponia sueca.

Foto: Visit Sweden

La llegada a Arjeplog supone la entrada en la Laponia más esencia, y también en la más turística. Aquí es más fácil encontrar un restaurante abierto o, incluso, algún que otro atractivo como el Museo de la Plata que recuerda cómo los samis comenzaron a tallar este material para hacer joyas y otros abalorios hace más de mil años. Un oficio que acabaría dando nombre a esta ruta y que permite entender la complejidad cultural de estas civilizaciones.

Entre Arjeplog y la frontera con Noruega se extiende un paisaje casi único en el que montañas, lagos y pequeñas islas se prestan a ser descubiertas en pequeñas caminatas o, incluso, haciendo vivac en los meses más cálidos.

La cordillera de Saltfjellet espera cuando se cruza el límite entre países. Sus montañas, poderosas y desnudas, se elevan por encima de los 1000 metros regalando vistas infinitas en pleno Círculo Polar Ártico y horizontes llenos de alicientes. ¿El definitivo? Llegar hasta Bodø, una ciudad en efervescencia que ha hecho del arte urbano y del salmón sus principales reclamos y que pone un colofón de color y sabor a una ruta salvaje en los confines de la Europa civilizada.

Carretera de Plata Sol de Medianoche

Carretera de Plata Sol de Medianoche

El sol de Medianoche, una personaje más del viaje y del libro

Foto: Visit Sweden

UNA RUTA INSPIRADORA

Estos escenarios, además de motivar un road trip diferente, son los que inspiraron a Stina Jackson a escribir su ópera prima Carretera de plata. Natural de Skellefteå, esta escritora no solo se ha convertido en la gran promesa de su país, sino que ha logrado cosechar éxitos como el premio a la Mejor Novela Negra que otorga la Academia de Escritores de este estilo de esta nación.

Jackson propone, a través de una narración inquietante, recorrer esta carretera y estos paisajes siguiendo varias historias de desapariciones marcadas, y mucho, por las singularidades climatológicas. El sol de medianoche, el oscuro invierno y los vastos territorios sin explorar marcan un relato apasionante con el que completar este road trip. O, incluso, con el que inspirarse para conducir por donde muy pocos lo han hecho.