Viaje a la Riviera nórdica

La ciudad del bienestar se llama Hanko y está en Finlandia

El que fuera el destino fetiche de las fortunas finlandesas y rusas del siglo XIX hoy es el mejor rincón para desconectar.

Nadie sabe cuántas islas forman el mayor archipiélago del mundo y la verdad es que tampoco importa. La costa de Finlandia es un compendio de pueblos costeros, antiguas edificaciones de madera, faros, feudos históricos, iglesias de piedra y extensos parques nacionales que dan a parar al mar. Un relajado estilo de vida isleño que junto a la fuerte cultura marítima dan vida a una de las zonas más inexploradas de Finlandia, que además presume de poseer, por si no tuvieran ya suficientes atractivos, diversos puntos reconocidos como Patrimonio Mundial de la Unesco.

 

El primer párrafo de este artículo podrían ser palabrería barata de no ser por la existencia de Hanko, un encantador pueblo costero donde se demuestra que todo lo dicho anteriormente, es cierto. El punto más meridional de Finlandia es un lugar pequeño pero plagado de luz y bienestar; como bonus track, también aquí se encuentran algunos de los mejores ejemplos de arquitectura art nouveau de toda Finlandia. Ahí es nada. Todas estas bellezas son, claro, los vestigios que empresarios e industriales construyeron en este acomodado pueblo balneario que estuvo bajo dominio ruso a finales del siglo XIX. Y aquí comienza su particular historia.

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 MG 9008 Hanko (c) Jussi Hellsten. Los Hamptons finlandeses

Foto: Jussi Hellsten. Visit Finland.

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Los Hamptons finlandeses

Fundada en 1874, Hanko es la ciudad del bienestar durante cualquier época del año, no obstante, lleva siglos ostentando magno título. Méritos no le faltan. A menudo comparada con la Riviera francesa, o con los Hamptons en Nueva York, posee una costa de 130 km de los cuales aproximadamente 30 de ellos son soleadas playas arenosas que en invierno aparecen cubiertas de nieve. Es la belleza natural del paisaje, la del extremo más meridional de Finlandia, la de la naturaleza campando a sus anchas.

 MG 8881 Hanko (c) Jussi Hellsten. De Casino a Brasserie

Foto: Jussi Hellsten. Visit Finland.

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De Casino a Brasserie

Si la naturaleza fue particularmente benévola con esta región de Finlandia, hay que reconocer que también la mano del hombre ha hecho mucho por este pueblo cuya historia está inevitablemente ligada a Rusia, cuando fue elegida por la nobleza de San Petersburgo para sus largas vacaciones de verano. Uno de los mejores ejemplos de esa grandeza es uno de los edificios mejor conservados de la época, el Casino de Hanko, que si bien nunca fue un establecimiento dedicado al juego, sí que fue uno de los edificios más representativos de la localidad, un lugar a donde la aristocracia acudía a ver y ser vista. Hoy en día, y sin todavía saber por qué se le conoce con el nombre de casino, este edificio es una brasserie de moda donde comer delicioso producto local. Junto a él se encuentra un gran parque en primera línea de playa donde los sábados se realizan clases de yoga, y en los alrededores están las numerosas mansiones repletas de detalles victorianos que urbanizaron Hanko en los tiempos más prósperos.

Finland Hanko 72. Ascensor al archipiélago

Foto: Visit Finland.

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Ascensor al archipiélago

El desarrollo de Hanko se vio empañado con la llegada de la II Guerra Mundial, cuando los lugareños fueron evacuados ante la ocupación rusa y muchas de esas mansiones fueron quemadas (todas las construcciones son de madera). Afortunadamente no son pocos los ejemplos que hoy continúan en pie, muchos de ellos reconvertidos en pequeños hoteles, restaurantes o como espectaculares casas de veraneo, tal y como fueron concebidas.

 

Y a pesar de que no es una casa, y tampoco un monumento, la Torre del Agua es una de las atracciones más queridas por los lugareños. Este precioso hito que se levanta, imponente, a 65 metros sobre el nivel del mar, y desde donde, en lo alto, se obtiene una panorámica inolvidable no solo de Hanko, sino de todo el archipiélago. Que nadie sufra, hay ascensor.

Julia Kivela Hanko High Res IMG 20180801 074226. Y, cómo no, naturaleza

Foto: Julia Kivela. Visit Finland.

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Y, cómo no, naturaleza

Y los amantes de la naturaleza -cómo no serlo en Hanko- encontrarán en el Parque Natural Tulliniemi el preciso lugar donde termina el continente y el mar se hace infinito. Un lugar perfecto para practicar senderismo atravesando acantilados, bosques y prados desde donde divisar la rica vida animal de la región. Vida como la que se puede percibir en el Museo de Hanko, ubicado en el edificio más antiguo de la población, que data de finales del siglo XVIII. Cada año se exhiben aquí dos nuevas exposiciones sobre la fascinante historia de Hanko, y este año una de ellas, que durará hasta febrero 2020, trata de ahondar un poco más en las amenazas a las que se enfrenta la naturaleza, un bien fundamental para la región.

 MG 5270 Hanko (c) Jussi Hellsten. Comerse el archipiélago

Foto: Jussi Hellsten. Visit Finland.

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Comerse el archipiélago

Pocas localidades tan pequeñas en Finlandia pueden ofrecer una selección tan amplia de restaurantes como Hanko, un lugar donde prácticamente cada local tiene su propia historia. Marisco, pescado fresco de la bahía como la perca o el lenguado o un espectacular cordero que pasta en sus verdes prados son la base de una cocina donde prima lo local y lo natural sin más artificios de los necesarios. Esto es Finlandia. Para comprobarlo, basta con acercarse a cualquiera de los restaurantes de los antiguos almacenes del Eastern Harbour, en plena marina de Hanko.

Spa al Báltico

Foto: Regatta Spa

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Spa al Báltico

Y tras la comida, el relax. El Regatta SPA es un modernísimo homenaje a Hanko y a su merecida fama como ciudad del bienestar, un mix cuyo resultado resulta más que atractivo, pero sobre todo, relajante. Regatta es, además de un hotel, un complejo de spa que combina la atmósfera costera de la localidad con un buen puñado de servicios de lujo entre los que destaca una enorme piscina climatizada con infinitas vistas al mar Báltico. En tierra firme, 48 habitaciones se mimetizan con el estilo arquitectónico del edificio de nombre Jugend Art Nouveau, diseñado por el famoso arquitecto finlandés Lars Sonck en 1898. Una sobredosis de belleza.