En el extremo noroeste de Chequia se hallan los balnearios de Karlovy Vary, Mariánské Lázně y Františkovy Lázně. Tres lugares unidos por la exquisitez de sus hoteles, spas y jardines. Y también fundidos en una idéntica sensación de viaje al pasado. Es como si la condición para tomar sus aguas fuera trasladarse a otra época donde el tiempo no se gastaba con prisas. ¡Todo lo contrario! Lo importante era (y es) disfrutarlo con mimos, detalles y calma.