La reapertura del Museo de los Trópicos (Tropenmuseum), tras una profunda remodelación, es un gran aliciente para viajar a Ámsterdam. Hasta el 28 de agosto será posible disfrutar además de la exposición Healing Power (˝Poder Curativo”), que exhibe máscaras y objetos relacionados con el chamanismo, desde pueblos del Ártico a Sudamérica, e incluye apartados como Ritmo y conexión, mostrando cómo la música, el canto y la danza son medios universales para conectar con el mundo espiritual, o Ayahuasca, donde se explica el uso ritual y curativo de esa pócima vegetal con propiedades alucinógenas y telepáticas, entre otros temas.
El Museo de los Trópicos ocupa uno de los edificios más bellos de Ámsterdam, inaugurado en 1926 en el Oosterpark. Durante décadas, su gran espacio bajo una bóveda de cristal permitía conocer las viviendas, el arte o las costumbres de los pueblos que habitan en las zonas más cálidas del planeta. Pero en 2018 la visión etnológica pasó a un segundo plano y, mediante la exposición permanente Things that matter (“Cosas que importan”), el Tropen empezó a dar prioridad a los aspectos que conectan a las personas en todo el mundo. Las migraciones y las raíces culturales tomaron un papel relevante, junto a temas universales como la celebración, el amor, la decoración, el rezo o el duelo.

Patio principal del Tropenmuseum. Foto: Shutterstock
Las colecciones del Tropen comprenden cientos de miles de objetos, fotografías y vídeos. Cada objeto cuenta una historia humana y entre ellos hay auténticas obras de arte. Algunos impactan a primera vista, como las embarcaciones polinesias, las colecciones de máscaras o los tótems de Nueva Guinea.
Los trópicos fascinaron a los holandeses desde que se creó el Imperio colonial neerlandés (1603-1949), cuya hegemonía comercial se prolongó más de dos siglos. Batavia, la actual Yakarta (Java), fue la capital de un emporio marítimo que durante el siglo XVII convirtió a los holandeses en el pueblo más rico de Europa. Los lemas por los que se regía la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales eran: “no se puede comerciar sin hacer la guerra, ni hacer la guerra sin comerciar”, y “la mercancía se debe controlar desde el origen”. Para asegurar su dominio de la ruta de las especias, esos dos principios se aplicaron a rajatabla en las colonias de Indonesia, Sri Lanka y el Caribe.

Una de los paneles de la exposición Healing Power. Foto: Santiago Rodríguez Olazábal. Tropenmuseum
Desde el 23 de junio, el Tropenmuseum hace examen de conciencia de los abusos cometidos por la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales y reabre con la exposición permanente Nuestra herencia colonial. En ella se analizan la historia y la presencia colonial holandesa en Indonesia, las Antillas Holandesas y otros lugares. El propósito es mostrar que el colonialismo no es cosa del pasado, sino algo que ha dado forma nuestro mundo físico, mental y personal y sigue vivo hoy. En su nueva etapa, el Tropenmuseum quiere alentar un debate que contribuya a una sociedad más justa, además de seguir invitando a reflexionar sobre lo que compartimos y nos hace humanos.