Pero el ‘solo travel’ ya es femenino
Es cierto que “pueden pasar cosas” cuando se viaja y que las mujeres, sin olvidar al colectivo LGTB, pueden sufrir acoso. Sin embargo, en todas las épocas y en condiciones muy adversas, ha habido mujeres que han salido a ver mundo. Gellhorn ayudó a romper esquemas y quizá Telma y Louis también lo hicieron al volante de su Ford Thunderbird. Ahora, mujeres como Leila Guerriero o Patricia Almarcegui, por poner un par de ejemplos, siguen haciéndolo.
Y cada vez son más. Según la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), las viajeras que recorren el mundo solas son ya el 65% en España. Además, en un estudio de 2017, el Instituto Nacional de Estadística (INE) estimó que las mujeres son el 51% del total de personas que viajan.
Viajar ¿en femenino?
Este aumento de referentes y de viajeras va estrechamente ligado a la creación de nuevas plataformas y empresas que ofrecen productos para ellas, como agencias, aplicaciones, cuentas de Instagram y páginas de Facebook. Todas abordan aspectos para perfiles que van desde estudiantes de la generación Z hasta mujeres que a sus 70 años deciden salir a ver mundo. Un perfil y unas herramientas tan heterogéneas como el mismo mundo del viaje. Aquí van algunas de ellas:
- Buscar buena inspiración...
Cómo en muchos ámbitos, la inspiración se ha convertido en un indispensable ya no solo como estímulo creativo, sino también como base de conocimiento. Solo hay que saber buscar, y nunca había sido tan fácil. No hace falta ni ir a la biblioteca (aunque el olor a libro siempre será romántico). En la pantalla del móvil se puede encontrar de todo, sobretodo en plataformas como Pinterest e Instagram. Aquí, cada una puede buscar lo que desea y a su medida. Eso sí, con criterio, por favor.
- ... e informarse adecuadamente
Y sí, ir a bibliotecas o librerías también ayuda, ¡y mucho! En librerías como la barcelonesa Altaïr o la madrileña Desnivel, una puede hacerse con relatos viajeros, algunos escritos con perspectiva de género. También con revistas (y sus respectivas páginas web) donde encontrar crónicas, reportajes y entrevistas. Internet (con filtros) es una muy buena herramienta para saber qué lugares son mejores para viajar: se publican estadísticas y recomendaciones sobre destinos más o menos aconsejables para que las mujeres vayan solas, por ejemplo.

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- Existen agencias solo para mujeres...
En las que las mujeres viajan solas, pero en compañía de otras viajeras. Ante una demanda creciente, ya en 2010 la empresa española Focus on Women decidió organizar rutas solo para ellas, en las que más allá de las experiencia de ir a otro país, una puede tener guías turísticas de la altura de Rosa María Calaf y conocer otras mujeres con sus mismas inquietudes. Es una alternativa a las tradicionales agencias por la que también apostaron Trip4girls, WOM Viajes y Travel with Rose. Otra opción es apuntarse a Wild Women Expeditions, especializado en viajes de aventura sostenibles. Según un estudio impulsado por Booking.com, en 2020 el 31% de las mujeres que viajen buscará sumergirse en la cultura y las costumbres locales, mientras que el 22% elegirá el destino por su naturaleza.
- ... y aplicaciones y páginas web a medida
Con la misma idea de poner en contacto a diferentes mujeres, nacieron aplicaciones como Tourlina o Bumber BFF, esta última no es exclusiva para mujeres, pero cuenta con prestaciones para encontrar trabajo o compañeras de entrenamiento. TripWoman se lanzó con dos claros objetivos: la protección viajera y el turismo responsable. Tanto si se prefiere ir sola o en grupo, hay muchas herramientas al abasto de cualquier teléfono móvil que pueden ser de gran ayuda, como Shake2Safety, que envía un mensaje de socorro cuando se agita el móvil. Google Maps no podía faltar con una de las novedades de este año, que facilita identificar los vagones para mujeres de los que disponen los transportes públicos de algunos países.
Sororidad, también con las locales
Con todo, no hay que olvidar que las mujeres que viajan suelen tener una posición de privilegio (social, económica, cultural, religiosa y/o del color de piel), con respecto a las que viven en algunos de los destinos, y se pueden permitir libertades que a las locales se les niegan. Es por esto que es importante saber cómo comportarse ante ciertas situaciones y preguntarse qué papel hay que adoptar. A veces, puede surgir la duda de si es ético beber cerveza con un grupo de hombres mientras sus familiares femeninas no pueden, o si una debe ir vestida cómo lo haría en su país de origen. Son cuestiones que hay que ir resolviendo a medida que una viaja y se forma. Y la mejor manera es leyendo sobre el país al que se viaja e informarse con perspectiva crítica.

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Una opción para apoyar a las locales es comprando productos que ellas mismas elaboran o escogiendo sus servicios turísticos. Lo que se conoce, simple y llanamente, como turismo responsable. Esto permite a las mujeres independencia económica, emancipación o la oportunidad de crecer personalmente. Ejemplo de ello es el Hotel Tazelotzin, impulsado por mujeres náhuatl del municipio de Cuetzalan, México, para luchar contra el éxodo rural e intentar conservar las tradiciones y cultura de su comunidad.
También en grandes ciudades existen proyectos hechos por mujeres: desde tiendas o restaurantes hasta rutas feministas en las que se habla sobre escritoras, políticas, generaciones de intelectuales, sufragistas... y un sinfín de temas que ponen el foco de atención en ellas, y que ahora es tan fácil de encontrar como buscándolos en páginas como Airbnb o Couchsurfing.
Hay muchas formas de viajar y no existe un único modo de hacerlo en femenino, pero está claro que el conocimiento y el respeto son siempre necesarios.