El olivar andaluz se abre y se cierra como un abanico. Esa fue la comparación que utilizó Federico García Lorca al describir el paisaje de los campos de olivos andaluces en uno de sus poemas. Y así sigue, abriéndose y cerrándose como un abanico, a la espera de que, por fin, la candidatura llegue al Comité de Patrimonio Mundial para su evaluación en 2024, a realizarse en Arabia Saudí. En el caso de que sea aprobada, se culminará con éxito un largo trayecto que se inició hace más de once años y que tendría una consecuencia de lo más curiosa: la ciudad de Córdoba podría sumar su quinto Patrimonio de la Humanidad, aumentando así su singular récord mundial.

La candidatura, que tiene como nombre oficial Los paisajes del olivar en Andalucía, historia milenaria de un mar de olivos, acoge un inmenso espacio de 1,63 millones de hectáreas y más de 180 millones de árboles, compartido por cinco provincias. Principalmente Jaén, pero también Málaga, Sevilla, Granada y, por supuesto, Córdoba. De hecho, los vastos olivares del Parque Natural de las Sierras Subbéticas son el hogar de uno de los mejores aceites de oliva del mundo. El olivar andaluz sirve de eje temporal para unir el pasado remoto de la región con la actualidad. De la Bética romana, al Al-Ándalus; de la mala fama de los aceites en el s. XIX a la excelencia como marca de hoy en día.
Si en Córdoba ciudad, que con más de 20 mil hectáreas es la tercera localidad con mayor extensión de olivares de la provincia, aguardan ansiosos el resultado es por la expectativa de poder sumar un nuevo hito Patrimonio de la Humanidad, sería el quinto, junto a auténticos iconos culturales como la Ciudad Califal de Medina Azahara, la Mezquita-catedral, el Centro Histórico y la fiesta de los patios de Córdoba.

Foto: iSotck
Más allá del orgullo provincial que puede suponer el reconocimiento de la candidatura, Los paisajes del olivar en Andalucía, historia milenaria de un mar de olivos vendría a sumarse a la categoría de paisajes culturales de España que son Patrimonio de la Humanidad, junto a Aranjuez (2001), Serra de Tramuntana en Mallorca (2011), Paisaje cultural del Risco Caído y montañas sagradas de Gran Canaria (2019) y, el más reciente, Paseo del Prado y el Buen Retiro, paisaje de las artes y las ciencias (2021).
Tras haberse solucionado las últimas objeciones de algunos productores que esgrimieron posibles conflictos entre la candidatura y el derecho de propiedad y libertad de empresa, el expediente tiene vía libre para seguir adelante. El próximo paso será el que darán durante el 2023 los miembros de la Unesco, que se desplazarán a las diferentes provincias andaluzas implicadas para hacer la evaluación sobre el terreno. Después tocará esperar a la cita programada para 2024 en Arabia Saudí.
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