Lo que en tres siglos de expediciones no se había logrado, lo hizo posible Roald Amundsen. No fue casualidad, el noruego llevaba toda la vida preparándose para conquistar el polo Norte, así que nadie como él para superar el Paso del Noroeste, en un mar de hielo que parecía infranqueable.
Con lo que no contaba era con que al destino le gusta bromear de vez en cuando, y él, que llevaba toda la vida soñando con conquistar el polo Norte, acabaría siendo el primer hombre en llegar al polo Sur, en una carrera de desenlace trágico para su competidor Robert Falcon Scott y sus hombres. Más tarde diría: “Seguramente nunca un hombre se ha enfrentado, como me pasaba a mí, al hecho de haber alcanzado algo diametralmente opuesto a aquello con lo que ha soñado”.
Ahora, ciento trece años después de aquel logro náutico, otro Amundsen vuelve a cruzar el Paso del Noroeste: se trata del MS Roald Amundsen, el novísimo crucero de exploración de Hurtigruten, que se convierte así en el primer barco de exploración híbrido en lograrlo.