El punto de partida es claro: el lugar de veraneo ya está decidido. Pero, una vez que el mar, el salitre y el aftersun está garantizado surge la duda: ¿cómo darse un caprichito sin renunciar a un entorno tan mágico? La democratización de los servicios gracias a las nuevas tecnologías y la aparición de nuevos modelos de negocio están permitiendo que aquellos sueños tan inalcanzables no lo sean tanto.