Cuando Stephen Wilkes fotografió el Sacré Coeur siguió el mismo ritual de siempre. Escogió un punto fijo, se elevó en una pequeña grúa y se pasó más de quince horas fotografiando el mismo encuadre. En total, disparó más de 1.500 fotografías. En todo ese rato observando la misma escena, se dio cuenta de algo: ante él pasaron centenares de personas, se pararon, se hicieron un ‘selfie’ con la icónica iglesia de fondo y continuaron su ruta sin haber dedicado un momento a observar el lugar.
Esa fotografía forma parte de la serie ‘Day to Night’, en la que Stephen Wilkes captura en una sola imagen desde el amanecer hasta el crepúsculo de diferentes lugares del mundo. Aunque los logros estéticos, la poesía que transmite y todo lo que evocan sus panorámicas son evidentes, para Stephen Wilkes lo importante es que con ellas, abre una ventana en la que poder asomarnos para ser conscientes del paso del tiempo y de cómo afecta a los lugares, a los objetos, a las mismas personas que interactúan con el entorno.