viajes entre páginas

Doce libros para viajar burlando al frío del invierno

Una selección de doces destacadas novedades literarias con las que cerrar el año lector.

Solía decir Sergio Pitol que durante muchos años de su vida sintió el viaje y la lectura como una misma experiencia, que el viaje le permitía transitar por el mundo visible, descubrir lugares maravillosos o siniestros pero todos sorprendentes, mientras que la lectura le abría mundos interiores. Hay lectores así en los que el viaje y la lectura se funden y no entienden uno sin el otro pues se retroalimentan virtuosamente. Y luego hay otro tipo de viajeros como el Duque des Esseintes, el protagonista de la novela A contrapelo, de J. K. Huysmans (1884).

El Duque des Esseintes se pasa los días en la cama, consagrado al estudio en soledad, cuando le sobreviene al leer a Dickens un intenso deseo de romper su rutina doméstica, hacer las maletas e irse de viaje a Londres: vivir en el mundo visible aquello que estaba experimentado en las páginas del libro. Así pues, lo prepara todo y se dirige a la estación del tren, deteniéndose primero en una librería, donde compra una guía de la ciudad, y luego en una taberna. Allí lee algunos fragmentos de la guía que le transportan efectivamente a Londres. El ambiente del bar, frecuentado por parroquinaos ingleses y la cerveza ayudan a la ensoñación. Sin embargo, al aproximarse el momento de subir al tren y cumplir con su anhelo viajero decide quedarse, piensa que el viaje será demasiado agotador para él, que tendrá que soportar el frío y las colas y que, en definitiva, “¿para qué moverse cuando uno puede viajar tan magníficamente sin tener que levantarse de la silla?”.

 

Se puede ser de un tipo o de otro, o bien lectores a lo Pitol o bien viajeros a lo Esseintes. Tal vez durante una época de la vida apetezca ser más de uno que de otro o, incluso, puede suceder que con el invierno apetezca meterse en la cama a lo Esseintes y que con el buen tiempo se prefiera parecerse más a un Pitol. Sea como sea, lo que está claro es que las siguientes novedades editoriales cumplirán con cualquier deseo viajero este invierno.

 
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Alberto y la ballena

Foto de la cubierta cedida por la editorial

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'Alberto y la ballena', Philip Hoare (Ático de los libros)

Llamar ensayo a lo que hace Philip Hoare es quedarse muy corto. Hay siempre en el escritor británico una combinación personal de naturaleza, obsesiones, arte, biografía y memorias que ya cautivó a millones de lectores en Leviatán o la ballena (2008), uno de los best sellers más inesperados dentro del nature writing. Este viaje que nos brinda de nuevo Ático de los libros comienza en Zelanda, en 1520. Fue hasta allí a donde viajó Alberto Durero para ver el esqueleto de una ballena y ese fue un momento de inflexión en la vida del artista, que por entonces no estaba pasando por su mejor momento. En realidad, el hombre que contribuyó a hacer universal la figura del rinoceronte tuvo siempre una única gran obsesión: capturar en sus dibujos y grabados el frágil espíritu de las bestias, de los humanos y de la naturaleza. La belleza fue su ambición final, igual que lo es en Philip Hoare, capaz de meter entre estas páginas al genio de Núremberg junto a David Bowie. Por supuesto que también saca la cabeza Melville, pero también tantos como Víctor Frankenstein y el ornitólogo Tim Birkhead, Jane Austen, Herman Hesse o Sebald -¡qué parecidas las intenciones y las búsquedas del alemán y del británico punky!-, creando una red tupida llena de creatividad y destellos de ideas que hacen volar al lector al encuentro de revelaciones casi cósmicas. Como dijo Patti Smith: “un libro maravilloso”.

 

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'El impulso nómada', Jordi Esteve (Ed. Galaxia Gutenberg)

Si Bruce Chatwin se preguntó ¿Qué hago yo aquí? (1988), Jordi Esteve ha preferido preguntarse “¿Cómo he llegado yo aquí?” y la respuesta le ha dado para escribir esta emocionante autobiografía.  Ahí, en algún lugar remoto de la memoria, ha encontrado las raíces de su nomadismo el que probablemente sea ya el último viajero maldito, nómada irreductible entre los de la estirpe más romántica del viaje. Con 70 años recién cumplidos, tiene en su mochila suficientes vivencias, viajes y experiencia viajera como para haberse extendido el doble de páginas que le ocupan estas memorias publicadas por Galaxia Gutenberg. Por cierto, que no son pocas, casi 500 páginas. Pero es que, cómo contar en menos espacio el viaje vital que le lleva desde la casa de los veranos de la infancia en El Figaró, a la asunción de su homosexualidad, a los peligros del Sudán, a las catacumbas de Kom el Shogafa en Alejandría, al oasis de Siwa hasta ser, finalmente, expulsado a la fuerza de Egipto, su hogar de elección. “Un día me iré y no me veréis más”, era el mantra que repetía insaciablemente desde niño y lo cumplió sólo en parte: se fue, pero siempre volvió en los márgenes de sus libros, documentales y fotografías (impagable el álbum fotográfico que acompaña a este libro).

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'Puentes, no muros', Pia Valentinis y Giancarlo Ascari (Ed. menguantes)

Lo de la editorial Menguantes es toda una paradoja. En contra de lo que apunta su nombre, en lugar de menguar, crecen… Tras el fulgurante éxito Breve Atlas de los Faros del Fin del Mundo, que ya va por la sexta edición y se llevó el Premio al mejor Libro Editado en España 2020, vienen con estos puentes. Un libro que reafirma el especial ojo viajero que tienen Jose y Lía. Un libro poético e inspirador, uno más en su catálogo, con textos e ilustraciones de Pia Valentinis y Giancarlo Ascari que está dedicado “A todos los constructores de puentes y a quienes los atraviesan”. Venecia, Ipiales, Lucerna, París, Srinagar, Isfahan, Ronda… En total 48 puentes, físicos y etéreos, frágiles como la nieve, como un cable de acero tendido entre las Torres Gemelas, cotidianos como la cuerda de nylon donde cuelgan la colada en Marsella, como la melodía sacada de un violonchelo, o puentes tan sólidos y hermosos como el Ponte Vecchio, el Golden Gate o el puente de Ronda. El poeta de los puentes Pedro Salinas ya escribió la reseña de este libro muchos años de que apareciera: “¿Qué habría sido de nosotros, di,/si no existieran puentes?/Pero hay puentes, hay puentes. ¿Los recuerdas?”. Sí hay puentes,  don Pedro, y ¡qué puentes!

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'Hacia el sur', Virginia Woolf (Ed. Itineraria)

La luz de la mañana, la blancura de las higueras, el paisaje inmenso, una aldea que mira a la costa africana, destellos de una esencia intuida o acaso vislumbrada. De eso está hecha una de las crónicas que Virginia Woolf escribió en España. Más, “¿cómo decirle esto —mientras que una desciende del fulgor del instante— a la mujer campesina que te ofrece pasar a su habitación, con sus azucenas y sus baños, que sonríe y mira por la ventana como si ella también hubiera mirado durante miles de años?”, se pregunta la autora. Es 1923, es su tercer viaje por España. Han pasado dieciocho años desde su primer viaje por tierras españolas. La Virginia Woolf de aquel primer viaje -solo tiene 23 años, viaja acompañada por su hermano Adrian, apenas no ha salido de casa, no tiene experiencia de mundo y sí algunos prejuicios- no es la misma que la que escribe la crónica comentada anteriormente para Nation & Athenaeum. Pero es que nadie puede seguir siendo el mismo tras tanto tiempo, tanto libro, tanto viaje, tanto norte y sur acoplándose en el cerebro de esa cabeza bipolar…

Precisamente eso es lo que convierte en todo un acontecimiento editorial este libro que saca Itineraria, editorial lanzaroteña especializada en literatura de viajes: que a través de unos breves textos -ensayos, diarios y cartas, algunos traducidos por primera vez en español- se puede seguir la evolución de la educación sentimental de una de las autoras más célebres de la literatura anglosajona del siglo XX y del feminismo internacional. Las ilustraciones de Carmen Bueno, dibujante y arquitecta madrileña, acaban por alegrar la lectura, mientras que los tres prólogos de Verónica Pacheco Costa, Ángeles Mora y Anita Botwin constituyen el perfecto marco contextual con el que el lector podrá enfocar su lectura.

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'Ríos del mundo', Volker Mehnert y Martin Haake (Libros del Zorro Rojo)

Sólo una editorial como Libros del zorro rojo podía meter al río Nilo entero dentro de un libro. Algunas librerías lo colocarán entre la sección de ilustrados infantiles y otras entre los atlas y la cartografía, y esa indeterminación define perfectamente lo que es este libro: belleza y rigor. Sí, el río Nilo ocupa un desplegable central de cuatro páginas de gran formato y el río Congo se lleva tres páginas y muestra hasta el encuentro entre Stanley y Livingstone; pero hay muchos más, casi una veintena de ríos del mundo que fluyen entre las cubiertas como si nacieran y fueran a dar a la mar. Las ilustraciones de Martin Haake despiertan la ensoñación viajera con cada uno de sus detalles. El libro está hecho para ser leído tumbados en el suelo, con el dedo resiguiendo el trazado de cada río, imaginando un viaje por territorios exóticos y lejanos igual que cuando de niños tomábamos el globo terráqueo y jugábamos a aquello de hacerlo girar y pararlo a ciegas para ver a dónde nos íbamos a ir de viaje. 

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El viaje romántico, Ricardo López Si (Editorial UOC)

Vaya por delante que Ricardo López Si no es el periodista barcelonés Jacinto Antón, ni falta que le hace. Él también es periodista, además, de los buenos, y también tuvo su encuentro en la National Gallery of Ireland con los amantes Hellelil y su guardaspaldas, Hildebrand. Como el barcelonés, Ricardo estornudó afectado por el abundante polen que desprendían los jardines del Trinity College y también escribió su crónica del encuentro con los protagonistas del cuadro de Frederic William Burton. La crónica de Jacinto Antón se publicó en El País en 2017 mientras que la de Ricardo abre ahora este delicioso conjunto de 25 postales viajeras, agrupadas en cinco unidades conceptuales, que le ha publicado la Editorial UOC, en su colección Cuadernos Livingstone. No es casualidad que comience el libro con ella, ahí están todas las coordenadas que hacen de Ricardo un “primate romántico nómada”, en palabras de Jordi Serrallonga, quien prologa el libro. Ahí aparecen la literatura, el cine, la pintura, el periodismo... en suma, las referencias culturales con las que el mexicano forma el prisma a través del que interpela el mundo, capaz siempre de conectar puntos en apariencia distantes que acaban iluminando con su visión personalísima los lugares que rastrea. En el libro hay tumbas, museos, fronteras, librerías, catedrales, bares: basta con que las coordenadas que los ubica en el mapa sean de espíritu romántico.

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Ñamérica, Martín Caparrós (Ed. Literatura Random House)

El nuevo libro de Martín Caparrós no es monumental. Para definirlo de forma acertada hay que afilar mejor el adjetivo: el nuevo libro del argentino es continental. El contienente Ñamérica que le da título ocupa 12 millones de kilómetros cuadrados y tiene 420 millones de habitantes repartidos en 19 países que hacen de la eñe “grito y bandera”. Sólo un cronista con el músculo, el bigote, los kilómetros y las horas de entrevistas que lleva en las espaldas Martín Caparrós es capaz de salir airoso del intento de explicar qué es eso que se ha dado en llamar Latinoamérica medio siglo después de que tratara de hacerlo Galeano en Las venas abiertas. Si Jorge Volpi dijo en El insomnio de Bolívar que América Latina era “un territorio imaginado”, Martín Caparrós ha dibujado su atlas para que podamos recorrerlo sin perdernos (o, mejor, perdiéndonos) a través de sus crónicas intercaladas entre capítulos ensayísticos en los que va volteando de un lado para otro el concepto de Ñámerica.

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'La seta del fin del mundo', Anna Lowenhaupt Tsing (Ed. Capitán Swing)

Lo de la antropóloga estadounidense Anna Lowenhaupt Tsing es como lo de los buscadores de setas que llenan nuestros bsoques los domingos otoñales, pero elevado a la enésima potencia. Ella usa una combinación de saberes que mezclan la etnografía con la ecología, la historia, la biología, la economía, el comercio y la sociología para rastrear un tipo de seta silvestre muy singular que crece sólo en bosques muy alterados, el matsutake. El precio que llega a cotizar esta seta en algunos mercados japoneses la convierte en la más cara del mundo, un verdadero tesoro gastronómico. Ella oyó hablar de la seta por primera vez gracias al micólogo David Arora. A pesar de qué fue él quien la encaminó en sus investigaciones, seguramente nada habría sido igual si el olor del matsutake no la hubiera transformado físicamente. El momento resultó una de esas epifanias que raramente pasan en la vida. Durante las semanas siguientes, sus sentidos cambiaron: “ahora olía a alegría”, dice. 

Más allá de los valores gastronómicos y olfativos del matsutake, su recolección supone un ejemplo de subsistencia precaria en el capitalismo. Porque de eso se trata, este libro de Capitán Swing revela un planeta maravillosamente polifónico, un mundo que hay que saber escuchar, por separado y en conjunto, apreciando sus momentos estelares de armonía o disonancia. Por él viaja la autora, cruzando referencias culturales y datos enciclopédicos, para rastrear desde los mundos burbuja que detecta en diversos ecosistemas a los espacios en el límite del capitalismo, desde los campamentos de los recolectores hmongs y otras etnias en los bosques de Oregón, pasando por toda una sorprendente cadena de suministro, hasta los restaurantes y mercados de Tokio. Los bosques factoría de Finlandia, como los trabajados por gestores forestales de Japón o los bosques de la región central de Yunnan, en China, tienen todos algo en común: son paisajes naturales en los que los humanos son solo uno entre los diversos participantes que acaban configurándolo. Frente a la mirada globalizadora que no deja de aplanar la Tierra, Anna Lowenhaupt Tsing reivindica los límites, aquello que está en el margen: este libro resulta todo un viaje para aquellos interesados en lo qué está pasando en el mundo además de lo que parece (o quieren dar a entender) que está pasando. Como dice la autora: “la precariedad puede ser una gran aventura”.

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'Creer en las fieras', Nastassja Martin (Ed. Errata Naturae)

“Joder, tú eres la francesa que espantó a un oso. Si nosotros no somos capaces de engañar a un soldado, ¿qué nos queda?”, eso es lo que le espeta su colega Yaroslav a Nastassja al saltarse el control militar para llegar a Vilychinsk, la mayor base naval de Kamchatka, al sur de Petropávlovsk. Un lugar en medio de submarinos supervivientes de la Guerra Fría y máquinas oxidades donde el termómetro marca habitualmente temperaturas de menos 30 grados. Ella está recién operada en París de las lesiones provocadas por el ataque de un oso que se llevó un trozo de su mandíbula, le fracturó el pómulo y le dejó varias cicatrices en la cara. Pasó por un calvario de intervenciones y problemas quirúrgicos. Podía haber sido peor, podía haber muerto, no haber salido con vida del encuentro con aquel oso que, en realidad, llevaba buscando toda su vida. La antropóloga Nastassja, especializada en poblaciones árticas y animismo, llevó la experiencia de su viaje por los confines de Siberia a lo visceral, hasta el mismo límite de su ser: y de él volvió mitad mujer y mitad oso. El libro fue todo un éxito de ventas en Francia y ahora lo trae a España Errata Naturae. Nastassja Martin usa un intenso estilo de escritura, entre lírico y seco, lleno de simbolismos y naturaleza, para explicar una historia de almas cruzadas: la búsqueda de un lugar en el mundo obliga a toda la intensidad posible, a cruzar incluso los límites socialmente establecidos, levantar el ancla y mirarse al espejo al volver después de todo, aunque en el reflejo lo que veas es un rostro mitad humano y mitad animal. 

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'Filosofia para exploradores polares', Erling Kagge (Ed. Taurus)

En realidad, el desencanto y la infelicidad pueden ser el origen de un viaje: “Salir, viajar, huir es el signo (incluso cultural) de una infelicidad profunda”, explicó Luís Antonio de Villena. El propio Ismael de Moby Dick solía embarcarse en largos viajes por mar como tripulante cuando sentía llegar la melancolía a su alma. En eso consiste esta nueva entrega del filósofo, viajero y explorador noruego Erling Kagge: en cómo encontrar la felicidad en la vida a través de 16 cómodas lecciones. Advertencia: no está vendiendo la moto, alguien capaz de lograr el “desafío de los tres polos” - llegar a pie al Polo Norte, Sur y Pico Evereste-, de caminar en soledad, visitar más de 100 países, perderser, encontrarse y casi morir, siempre tiene algo interesante que decir en relación a la superación y la felicidad. Si en invierno ya resulta difícil salir de la cama, imaginar salir de tu tienda en el Polo Norte, con temperaturas de menos 50 grados centígrados, parece una tarea titánica: “¿Por qué forzar tu resistencia hasta el límite? ¿Y por qué, con la congelación, las ampollas y el hambre aún vivos en la memoria, eliges volver a repetirlo todo otra vez?”, se pregunta Erling Kagge. Pues para tratar de alcanzar a través de la experiencia de la aventura y del viaje algo parecido a lo que decía Epicuro que era la felicidad: la ataraxia.

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'Los susurros de las estrellas', Naguib Mahfuz (Alianza Editorial)

Dicen que Naguib Mahfuz, Premio Nobel en 1988, es el mejor narrador árabe desde Las mil y una noches. Se puede estar desacuerdo o pensar que eso es solo una frase marquetiniana para fajas vistosas con la que vender mucho; pero lo que sí está claro es que sus libros son siempre un billete excepcional para viajar a El Cairo. Ahora llegan estos dieciocho nuevos relatos suyos de la mano de Alianza Editorial que fueron encontrados en un cajón en 2018, casi doce años después de su muerte con una nota donde se indicaba “para publicar en 1994”- ¿Qué ocurrió para que quedaran en el limbo de los textos que no ven la luz pública? Es conocido el desprendimiento que sentía el autor por sus manuscritos, pero la explicación está en que aquel fue el año en el que Naguib Mahfuz sufrió un atentado terrorista por negarse a censurar los Versos satánicos de Salman Rushdie. La casualidad ha querido que se pueda disfrutar de esta serie de relatos, pequeñas perlas engarzadas que ponen el barrio tradicional como centro de un universo literario llenos de realidad y fantasía, tradiciones y símbolos, una excelente oportunidad para sumergirse de lleno en el espíritu de El Cairo, con coloridas y sorprendentes historias que trascienden lo local para situarse en el nivel de las emociones universales. 

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LDH - Cuadernos 26 - Portada (baja)

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'Himnos al sol en la oscuridad', Juan Pablo Bertazza (Ed. La Línea del Horizonte)

Hay que tener mucho cuidado con lo que se lee. Que se lo digan si no al periodista y escritor Juan Pablo Bertazza, que un día agarró el Yo conocí a Dylan Thomas de John Malcolm Brinnin y eso convirtió el apacible viaje a Gales que preparaba en una peregrinación tras las huellas de un fantasma llamado Dylan Thomas. Provinciano y estelar al mismo tiempo, evocador, adolescente y siempre oscuro -estaba convencido de que el gris de Inglaterra era mucho más adecuado que el sol de Grecia para escribir, porque “los más altos himnos al sol se escriben en la oscuridad”- Dylan Thomas es una de las estrellas que ilumina esa especie de constelación etílica de la literatura universal, en la que están James Joyce, Hemingway, Pessoa, Faulkner, Bukowski o Lucia Berlin. En el caso del galés, su límite fueron 18 whiskies. Dice la leyenda que llegó a decir antes de morir: “He tomado 18 whiskies seguidos y creo que es un récord”; pero eso, como todo lo que se desarrolla en la oscuridad -y no hay mayor oscuridad que la de un poeta maldito-, no es más que un mito.  En este viaje tras la estela del Rimbaud galés lo que hace Juan Pablo Bertazza es iluminar. Iluminar la vida de Dylan Thomas tanto como ilumina ese pequeño reducto que va siendo el viaje literario. O mejor dicho: el viaje alimentado por la literatura.

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