Asun Luján
Periodista redactora de Viajes National Geographic
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El 2023 se presenta como un año emocionante para la arquitectura con la celebración del centenario vinculado al arquitecto Lluís Domènech i Montaner (1849-1923), uno de los grandes maestros de la estética modernista, que brilló entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Para esta cita conmemorativa se ha creado un programa con conferencias, exposiciones y eventos especiales para dar a conocer la obra y vida del arquitecto, que en ocasiones tendrán como escenario algunos monumentos de su autoría. Toca pues recordar a esta figura que además fue historiador, docente y político, y que, junto al genial Antoni Gaudí y a Josep Puig i Cadafalch, hicieron de Barcelona una ciudad emblema del modernismo europeo.
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Palau de la Música Catalana en Barcelona
Palau de la Música Catalana en Barcelona
El Palau de la Música Catalana es una fantasía arquitectónica y una joya artística, considerada «el edificio más modernista del mundo». Fue la obra culminante del arquitecto barcelonés Lluís Domènech i Montaner (1849-1923), quien recibió el encargo en su madurez ya con 55 años de edad. Se trata de una pieza clave del modernismo catalán. Edificado entre 1905 y 1908, el artista lo concibió como una caja mágica de música y un auditorio que pareciese un invernadero frondoso lleno de plantas y flores. Para crearlo combinó materiales moldeables como el estuco y el hierro forjado con refinadas vidrieras, coloristas mosaicos y aterciopelados asientos y cortinajes. El resultado es una amalgama de racionalismo y exquisita ornamentación. Lo más excepcional es que sigue plenamente activo en la vida cultural de Barcelona, programando regularmente conciertos y festivales. Declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1997, es el único auditorio del mundo en la lista de la Unesco.
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Recinto de la Santa Creu i Sant Pau en Barcelona
Recinto de la Santa Creu i Sant Pau en Barcelona
A finales del siglo XIX, el antiguo Hospital de la Santa Creu que se situaba en el barrio del Raval quedaba pequeño y obsoleto y era necesario reubicarlo. En 1905, Domènech i Montaner inicia los trabajos de uno de sus proyectos más emblemáticos y a la vez complejos: el recinto de la Santa Creu i Sant Pau, concebido como una ciudad-hospital-jardín. El diseño original poseía el doble de pabellones, pero finalmente se redujeron a una veintena. Fue concluido treinta años después y también está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997. En este conjunto, el arquitecto integró en las estructuras racionales dedicadas al hospital, mosaicos, cerámicas y decoraciones fantasiosas como elementos vegetales y muchos simbolismos. Tras funcionar durante un siglo como hospital (el nuevo se halla al otro lado de la parte norte de los pabellones), el Recinto Modernista de Sant Pau es hoy un campus de conocimiento, acoge sedes de organismos internacionales y celebra muchos eventos culturales, además de proponer visitas guiadas.
Foto: Turisme Canet de Mar
Casa Museo Domènech i Montaner en Canet de Mar
Casa-Museo Domènech i Montaner en Canet de Mar
La localidad barcelonesa de Canet de Mar cuenta con un museo dedicado a Lluís Domènech i Montaner, instalado en la que fuera durante años la casa familiar para las vacaciones. Aunque el arquitecto falleció en Barcelona, en los últimos años de su vida pasó en esta vivienda largas temporadas. Él mismo rediseñó el edificio de su juventud para remodelarlo e incluir un taller y estudio. Fruto de su vinculación con Canet de Mar, el arquitecto legó en esta ciudad otros edificios o decoraciones modernistas, por ejemplo en el Ateneo, la Casa Roura, Ca la Bianga o en el restaurante La Misericordia.
Foto: Fondo de la Casa Navàs de Reus
Casa Navàs de Reus (Tarragona)
Casa Navàs de Reus
Reus es uno de los enclaves con más tesoros modernistas de España. La ciudad tarraconense cuenta con una ruta señalizada que identifica los edificios con una placa. Situada en la comarca del Baix Camp, lugar de nacimiento de Antoni Gaudí, la localidad fue un lienzo en blanco para varios arquitectos de la época, como el propio Domènech i Montaner, quien erigió allí varios encargos de ricos comerciantes. Destaca la Casa Navàs (1908), en plena plaza del Mercadal, donde el arquitecto fusionó el pasado medieval con el incipiente estilo modernista. Esta residencia, que fue concebida con la tienda de los propietarios en la planta baja, es tal vez la obra más lujosa que proyectó el arquitecto, pues dispuso para edificarla de un presupuesto ilimitado. La Casa Rull y la Casa Gasull son otros bellos edificios de Reus, que fueron encargados a Domènech i Montaner por prósperas familias locales.
Foto: Turisme Reus
Institut Pere Mata de Reus (Tarragona)
Instituto Pere Mata de Reus
Otra etapa de la Ruta del Modernismo de Reus es el Institut Pere Mata, que fue creado como homenaje al médico y humanista Pere Mata i Fontanet (1811-1877), nacido en esta localidad de Tarragona. Fue erigido entre 1887 y 1912 por Lluís Domènech i Montaner para albergar un hospital psiquiátrico. El arquitecto siguió el ejemplo del recinto de Sant Pau y la Santa Creu de Barcelona, como un complejo hospitalario con 11 pabellones separados por jardines. El pabellón 6, conocido «como de los distinguidos», es el de mayor valor artístico por su riqueza ornamental, tanto exterior como interior; destinado a gente adinerada, contaba con más lujos para que los ocupantes se sintieran como en casa. Con una imagen unitaria, los edificios son de obra vista sobre zócalos de piedra, con cubiertas a doble vertiente cubiertas con tejas árabes. Los marcos de puertas y ventanas son de piedra caliza y para decorar las fachadas se usó cerámica esmaltada blanca y azul. Algunos detalles indican que desde el inicio se tuvo en cuenta la calidad de vida de los internos: por ejemplo, el muro que rodea el recinto ocupa una fosa para no impedir la visión del paisaje. Actualmente el edificio, que tiene algunos pabellones abiertos para visitas, mantiene la función y conserva gran parte del mobiliario original. El conjunto está catalogado como Bien Cultural de Interés Local, y en concreto el Pabellón de los Distinguidos es Bien Cultural de Interés Nacional desde 2013.
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Seminario de Comillas (Cantabria)
Seminario de Comillas
A su exitoso regreso de Cuba, el banquero y emprendedor Antonio López López de Lamadrid recibió el título nobiliario de marqués de Comillas concedido por el rey Alfonso XII en 1878. Este indiano empleó su fortuna en embellecer su pueblo natal, para lo cual no dudó en contratar a los mejores artistas y arquitectos modernistas de la época, entre ellos Domènech i Montaner y Gaudí, del que en Comillas puede verse el pabellón El Capricho. Entre otras obras de Domènech i Montaner en la localidad destaca por sus dimensiones la Universidad Pontificia o Seminario de Comillas. Su firma también esta en el Monumento al Marqués de Comillas, la Fuente de los Tres Caños, y en el proyecto de ampliación del cementerio de la localidad, donde colaboró con el escultor Josep Llimona creando conjuntos fúnebres, tan bellos como fantasmagóricos. Por su lado, en la capital cántabra, Santander, la antigua sede del Monte de Piedad y Caja de Ahorros, otro edificio de su autoría, aloja hoy el Centro de Acción Social y Cultural de Caja Cantabria.
Foto: Lluís Bover / Fundació Antoni Tàpies de Barcelona
Fundació Antoni Tàpies en Barcelona
Fundación Antoni Tàpies de Barcelona
La antigua Editorial Montaner i Simón, una de las obras modernistas de Lluís Domènech i Montaner en Barcelona (calle Aragón, 255), fue convertida en 1990 en sede de la Fundació Antoni Tàpies. En 1879, el arquitecto realizó los planos de este proyecto que, construido entre 1880 y 1882, fue el primero del Ensanche barcelonés que integraba la tipología y la tecnología industrial, combinando hierro y ladrillo visto, en pleno centro urbano. La estructura se encaja entre las paredes de las casas colindantes. Para elevar su altura y subrayar su identidad, el artista Antoni Tàpies (1923-2012) colocó en el tejado la escultura Núvol i cadira (Nube y silla, 1990), que representa una silla sobresaliendo de una gran nube. La fachada del edificio combina influencias clásicas visibles en la puerta central y en los dos cuerpos laterales simétricos, con otras de inspiración arabesca, como el uso del ladrillo sin pulir y las ornamentaciones geométricas. El año 2010 se completó la última reforma para adecuar el edificio a las normas actuales de accesibilidad, y de paso recuperar el carácter industrial original. Para esta reapertura, Antoni Tàpies creó la escultura Mitjó (Calcetín, 2010), colocada en la terraza del edificio. La sede de la Fundació Antoni Tàpies está declarada Monumento Histórico (1997).
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Casa Fuster en Barcelona
Casa Fuster de Barcelona
Domènech i Montaner no paró de crear en los primeros años del siglo XX. A la vez que diseñaba el recinto del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau en Barcelona, proyectaba casas para familias adineradas que acabarían integradas en la fisonomía de la ciudad. La Casa Fuster, inaugurada en 1910, acoge actualmente el Hotel Casa Fuster, que preside los Jardinets de la parte más alta del elegante y comercial Paseo de Gracia. No muy lejos está la Casa Lleó-Morera (1905), para la que hasta 40 artesanos crearon relieves, esculturas y vidrieras, remodelando la casa familiar que existía desde 1864. Se localiza en la emblemática «Manzana de la Discordia», así llamada por los distintos estilos artísticos que exhiben los edificios que la enmarcan, como la Casa Amatller de Doménech i Montaner y la Casa Batlló de Antoni Gaudí. Otros ejemplos del arquitecto en el corazón de Barcelona son la Casa Thomas (1898), en la calle Mallorca, que era la vivienda del impresor Josep Thomas, y tenía el taller a pie de calle, fachada neogótica y decoraciones florales y figuras simbólicas como los reptiles del vestíbulo; y en la misma vía, el Palau Montaner, uno de los pocos palacetes que se conservan en el centro. El sello del arquitecto también está presente en el Hotel España (calle Sant Pau, 9-11), que conserva pinturas, chimeneas o escalinatas de su fundación modernista en 1903, aunque ha sido totalmente renovado como alojamiento; y en la Editorial Montaner i Simó (1885), en la calle Aragón, hoy sede de la fundación del artista Antoni Tàpies.
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Castillo dels Tres Dragons en Barcelona
Castillo dels Tres Dragons en Barcelona
El año 1888, Barcelona vive un momento de esplendor como sede de la Exposición Universal. Ese evento, como sucede en la actualidad, trajo consigo una renovación de la ciudad que fue un lienzo en blanco para artistas y arquitectos de la época. Ya con cierto prestigio, Domènech i Montaner recibió varios encargos. Uno de ellos fue el llamado Castell dels tres dragons, creado para ser el restaurante de la Exposición de Barcelona y situado a las puertas del Parc de la Ciutadella. Domènech i Montaner aplicó en este edificio la racionalidad estructural de ladrillo y hierro laminado, combinados con una ornamentación novedosa de cerámica vista de inspiración arabesca e incipientes líneas modernistas. Presidiendo el Paseo de Picasso, el edificio acogió durante décadas el Museo de Zoología que, tras tener varias sedes, se ha instalado en un edificio de silueta contemporánea en el Parc del Fòrum, convertido en el nuevo Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.
Foto: Shutterstock
Casa Solà-Morales en Olot (Girona)
Casa Solà Morales en Olot
La Casa Solà Morales, situada en el Paseo del Escultor Miquel Blay de la localidad gerundense de Olot, está declarada Bien Cultural de Interés Nacional. Conserva la fachada modernista que fue restaurada por Domènech i Montaner entre los años 1912 y 1916. Fue diseñada con tres cuerpos. El primero, con una puerta de acceso de arco a cada lado, está decorado por dos columnas y esculturas femeninas del escultor Eusebi Arnau, colaborador de Domènech. Le siguen dos pisos superpuestos de elegantes balcones y una tribuna con abundante decoración vegetal modernista, totalmente recubiertos con esgrafiados que reproducen los que había de estilo rococó en el siglo XVIII. El piso más alto cuenta con una galería seguida de falsos arcos y el tejado. En su interior, la Casa Solà Morales guarda muestras de mobiliario de los siglos XVIII y XIX. El edificio alberga un oratorio de finales del siglo XVIII, así como una galería interior que fue reformada a inicios del XIX por el arquitecto Alfred Paluzie con decoración del pintor Melcior Domenge.
Foto: Turisme de L'Espluga de Francolí
Celler Cooperativa en L'Espluga de Francolí (Tarragona)
Celler Cooperativa del Baix en L'Espluga de Francolí
El Celler del Baix de l'Espluga de Francolí (Tarragona) fue una de las primeras bodegas modernistas de España. Desde el inicio también albergó la Cooperativa de l'Espluga. Además fue un ejemplo pionero de bodega «por encargo» a un arquitecto de prestigio, Lluís Domènech i Montaner, con quien colaboró su hijo, Pere Domènech i Roura, iniciando la tradición de las llamadas «bodegas de autor» o «celler de rics» (bodega de ricos). Proyectada en 1913, contaba originalmente con dos naves (la tercera se añadió en 1957). La fachada muestra tres grandes arcos apuntados de ladrillo visto donde se inscriben las puertas y ventanas, separadas con pilastras de ladrillo y cerradas con cristales de colores. El interior se organiza con una compleja estructura de arcos y columnas. Cuenta con tres naves rectangulares y paralelas y tejados individualizados de dos vertientes. Las naves, de 44 por 12 metros, albergaban en su origen 40 tinas de hormigón armado de 340 hectolitros cada una, además de algunos lagares subterráneos. La bodega también disponía de un laboratorio para el control del proceso productivo y un depósito del agua exento, con forma de torre circular de ladrillo, coronada por un tejado cónico decorado con el clásico trencadís modernista (mosaico con fragmentos cerámicos unidos con argamasa). En la actualidad, algunas dependencias de este ejemplo pionero del cooperativismo artístico alojan las instalaciones de un Museo del Vino.
Foto: Visit Palma
Gran Hotel Palma en Palma de Mallorca
Gran Hotel en Palma de Mallorca
El prestigio de Lluís Doménech i Montaner se consolidó en los primeros años del siglo XX, siendo reclamado en otras ciudades fuera de su Cataluña natal. En Palma de Mallorca recibió el encargo de diseñar un hotel de lujo que abrió en 1903 y fue el más prestigioso de España hasta la apertura del Ritz de Madrid (1910). En la fachada del edificio, que está declarado Bien de Interés Cultural (2003), se reconocen los detalles modernistas que aplicó el arquitecto, presentes en el exterior en los balcones esculpidos y en las galerías esquineras. En su interior se contemplan múltiples elementos de aquella estética mezcla de oriental y neogótica, como el ladrillo, el estuco y la piedra, así como la cerámica vidriada, el hierro forjado, los capiteles florales y las baldosas policromadas. En los años 90 del pasado siglo, el edificio fue restaurado para recuperar su antiguo esplendor y convertirse en la sede del CaixaForum Palma, el estandarte de los cultura balear.