
Cuando en el cine Maratha Mandir proyectaron por primera vez la bollywoodiense comedia romántica Dilwale Dulhania Le Jayenge en octubre de 1995 no podían saber que ese sería el primer día de muchos más. Al menos, no tantos como finalmente ha resultado ser. Pero, como si surgiera precisamente de la fantasía de alguno de los guionistas de Bollywood, el cine no ha dejado de proyectar la misma película día tras día. Sólo la Covid les forzó a parar. Por supuesto, cuando volvieron, siguieron programando su película favorita. Es la estrella de su pase matinal, cada día a las once y media. Ya llevan 27 años así. De hecho, durante todo este tiempo, la película se convirtió en todo un clásico de Bollywood, llegando a celebrar sus 25 años con una nueva edición para coleccionistas.
Encantadoramente nostálgico
Mucho público sigue regresando fascinado por la historia que cuenta la película, por sus números de baile, por su final feliz a pesar de la montaña rusa que es su argumento. Al final, al cine se va a pasarlo bien. La gente se hace fotos en la entrada, delante del cartel de la película, que resiste al desteñido del paso del tiempo (o acaso sea que el responsable del cine se hizo con un buen stock de carteles que va cambiando cada poco).
Basta ver sus interiores de madera oscura, las antiguas butacas, el yeso desconchado, para saber que no es el cine más moderno de la ciudad de Bombay, pero Maratha Mandir se ha convertido con el tiempo en toda una institución. El tiempo no pasa en balde, son casi seis décadas desde que se estrenó como uno de los palacios del cine más importantes de la ciudad, donde sólo se estrenaban las mejores películas. Sin embargo, los fans pasan por alto las posibles incomodidades.

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Y mucho compromiso
Este cine es pura nostalgia… y compromiso: siguen con precios de entrada populares y siguen abriendo sus puertas como refugio a las trabajadoras sexuales que campan por las calles de Kamathipura, uno de los burdeles más grandes del mundo, que se encuentra a pocas calles de distancia del cine, ubicado junto a una bulliciosa estación de tren. Al menos, que el cine les dé los sueños que la realidad les arrebató.
Su política de precios es algo que ha ayudado a popularizar el Maratha Mandri. Actualmente, el precio de la entrada está entre 15 y 25 rupias (no pasa de los 30 céntimos de euro), dependiendo de la categoría. Una política además que siguen sin excepciones. Ni siquiera un taquillazo como Dr Strange les hizo cambiar y, según medios de la ciudad, prefirieron rechazar su proyección a subir precios como les pidió la distribuidora. Al fin y al cabo, ellos tienen una película que nunca les falla: Dilwale Dulhania Le Jayenge es una apuesta segura.
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