Habitaciones para iluminados

De faros a hoteles boutique

Esta tendencia permite dormir rodeado de mitos, aventuras y leyendas en estos centinelas del mar.

Los faros han sido desde tiempos antiguos un referente indispensable para marineros, pescadores y navegantes que se han dejado guiar por las estelas luminosas de estos vigías del mar. Gracias a sus emplazamientos privilegiados, estos edificios constituyen hoy el objetivo de muchos itinerarios costeros. Pero además, muchos de ellos se han convertido en museos, restaurantes, miradores, observatorios de aves y, como última tendencia, en alojamientos excepcionales.

Si su luz ilumina las noches más oscuras, sus estancias nos hablan de mitos, aventuras y leyendas. Contemplar el atardecer mientras se cena, dormir con el mar acurrucado a nuestros pies y despertarse con el sol emergiendo por el horizonte es una experiencia slow inolvidable que se puede vivir en un faro-hotel. Y un consejo para navegantes… no olvidarse de meter en la maleta un libro ambientado en un faro, clásicos como El faro del fin del mundo de Julio Verne (1901) o el intimista Al faro (1927) escrito por Virginia Woof, o alguna inquietante novela de misterio: sin duda serán un buen compañero.

1 /7

Foto: D.R.

1 / 7

Inspiración extranjera

La asociación Faros de España está detrás de la iniciativa de dar una nueva vida a estas construcciones. Pero en Europa hace ya un par de décadas que existe. Escocia encabeza la lista con más faros-hotel como el de Corsewall en Stranraer; el de Kinnaird Head aloja el Museo de los Faros de Escocia. También los hay en Croacia (faro Porer, en la imagen), Noruega (Ryvingen), Finlandia (Bengtskär), Alemania (Roter Sand), Holanda (Harlingem) o Irlanda (Wicklow). Sin embargo, en España esta corriente se ha puesto en marcha en estos alojamientos que ya son una realidad. 

Foto: iStock

2 / 7

Faro de Isla Pancha, en Ribadeo (Lugo)

Fue el primer faro-hotel abierto en nuestro país en 2015. La antigua linterna marina de 1857, considerada una de las más bonitas de España, cuenta ahora con dos apartamentos, cada uno con capacidad para 4 personas, y un jardín privado. 

Foto: D.R.

3 / 7

O semáforo de Fisterra (A Coruña)

No existe un lugar más emblemático en la Costa da Morte que el cabo Finisterre, considerado en tiempos de los romanos el fin del mundo conocido. El faro fue construido en 1853, a 138 m sobre el nivel del mar. Ahora, este delicatessen hotel ofrece 5 habitaciones, un restaurante, cafetería, terrazas con vistas infinitas y varios rincones exclusivos donde prevalece el silencio. 

Foto: Far Llafranc

4 / 7

El Far, en Llafranc (Girona)

A 169 m sobre el nivel del mar, junto a un faro de 1857 se conserva una antigua casa del siglo XVIII que daba servicio al camino de Francia por la costa, y que hoy aloja el hotel El Far, con 9 habitaciones decoradas al estilo marinero, y un mirador con una de las vistas más magníficas de la Costa Brava. Incluye un restaurante de arroces, pescados y mariscos de la lonja de Palamós. Junto al hotel se conserva la ermita de Sant Sebastià de la Guarda, también del siglo XVIII y vestigios arqueológicos íberos (siglo II a.C.). 

Foto: D.R.

5 / 7

Semáforo de Bares, en Santa María de Bares (A Coruña).

En la punta más septentrional del país y sobre un acantilado a 210 m sobre el nivel del mar, este alojamiento de la comarca de Ortegal dispone de 5  habitaciones, una de ellas una buhardilla y la suite, instalada en una estancia octogonal con ventanas abiertas a todos los vientos. Con vistas infinitas que abarcan hasta el cabo Ortegal de un lado y la Punta Roncadoira del otro, el faro fue una antigua construcción militar del siglo XIX, cuya función era la comunicación con los barcos mediante señales con banderas. 

Foto: Punta Cumplida

6 / 7

El Faro de Punta Cumplida, Barlovento (La Palma)

Este alojamiento con encanto de las Canarias ha sido hasta el momento el último faro-hotel inaugurado en España el pasado mes de marzo. La linterna marina cuenta con un edificio anexo que antiguamente albergaba a los fareros y que hoy se ha convertido en un alojamiento con 3 suites, cada una con capacidad de hasta 4 personas. El lugar destaca por el impresionante paisaje que lo envuelve. 

Foto: iStock

7 / 7

Los que vendrán

Para el futuro cercano, otros seis faros han obtenido luz verde para convertirse en alojamiento. Es el caso del Faro de Corrubedo en el municipio coruñés de A Riberia, que va a ser un alojamiento de 4 estrellas y 11 habitaciones con capacidad para 48 personas y un restaurante emplazado en la señal luminosa. Le seguirán los faros de Cudillero en Asturias (en la imagen), el de Trafalgar en Cádiz o el faro El Pescador en Santoña, Cantabria.

iStock-1071558762