La belleza del Cervino o Matterhorn (4.478 m) sobresale entre los 82 cuatromiles de los Alpes, incluyendo los vecinos que le superan en altura: Monte Rosa, Weisshorn, Lyskamm, Täschhorn, Dom… Con cada una de sus cuatro caras orientada a un punto cardinal, la poderosa pirámide que se alza entre Zermatt (Suiza) y Breuil-Cervinia (Italia) acapara las miradas. Su magnetismo es tanto una cuestión de tamaño y armonía de proporciones como de soledad.
En un escenario que acoge las mayores cumbres de la Unión Europea excepto el Mont Blanc, de pronto los valles se dilatan, las crestas se alejan y el centro de ese espacio vacío lo ocupa una montaña primordial que parece unir la tierra y el cielo. Además, en Zermatt, la localidad con las mejores vistas y accesos al Matterhorn, ningún tubo de escape turba la pureza del aire, pues los automóviles deben detenerse 6 km valle abajo. Esta decisión casi visionaria se tomó en 1931, fue refrendada en las urnas en 1972 y ratificada en 1986. Hace muchas décadas pues que a los pies del Cervino solo circulan vehículos eléctricos.

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Pero si existe un medio de transporte eléctrico tan famoso como la propia Zermatt, ese es el tren cremallera de Gornergrat, que este verano cumple 125 años. Desde 1898, subir a uno de sus vagones permite superar 1.485 m de desnivel en media hora, disfrutando de extraordinarias vistas del Cervino y de los otros gigantes de la región (Zermatt se halla a 1.604 m de altitud y Gornergrat, a 3.089 m). El tren funciona todo el año y tanto su parada terminal en Gornergrat como las intermedias (Riffelberg, Riederalp y Rotenboden) son ideales para practicar senderismo o esquiar. Al salir de Zermatt, el ferrocarril se encarama por un espléndido bosque de alerces y pinos negros. Recorrerá 9,3 km con una pendiente media del 16% (la máxima es del 20%), atravesando torrentes, túneles y viaductos.
En el tramo final, las perspectivas se engrandecen y los bosques dejan paso a la nieve o los prados de altura. Gornergrat, la parada terminal, se emplaza en una cresta rocosa asomada vertiginosamente al glaciar de Gorner, que con sus 12,4 km es el tercero más largo de los Alpes. En la otra orilla de ese río de hielo, alimentándolo con las nieves de la vertiente norte, se yerguen el Monte Rosa, el Lyskamm y el Breithorn. A la derecha, la cresta pierde altura en el paso Theodul (3.295 m), que comunica Zermatt con Valtournenche (Italia). Mientras en el horizonte oeste reina solitario el Matterhorn, al que se hace difícil quitarle ojo en todo el recorrido.

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Desde el impresionante mirador de Gornergrat pueden observarse más de veinte picos que superan los 4.000 metros. Un poquito más arriba se halla el Kulmhotel, el hotel de tres estrellas más alto de Europa, que cuenta con su propio observatorio astronómico.
Gornergrat es una visita obligada entre las excursiones que pueden realizarse desde Zermatt a través de 400 km de senderos muy bien señalizados. Una de las más recomendables es el paseo que en 10 minutos conduce desde Rotenboden (la penúltima parada del cremallera, a 2.815 m de altitud) al Riffelsee (2.757 m). Este lago queda un poco al margen de las sendas más frecuentadas pero depara una visión espléndida del Matterhorn. Si el viento no agita sus aguas, el pico con forma de sombrero de mago se refleja perfectamente en ellas.
El Cervino fue la última de las cumbres principales de los Alpes en ser conquistada y la trágica ascensión de 1865 a cargo de Edward Whymper aumentó la notoriedad de Zermatt. Alexander Seiler aprovechó la afluencia de turistas para construir a 2.222 m de altitud el Gran Hotel Riffelalp, con 150 camas, todo el confort moderno y una clientela internacional predominantemente inglesa. “El camino de Zermatt a Riffel puede hacerse a caballo y sin guía –se leía en la guía Baedeker de Suiza de 1888–. Requiere de 2 a 2,30 horas de subida y de 1h a 1h 30 de bajada”. El hotel, inaugurado en 1884, se amplió en 1890 y se benefició mucho de la inauguración del tren cremallera. Tras el incendio en 1961 y su renovación en 1986, hoy forma parte del complejo Riffelalp Resort.

Postal histórica del Gornergrat. Foto: D.R.
La construcción del espectacular tren de Zermatt a Gornergrat se completó en solo dos años. Pero el relieve y la altitud plantearon serios retos. Las tareas comenzaron en mayo de 1896 y la temporada de construcción ocupó tres veranos, entre la fusión de la nieve y el retorno del invierno. Más de mil operarios trabajaron simultáneamente. Su inauguración el 20 de agosto de 1898 lo convirtió en el primer ferrocarril eléctrico suizo de alta montaña. Al principio solo circulaba en verano, pero en 1929 ya alcanzaba Riffelberg en invierno y, desde 1941, también Gornergrat, accesible así los 365 días del año. Hasta la apertura del tren de la Jungfrau en 1912, fue el ferrocarril más alto de Europa.

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EVENTOS Y OFERTAS EN EL 125 ANIVERSARIO
ZOOOM al Matterhorn. Todos los billetes de ida y vuelta Zermatt-Gornergrat incluyen la entrada gratuita a una experiencia multimedia en la cumbre. Permite observar el Matterhorn con potentes telescopios terrestres, conocer la montaña en las diferentes estaciones mediante cine inmersivo en 3D y, por último, experimentar un vuelo en parapente con gafas de realidad virtual.
Concurso de fotografía. Se buscan las mejores fotos de Gornergrat de los últimos 125 años. Cualquier persona puede publicar sus fotografías en Instagram, dentro del hashtag: #125YearsGornergratRailway y Gornergrat Railway y etiquetadas como @gornergrat. El concurso transcurre entre el 1 de abril y el 31 de octubre de 2023 y pueden enviar varias imágenes.

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Conoce a las ovejas. Desde finales de junio hasta mediados de septiembre, alrededor de 125 ovejas de la raza Valais Blacknose, con sus cuernos en espiral, sus manchas negras y su pelaje único, volverán a pastar en Gornergrat. Como los pastores modernos, los visitantes podrán buscarlas en la naturaleza mediante localización GPS.
Descuentos. Entre el 1 de junio y el 31 de octubre, cualquier reserva en línea de un billete de ida y vuelta Zermatt-Gornergrat, con al menos con dos días de antelación, obtendrá un descuento de 12,50 francos. También hay un precio especial para quien pernocte dos noches en Zermatt y adquiera el billete de ida y vuelta a Gornergrat, con embarque prioritario, acceso a la experiencia multimedia en la cumbre y una taza de recuerdo del ferrocarril a Gornergrat como obsequio.