Dormir en patrimonio

El flamante hotel-museo en el que descubrir las tres culturas en Toledo

El proyecto que ve la luz tras 15 años de minuciosos trabajos de conservación patrimonial ya acoge sus primeros huéspedes.

En pleno corazón del casco antiguo, a pocos pasos de la Catedral, aparece tras una -aparente- pequeña fachada un hotel boutique convertido en joya museística por la cantidad de patrimonio que se esconde en su interior, se trata de ÁureaToledo. Este establecimiento, convertido en el primero de la ciudad dentro de su marca de hoteles de autor caracterizados por estar vinculados estrechamente al destino y a su cultura, está conformado por el conjunto de siete casas patio en cuyo interior han ido apareciendo gran variedad de elementos histórico-culturales que van desde pinturas del siglo XI pertenecientes a un antiguo palacio califal hasta murales, tablas policromadas medievales o techos labrados. Un tesoro en sí mismo que es posible disfrutar y vivirlo de cerca alojándose en su interior.

 

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Habitación de Las Pinturas Negras © Áurea Toledo

Del olvido al recuerdo

15 han ido los años dedicados a trabajar y crear de este conjunto de casas históricas un hotel realmente especial con un altísimo valor histórico y cultural. Sujeto a minuciosos trabajos de restauración patrimonial, este proyecto hotelero se ha ido creando con el paso del tiempo de la mano de un equipo de arqueólogos y restauradores que han sido los que han ido catalogando cada uno de los elementos patrimoniales de estos siete edificios que, hasta el momento de su adquisición, se encontraban abandonados y en ruinas. “Se compraron las casas que van del número 1 al 13, y todas estaban conectadas por patios. En la actualidad el hotel mantiene 4 de esos patios, pero había muchos más”, explica Patricia de Los Reyes, una de las restauradoras que ha estado presente a lo largo del proyecto.

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© Áurea Toledo

Barrio señorial

Ubicado en el barrio de Los Canónigos, este conjunto residencial formaba parte del área de la ciudad en el que vivía toda la gente que pertenecía a la Catedral o trabajaba en ella. “Durante la restauración se encontró un inventario fechado en 1457 que describe al milímetro como era esta casa, perteneciente a Tello de Guzmán, el Canónigo de la Catedral de Toledo. Era una vivienda de tres alturas con establos de bóvedas de cañón y una puerta hecha de granito”, explica de Los Reyes.

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Lobby del hotel © Áurea Toledo

En esta planta baja, donde se encuentra el lobby y la sala de estar, que hacía las veces de establo, también se encuentra el único aljibe de la ciudad de Toledo que se puede ver por dentro. En esta primera planta también se encuentra el gimnasio y el spa, donde aparece otra bóveda de cañón que todavía a día de hoy mantiene el suelo original de los establos.

 

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© Áurea Toledo

Habitaciones únicas

Por su singularidad, arquitectura y, sobre todo, por el patrimonio encontrado, cada una de sus 66 habitaciones es diferente. La habitación Pinturas Negras es, sin lugar a dudas, la más exclusiva del complejo. Nada más entrar el cliente se encuentra una habitación pintada en su totalidad por frescos datados de los siglos XIVy XV que se fueron descubriendo bajo capas y capas de yeso. Entre ellos aparecen representaciones como la imagen de Jesús orando en el huerto, una escena de amor cortesano, escenas de la vida de María Magdalena, detalles de un jardín renacentista o escenas de bodegones con árboles frutales y animales.

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Frescos de la habitación de las Pinturas Negras © Áurea Toledo© Áurea Toledo

Pero el resto de habitaciones no tienen nada que envidiar, cada una de ellas cuenta con frescos -como la que cuenta con los frescos de un salón islámico en el que sale el nombre de Alá-, alfarjes decorativos -unas piezas de madera labradas a mano que formaban parte del antiguo techo y de las que más de una se mantienen en pie en su totalidad-, lo que llaman graffitis de la época -unas pinturas que todavía a día de hoy se siguen investigando-, yeserias del siglo XIV con dibujos, serigrafiados o las ménsulas y zapatas que decoran patios y habitaciones. Tesoros únicos encontrados en cada una de estas casas que hacen especial la estancia en cada una de estas habitaciones.

 

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Sala de los escudos © Áurea Toledo


Espacios comunes Especiales

Además de las peculiaridades con las que cuenta el spa, en el que se mantiene el suelo original del establo, y del peculiar y bello lobby, existen otros espacios comunes en donde seguir disfrutar del patrimonio y la cultura que ofrece este hotel. La sala de los Escudos, ubicada en un antiguo salón islámico es otra de esas estancias, pues en sus paredes cuenta con 62 escudos nobiliarios franceses de los siglos XII-XIII con el nombre de la casa a la que representa cada uno de ellos en caligrafía gótica. Lo mismo sucede con la sala del desayuno, otro de los lugares comunes en donde seguir viendo retazos del pasado, puesto que en sus paredes cuelgan tres vigas talladas del siglo XI que formaban parte de un cargadero, además de contar con una pequeña terraza con azulejos de Talavera pintados a mano en representación de las tres culturas que convivieron en Toledo.