Al principio no es más que una carretera secundaria que se empina de forma despiadada y que desemboca en una entrada hermética y vigilada, como si se tratara de un área 55. Eso sí, detrás no se oculta ningún misterio, sino un complejo capaz de fascinar a cualquier tipo de viajero. Esto es La Fortalesa, uno de los espacios más fascinantes y complejos a este lado de los Pirineos.