a lo 'escargot'

Francia en autocaravana: seis rutas para descubrir el país galo

Para viajar con la casa a cuestas por el país vecino solo hay que decidirse por la ruta a seguir y prepararse para disfrutar del paisaje.

Bretaña, Normandía, la Provenza, Occitania, Nueva Aquitania o Alsacia son destinos perfectos para emprender una ruta en autocaravana o en furgoneta camper. Este tipo de vehículos equipados para dormir y cocinar ofrecen todas las ventajas para viajar por libre, cambiar de rumbo o modificar el tiempo de estancia en un lugar. La mayoría de poblaciones de Francia cuentan con campings y también con una zona pública para pernoctar, es decir para pasar la noche, no acampar.

Manual del autocaravanista

  1. NO es lo mismo acampar que pernoctar. Acampar implica instalarse en un lugar, mientras que pernoctar solo significa aparcar para pasar la noche. Según la Instrucción 08/V-74 del Ministerio del Interior, las furgonetas camper y las autocaravanas pueden comer o pernoctar siempre que estén bien estacionadas y no invadan el espacio público.

  2. En el caso de alquilar una autocaravana, es muy recomendable contratar un seguro que cubra todos los imprevistos y accidentes, por leves que sean.

  3. Antes de salir, conviene trazar un mínimo plan de ruta y, de paso, estudiar el tipo de carreteras por las que se circulará, así como los accesos a las ciudades y las opciones en la zona para aparcar, pernoctar o acampar.

  4. En el plan de ruta se debe tener en cuenta que hay que parar en algún camping o estación de servicio para rellenar los depósitos de agua y vaciar los de aguas grises y negras.

Mont Saint-Michel
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La silueta del Mont Saint-Michel aparece a lo lejos, al final de una carretera elevada que la marea no logra inundar. Tras dejar la autocaravana en la gran zona de aparcamiento, los viajeros emprenden la subida hasta el templo que corona esta icónica colina, emplazada dentro de territorio normando pero reclamada por los bretones. Su situación en las frontera entre ambas regiones históricas del norte de Francia, hace del Mont Saint Michel un enclave ideal para recorrer la costa hacia el este por Normandía o hacia el oeste por el norte de Bretaña hasta la punta de Raz, el finisterre de Francia.Ambas opciones ofrecen panoramas sensacionales de acantilados, pueblos balnearios que enamoraron a los pintores preimpresionistas, abadías medievales, bosques misteriosos y también las playas del Desembarco.

NORMANDÍA

La silueta del Mont Saint-Michel aparece a lo lejos, al final de una carretera elevada que la marea no llega a inundar. Tras dejar la autocaravana en la gran zona de aparcamiento, los viajeros emprenden la subida a pie hasta el templo que corona esta icónica colina, emplazada dentro de territorio normando pero considerada como propia por los bretones. Su situación, en Normandía y cerca de la frontera con Bretaña, hace del Mont Saint Michel un enclave ideal para recorrer la costa hacia el este por Normandía. Sensacionales acantilados, pueblos balneario que enamoraron a los pintores preimpresionistas, abadías medievales, bosques misteriosos y tambien las playas del Desembarco son algunas de las sorpresas que aguardan a sus visitantes.

BRETAÑA

Para llegar hasta la punta de Raz, el finisterre de Francia, hay que seguir un interesante camino en el que el país galo no escatima en belleza. La región de Bretaña transporta a la Edad Media con castillos como el de Comper, islas de ensueño como las que refugia el Golfo de Morbihan, puertos como el de Lorient, donde a pesar de los estragos de la guerra volvió a renacer para ser punto de partida de increíbles viajes por la costa de la región. Ciudades como Nantes, con su gran oferta cultural o Vannes, con sus coquetas casas entramadas, se alternan con pueblecitos de cuento, como Rochefort-en-Terre, o yacimientos neolíticos como el de Carnac, envuelto en mitos y leyendas.

ALSACIA

La región de Alsacia, encajada entre Los montes Vosgos y el río Rin, permite trazar una ruta con múltiples opciones de paradas y desvíos a los viajeros en autocaravana. Desde Estrasburgo hasta Mulhausen, pasando por Colmar, el itinerario visita ciudades medievales con fachadas de entramado a la vista y tabernas de aire germánico, circula junto a extensos viñedos y se acerca a castillos que hace siglos custodiaban la ruta comercial del Rin. Una serie de carreteras locales que recorren la región permiten explorar los bosques de los montes Vosgos y realizar excursiones a pie hasta alguna de sus cumbres (el Hohneck o el orondo Grand Ballon).

La Provenza
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LA PROVENZA

Mar y montaña, vestigios romanos, museos de arte, playas entre pinos y campos de lavanda. La Provenza es un mundo en sí misma, una región que garantiza un viaje con atractivos variados que basculan entre la cultura y el paisaje, la historia y la gastronomía. La luz que enamoró a Cézanne, Van Gogh o Renoir sigue arrancando matices a las casas de Aix-en-Provence, rodeadas de plantaciones, al núcleo de Gordes, encaramado a una colina rocosa, o a las calas que ribetean la Costa Azul. En esta región de carreteras estrechas y pequeñas poblaciones, las furgonetas camper son ideales por su tamaño.

El Perigord
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Nueva aquitania

La ruta por la cara norte del Pirineo, la vertiente francesa, tiene varias maneras de afrontarse. Uno de ellos es desde San Sebastián y Biarritz para luego tomar rumbo este e irse adentrando por los valles de cultura vasca. Pronto se llega a Burdeos, donde la historia y la gastronomía se dan la mano para atraer al viajero.

Perigord, con pueblos encaramados sobre peñas que se asoman a los ríos Dordoña, Dronne, Isle y Vézere, castillos y pueblos como Castelnaud, Beynac, Fayrac, Lacoste y Marqueyssac, vías de peregrinación como Saint-Avit-Sénieur, o la maravilla rupestre de las cuevas de Lascaux.

OCCITANIA

Desde Jaca hacia el norte, la ruta se mide con gigantes de roca como el Midi de Bigorre o el Vignemale, y puertos de vértigo como el deAubisque o el Tourmalet. Si se prefiere iniciar el viaje a orillas del Mediterráneo, el plan puede ser empezar en Cerbère, subir hasta Le Barcarès y Perpiñán, pasar por Ceret, llegar hasta la mítica y sagrada montaña del Canigó y, de ahí, cruzar la Cerdañay subir por los valles de la Ariège, visitar Carcasona, alcanzar la bella Toulouse, capital de la interesante comarca del Alto Garona, y adentrarse en la región del Gers para explorar su gastronomía y el legado de D'Artagnan.