Cine viajero

Goya 2023: cinco películas para viajar

Las nominadas a los Goya 2023 son, además de una estupenda propuesta cinematográfica, una invitación a viajar con los ojos bien abiertos.

El entorno rural predomina, y mucho, en las localizaciones de las cinco nominadas a Mejor Película en los Premios Goya 2023. En algunos casos, hasta se convierte en uno más de los protagonistas. Ocurre en la Lleida de Alcarràs, en Los Monegros de La Maternal o en El Bierzo de As bestas. La gran urbe, representada en Barcelona, acoge el centro para madres adolescentes al que alude el título de la cinta de Pilar Palomero y también la cárcel donde transcurre Modelo 77. Una hermosa villa de Vizcaya pone el contexto de mar: Mundaka, donde se forja el drama y reflexión que es Cinco lobitos. En el pueblo o en la ciudad, en el medio rural o en el urbano, son escenarios que ayudan a contar cada historia, que crean atmósferas y ambientes que aportan a la trama, que matizan los personajes. Nada es gratuito en el ejercicio de hacer cine.

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As bestas

Foto cedida por la productora

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AS BESTAS. Entre El Bierzo y Galicia

Lo último de Rodrigo Sorogoyen se enclava en paisajes rurales de El Bierzo y Galicia. La película más nominada a los Goya, con 17 candidaturas, sitúa su trama en una aldea del interior de Galicia, que, en realidad, es un pueblecito de El Bierzo (León). Y aquí el diminutivo es importante: un solo hombre habitándolo en los últimos 25 años y apenas 10 casas en pie. Su nombre es Quintela de Barjas, a 65 km de Ponferrada y a casi 35 minutos del núcleo urbano habitado más cercano. Allí coloca el director su thriller rural y a sus protagonistas. Por un lado, una pareja francesa (Denis Ménochet y Marina Foïs) instalada en la aldea hace tiempo, en busca de una vida tranquila. Por otro, los lugareños, encarnados en los hermanos Anta (Luis Zahera y Diego Anido). Un conflicto entre ambas partes hará que la tensión crezca hasta alcanzar un punto de no retorno. Vega de Valcarce, también en El Bierzo, y Sabucedo, en Pontevedra, son las otras localizaciones que completan la película. Esta última localidad es conocida por acoger cada mes de julio la “Rapa das Bestas”.
 

Modelo 77

Foto cedida por la productora

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MODELO 77. En la Ciudad Condal

Estamos en Barcelona. Corre el año 1977. Manuel (Miguel Herrán), un joven contable, encarcelado en la Cárcel Modelo y pendiente de juicio por cometer un desfalco, se enfrenta a una posible pena de entre seis y ocho años, un castigo desproporcionado para el delito cometido. Pronto, junto a su compañero de celda, Pino (Javier Gutiérrez), se une a COPEL, un colectivo asambleario de presos que reivindica la amnistía. Mientras el país se abre a la democracia, ellos cumplen penas desproporcionadas por delitos juzgados por tribunales franquistas. Los presos políticos ya han sido puestos en libertad. Ellos, los comunes, no. Es en Barcelona, dentro de esa cárcel y también en la ciudad que vemos  desde las azoteas o ventanas de la prisión, donde transcurre este capítulo casi perdido de la historia de nuestra transición que ha recuperado Alberto Rodríguez para la gran pantalla y que aglutina nada menos que 16 nominaciones

alcarras coche

Foto cedida por la productora

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ALCARRÀS. La Lleida más rural

El segundo largometraje de Carla Simón (Verano 1984) nace de la tierra. Una que la directora conoce bien y que frecuentó en su infancia: la que acoge los cultivos de melocotones en el municipio leridano, y pueblo del Segrià, que es Alcarràs. Allí sitúa su historia, la de una familia de agricultores que, después de 80 años cultivando la misma tierra, se reúne para realizar su última cosecha. Esta despedida viene provocada por la ruptura de un acuerdo verbal que durante décadas ha permitido a los Solé cultivar melocotoneros en un terreno donde el nuevo propietario, y heredero de las tierras, planea instalar placas solares. Aunque este último les propone hacerse cargo de su mantenimiento, no es el dinero lo que está en juego sino la propia identidad. Alcarràs consiguió el Oso de Oro en el pasado Festival de Berlín y representará a España en los Oscar en la categoría de Mejor Película Internacional. Con 11 nominaciones es la una de las favoritas de los Premios Goya 2023.

cinco lobitos

Foto cedida por la productora

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CINCO LOBITOS. La bella Mundaka

Ese retrato sobre la maternidad sin edulcorantes que ofrece la debutante Alauda Ruiz de Azua en su película comienza en Madrid y se desarrolla, compartiendo espacio con otra tarea de cuidados, en un bonito pueblo costero del País Vasco. Ese en el que viven los padres (Susi Sánchez y Ramón Barea) de la protagonista (Laia Costa), que acaba de ser madre y decide trasladarse un tiempo con ellos en busca de ayuda, aunque pronto se cambiarán las tornas. Porque Cinco lobitos aborda la cuestión de cómo ser madre sin dejar de ser hija. Una que, encima, cuida de su madre. En Mundaka, Amaia se reencuentra con el pasado, con la infancia y con las heridas heredadas. Esta bella localidad de Vizcaya presume de Cantábrico, que se deja ver en el propio cartel de la película. La ópera prima de la directora ha logrado 11 nominaciones a los Goya.

La maternal

Foto cedida por la productora

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LA MATERNAL. De Los Monegros a Barcelona

La segunda película de Pilar Palomero (Las niñas) cuenta la historia de una adolescente que se queda embarazada a los 14 años y que vive en una situación de exclusión social que la llevará a ingresar en un centro para madres menores de edad, donde comparte su día a día con otras jóvenes como ella. Allí dará a luz y tejerá grandes relaciones de amistad. Para construir su historia, la directora se sirvió de dos escenarios muy distintos: la comarca de Los Monegros (y sus pueblos Monegrillo, Sariñena o Poleñino), en Aragón, y la ciudad de Barcelona y Hospitalet de Llobregat. En la primera localización, la protagonista (Carla Quílez) vive con su madre soltera (Ángela Cervantes) en un viejo restaurante de carretera a las afueras de un pueblo. Ya en la ciudad de Barcelona se sitúa el centro para madres adolescentes al que irá a parar la joven. La Maternal, con tres nominaciones a los Goya, es un retrato de la complejidad de ser adolescente y madre al mismo tiempo, y quiere transmitir la fuerza y la heroica resiliencia de sus protagonistas.

As bestas