La muralla de Ávila, declarada Patrimonio de la Humanidad, es uno de los límites de la que en su momento fuera la residencia de verano del primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez. Un pequeño hotel boutique con diez habitaciones que permite conocer un poco más de cerca sobre su historia desde el interior del casco histórico de la ciudad de Ávila, reconocida como patrimonio de la Humanidad.