Plantado ahí es imposible que pase desapercibido, ni para los que viajan en tren ni para los que lo hacen por carretera. Hay edificios que buscan borrarse y otros que no, que tienen marcado en su ADN la exhibición. El Belvédère du Rayon Vert es de estos últimos y parecerá una paradoja, pero en su decadencia aún es más atractivo. En cierto modo, este edificio es el Johnny Deep de la arquitectura: se le recuerdan tiempos mejores, sí; pero, oye, aún conserva más de lo que muchos tienen. Como diría Kurt Vonnegut en su novela Matadero cinco (1969): “Así fue y será”.