Foto: Higgins Hotel
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Arte y hangares
Esta no es solo la historia de un hotel. De hecho, antes de que se abra, en el próximo mes de noviembre, el Higgins Hotel & Conference Center, merece la pena fijar el foco en lo que está sucediendo en el Arts & Warehouse District de Nueva Orleans. Este barrio, ubicado junto al Misisipi, está transformando poco a poco sus almacenes y edificios portuarios fluviales en espacios creativos, restaurantes cuquis y museos. Entre ellos, el National WWII Museum dedicado a la II Guerra Mundial, situado justo donde se ensamblaron hasta 20.000 vehículos anfibios, la flota de esta clase jamás construida.
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En honor a Andrew Higgings
El hotel, gestionado por la cadena Hilton, lleva el nombre del creador de Higgins Industries, la compañía de Louisiana responsable en fabricar aquella legión mecanizada. Un hombre que resultó fundamental en la retaguardia durante el conflicto. De hecho, el mismísimo Eisenhower llegó a asegurar: "Si Higgins no hubiera diseñado y construido esos vehículos anfibios, nunca hubiéramos podido aterrizar sobre una playa abierta. Toda la estrategia de la guerra habría sido diferente".
Foto: Higgins Hotel
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Pura Nostalgia
Las 230 habitaciones del hotel, así como los espacios comunes y las salas de conferencias están inspirados en la estética de los años 40 y, sin aludir directamente al conflicto, sí que se inspira en el imaginario militar 'vintage'. El objetivo es el de ofrecer una experiencia totalmente inmersiva que se complemente con la visita al museo de la II Guerra Mundial.
Foto: Higgins Hotel
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No solo estética
No obstante, más allá de los guiños estéticos, el Higgins Hotel es un establecimiento moderno. Sus habitaciones están perfectamente equipadas con las últimas tecnologías y sus espacios gastronómicos dulcifican la memoria de la contienda. Sin ir más lejos, el restaurante Café Normandie que toma su nombre del famoso día D, está especializado en la cocina francesa mientras que el bar Kilroy toma su nombre de un héroe de cómic de la época.
Foto: Higgins Hotel
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Conectado con la historia
Los vínculos con el WWII Museum no son solo temáticos. De hecho, la otra gran peculiaridad de este establecimiento es que está directamente conectado con el museo a través de una pasarela, de ahí que la tematización de la decoración no sea un capricho, sino más bien un respeto a su vecino y una oportunidad única para dormir en un entorno casi museístico.
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Ya en el museo
Dentro de estas instalaciones espera todo un viaje al pasado. Conceptualmente, esta institución está muy enfocada en el público estadounidense a quien busca enseñar las grandes hazañas y las penurias vividas durante la guerra que lo cambió todo. En definitiva, no deja de ser un museo algo 'yankee' que palía esta sobredosis de patriotismo con una colección de objetos absolutamente maravillosa. En total, hasta 250.000 artefactos que se intercalan con paneles interactivos. Todo por y para la memoria.
