No resulta fácil llegar hasta Laguardia. Esta villa medieval, capital de La Rioja Alavesa, se asienta imponente entre la fotogénica Sierra de Cantabria y el valle del Ebro que también recorre las entrañas de La Rioja. Fundada en el siglo X con un claro propósito defensivo, Laguardia ha sido testigo de cómo su patrimonio histórico iba mermando a medida que su fama como destino hedonista iba ganando adeptos. Al igual los vestigios de la muralla que todavía se mantienen en pie, esta localidad tampoco se viene abajo y, en los últimos años, ha sabido transformarse en un lugar donde comer, beber y disfrutar en un entorno como pocos.
Cosme Palacio, la segunda bodega más antigua de la zona, fundada en 1894 por Cosme Palacio y Bermejillo se encuentra muy cerca de la localidad, por lo que no solo comparten tierra, sino también idiosincrasia. Pero además de como bodega, este edificio ya funcionó durante unos años como hotel: de hecho fue la primera bodega de Rioja Alavesa que abría sus instalaciones históricas como alojamiento turístico.

Casa Cosme Palacio
Corría el año 1991 y a pesar de que el objetivo estaba claro, no acabaron de sentirse cómodos con el establecimiento, así que cerraron, hasta que en 2021 el concepto definitivo llegó desde el otro lado del charco: ‘by invitation only’, con refuerzos comprensibles como la exclusividad, la sostenibilidad o el cuidado del patrimonio. No es que solo sea para unos pocos, es la forma en la que los Entrecanales Domecq e Hijos entienden el turismo, mimetizándose con el destino, respetando el equilibrio local y potenciando el descanso, la relajación y la tranquilidad.

Casa Cosme Palacio
La casa hoy
El edificio de piedra en el que ahora luce La Casa cesó su actividad de elaboración de vino en 1970, pero conserva la estructura original del lugar y la esencia con la que se elaboró Cosme Palacio. Dividida en tres plantas, la casa cuenta con 13 habitaciones, cada una de ellas diferentes entre sí, pero todas con un elemento común: la sencillez. Colores neutros, luz, confort y una apuesta común que se eleva sobre toda la ciencia y la conciencia de la casa, la sostenilidad. Aquí no hay ningún producto de un solo uso y, además, los amenities son de Aesop, elaborados con ingredientes naturales.
En Casa Cosme la ostentación se sustituye por palabras como privacidad y exclusividad, y esto se hace extensible también a espacios como los tres salones con los que cuenta la casa con todo tipo de bebidas y picoteo a disposición de los huéspedes dentro de un servicio ‘todo incluido’ que aquí prefieren llamarlo ‘cortesía de la casa’.

Casa Cosme Palacio
También en los espacios más inaccesibles, como la sala de depósitos o la sala con seis calados centenarios de piedra de sillería, algo que solo está abierto a los huéspedes. La casa se completa con estancias como la piscina que, climatizada, también está diseñada por Gregorio Marañón, o el museo que, ubicado en las antiguas caballerizas, hoy se utiliza también como sala polivalente para realizar talleres de flores o cualquier otro tipo de actividad que el huésped desee.

Casa Cosme Palacio
Por invitación, pero pagando
Querer alojarse aquí no es suficiente, hay que ser invitado. No es que se trate de un club y se necesite una membresía, pero sí que el equipo de Cosme Palacio quiere que todas aquellas personas que se alojen aquí sepan a qué vienen y, sobre todo, entiendan muy bien la filosofía de la casa. Aun así, y según Ignacio Oñate, director de Casa Cosme, “muy pocos solicitantes no pasan el filtro, y si se quedan fuera siempre es por una cuestión de expectativas que nosotros no podemos cumplir”.
Alojarse en Casa Cosme cuesta desde 4.000 euros al día según el número de personas y la temporada, pero aquí están incluidas todas las facilidades de un hotel de cinco estrellas, como mayordomo 24 horas y desayunos, comidas y cenas que se pueden montar en cualquier rincón de la casa, por ejemplo en el viñedo. También los vinos y el acceso al gimnasio, al servicio de e-bikes, y a numerosas actividades -algunas con coste y otras sin- que propone el equipo de la casa que, dependiendo de la temporada, está formado por hasta 6 personas.

Casa Cosme Palacio
Objetivo: reconexión
Tras un año de andadura, La Casa Cosme Palacio continúa con el objetivo del alojamiento, que es que los huéspedes se sientan como en casa, en el sentido más literal de la expresión, y que puedan imaginar y disfrutar sus propias experiencias. Ellos se encargan de diseñarlas.
De ahí que la Casa Cosme Palacio ha incorporado, en sus cabinas, diferentes experiencias spa de Natura Bissé para continuar el de calma y bienestar, alineado totalmente con la esencia que desprende La Casa Cosme Palacio.
La propuesta gastronómica, bajo la supervisión del chef David Fernández, se basa en la utilización de productos de cercanía para rendir tributo a la cocina vasco-riojana con toques de innovación. De ahí que en su mayoría se utilicen los productos locales y cultivados en el huerto de La Casa, como los tomates o las fresas, que los huéspedes pueden comer recién recogidos de la mata.

Casa Cosme Palacio
También el aceite, que proviene de las aceitunas de los olivos de la finca y se prensa en una almazara tradicional de la villa medieval. Por otro lado, los embutidos, el café, el chocolate, los panes o el helado son elaborados por maestros artesanos de la región, cuyos obradores pueden visitar los huéspedes para conocerlos in situ y realizar diferentes talleres. Incluso la miel se elabora en la propia casa. Cobran especial protagonismo los sabores de esta tierra de contrastes que se esfuerza, cada día, por mantener el equilibrio perfecto entre el presente y el futuro sin olvidar el pasado.