Epítome haussmaniano

El último secreto del Distrito 8 de París

El hotel Grand Powers consigue ser un establecimiento sorprendente donde ya casi nada sorprende. ¿Su fórmula? Elegancia francesa, diseño italiano y confort inglés.

Sí, al Distrito 8, al llamado triángulo de oro, le quedan cosas que contar. No todo estaba visto en esas tres avenidas (Montaigne, George V y Campos Elíseos) que, de esplendorosas y tantas veces paseadas, parecen haber perdido su capacidad de asombrar y sorprender. Y sin embargo,  había aún un rincón por descubrir y, aunque cumple cien años desde su apertura inicial, el hotel Grand Powers, en un idílico esquinazo haussmaniano, se ha revelado en pleno 2020, tras una profunda remodelación, como un nuevo imprescindible en la ciudad de la luz y el amor. 

 

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Building Façade Horinzontal. Discreto 'power'

Foto: Grand Powers París

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Discreto 'power'

Este complejo abrió sus puertas hace justo cien años en manos de una familia inglesa. Estos orígenes no pasaron desapercibidos ni en su esencia ni en su función. El hotel Powers nunca entró en esa liga de las grandes estrellas de la hotelería europea. Fue un hotel de lujo, pero de ese lujo en frasco pequeño, classy, abierto a la ligereza y alegría de los años 20 parisinos pero también respetuoso con la sobriedad y elegancia british que buscaban sus huéspedes, procedentes de Inglaterra que combinaban una estancia en esta urbe con sus vacaciones en la Riviera Francesa. 

Detail Desk 1. Viaje por el arte y el diseño europeo

Foto: Grand Powers París

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Viaje por el arte y el diseño europeo

Su estilo, como el de toda Europa, evolucionó con los años aunque sus bases se mantuvieron. El Art Deco, el modernismo… Todos fueron marcando su carácter hasta hoy. En 2019, ya formando parte de la familia Marang, y de la mano de los arquitectos Basti-Behzadi y la decoradora Cathy Crinon, fue objeto de una reforma más que lo convirtió en Grand, en miembro con todas las letras de Small Luxury Hotels of the World. Esta remodelación lo adecuó a los tiempos, incorporó el diseño italiano y las comodidades actuales.

Como siempre en los casos de hoteles boutique de gestión familiar y supervisión personal, el encanto y el detalle es innegable. Está en esa lámpara chandelier que preside el coqueto recibidor y que lleva allí desde sus inicios. En la preciosa escalera interior de madera magníficamente restaurada. En esos materiales nobles traídos al presente con mobiliario contemporáneo. Una mezcla exquisita que aquí funciona porque se nota el buen gusto y el cuidado de la propiedad, al frente de cada paso dado en este espacio y en su otro ojito derecho, el también fantástico Grand Hotel du Palais Royal, hoy en boga gracias a sus exteriores, escenario de la serie Emily en París. Por cierto, otra anécdota en clave artística: Henri Betti compuso la canción C’est si bon tras un encuentro, en el Grand Powers, con el mismísimo Louis Armstrong, quien luego la haría famosa.

1384 Terrace from the room. 'Conciergerie' de oro

Foto: Grand Powers París

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'Conciergerie' de oro

Aquí a cada huésped se le llama por su nombre, algo de lo que se presume a menudo y pocas veces se cumple en el sector de la hotelería de lujo. El personal, en especial el equipo de conserjería, es en gran parte responsable de que el viajero se sienta en casa y de que ninguna petición se desatienda en lo que a la estancia en sí se refiere o a actividades externas. Antoine o Thibault, con membresía Clefs d’Or, se encargan de concertar una visita VIP a la exposición del momento; o bien organizan una mañana de navegación privada y picnic por el Sena de la mano de River Limousine; o bien una mesa complicada en algún restaurante de nivel, como su fantástico vecino cantonés, LiLi, en el hotel Peninsula.

Celadon Junior Suite - Overview - Copie. Habitaciones muy 'Grand'

Foto: Grand Powers París

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Habitaciones muy 'Grand'

El hotel cuenta con cincuenta amplísimas habitaciones que asombran a todo aquel que se aloja. Su tamaño no es habitual ni en esta ciudad ni en un establecimiento con estas dimensiones. Y todas respiran eclecticismo. Tanto, que cada planta se distingue por un color. A lo largo de los seis pisos, doce junior suites, dieciocho superiores, diecinueve “deluxe” y una suite de 75 metros cuadrados, L’Élégante, con una invitada de lujo: una perspectiva de postal de la torre Eiffel. De ella, o de las fachadas circundantes, se disfruta desde los ventanales y balconcitos, algunos con íntimas mesas, en el resto de cuartos. En el interior, chimeneas de mármol, relojes y espejos en los que hoy se integran pantallas con la última tecnología. Burós de los años 40 sobre los que reposan piezas italianas que guiñan un ojo a Gio Ponti o Carlo Scarpa. Altísimos techos con molduras que son un encomiable trabajo de artesanía. Suelos de roble húngaro, vanguardia artística en las paredes y unos baños, ¡qué baños! En ellos el latón rompe aún más con el clasicismo y una teatral iluminación contrasta con la luz natural que todo lo invade.

L'assiette verte du jardinier. Gastronomía saludable y local

Foto: Grand Powers París

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Gastronomía saludable y local

Y con "local" no solo nos referimos a su apuesta por el producto seleccionado con nombres y apellidos, también a que los parisinos abarrotan el Café 52 para comer sano y casual a diario o cenar de igual manera a la luz de las velas y con una animadísima atmósfera los fines de semana. Maxime Raab, el chef, antes en el popular Fouquet’s, se compromete a dar lo mejor de la tierra, del mar y de la temporada con un enfoque eminentemente vegetal, creativo y delicioso. Eso de que comer healthy no está reñido con el sabor se demuestra aquí. Pescado del día con imaginativas guarniciones vegetarianas, jugoso pollo orgánico, recetas íntegramente elaboradas con las verduras que cultiva Bruno Cayron… ¡Y qué desayunos! Estos sí, clásicos y a la francesa con estupenda repostería y unos huevos benedictinos por los que merece coger un avión. 

Treatment room Horizontal. Wellness

Foto: Grand Powers París

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Cuerpo y mente

Gusta que un pequeño hotel urbano preste tanta atención al lado wellness. Las esencias diseñadas por Rémi Porthault impregnan todas las estancias entre contrastes y recuerdos de cálido hogar. Su spa Thala, con jacuzzi, sauna y baño de vapor, desconecta del ajetreo capitalino y reconecta con la tranquilidad que se respira en Grand Powers. Su carta de tratamientos es notable, de la mano de los productos de Dermalogica, y cuenta con un pequeño gimnasio con equipamiento de Technogym. Las amenities en las habitaciones son de Dyptique. Sí, son de llevárselas. O de volver todo el rato. Cuesta imaginarse otra visita a París sin pasar por el hotel más “chic” y casi secreto de los que reinan allí.