Hoteles con historia: Mandarin Oriental Hyde Park

De club de caballeros a hotel

Para conocer sus orígenes hay que remontarse 132 años atrás, cuando el edificio fue proyectado como un selecto club de caballeros, algo tan propio de la capital británica, y no como un hotel. Durante su construcción se convertiría, además, en el edificio más alto de Londres, no sin los correspondientes recelos sociales que quedaron placados en 1889, cuando finalmente se terminó este edificio eduardiano de característico ladrillo rojo. En 1902 ya era el Hyde Park hotel. Y el resto, claro, es historia, porque aquí ha pasado de todo, incendio incluido, lo que obligó a cerrar el hotel. Dos años más tarde y más de 100 millones de libras de renovación, por aquí no ha pasado nada, y si ha pasado, es para mejor. Manteniendo intactas zonas que debían mantenerse así, como su oscuro y lujoso vestíbulo equipado con mármol procedente de ocho países diferentes, el resto ha sido revisado por la diseñadora Joyce Wang, que le ha otorgado a la propiedad un aire probablemente más naíf y mucho menos aristocrático.

It’s all about Hyde Park

Inspirándose en el parque junto al que el hotel lleva vinculado más de un siglo, Wang, dotó al hotel de un color, y hasta casi de una textura, menta pastel con tonos marrones que recuerdan notablemente a los árboles de Hyde Park. Los candelabros de cristal han sido reemplazados por luces diseñadas para parecerse a flores y la iluminación del vestíbulo se ha ajustado de manera inteligente para iluminar cualquier rincón oscuro, aunque la esencia de la entrada continúa siendo la misma. Y menos mal. Es por eso que continúa también el festival flores frescas diseñadas por McQueens a la entrada del hotel, y ahora también en cada planta del edificio.

La preboda de los príncipes de Inglaterra

La vinculación del hotel con la familia real británica continúa siendo muy estrecha (el príncipe Guillermo y Kate Middleton celebraron aquí la cena previa al día de su boda con sus cientos de invitados), de ahí que se haya conservado también la mítica entrada real que el hotel tiene solo a disposición de la familia, aunque hoy se limite más a una deferencia que a algo más práctico.

Todas las mullidas alfombras de sus 141 habitaciones y 40 suites han sido reemplazadas por suelos de cálida madera de color beige y los baños, forrados hasta la bandera por un mármol blanco casi inmaculado, cuentan con inodoros japoneses de alta tecnología. Las amenities son de Jo Hansford, una reputada firma cosmética con sede en Londres.

El mejor spa urbano de Londres

El binomio piscina y chimenea resulta difícilmente superable, pero si además se le añade un gimnasio de última generación, un hamman, una sauna y una carta repleta de tratamientos de todo tipo, la tentación es ya del todo irresistible. No es de extrañar por tanto que, tanto antes como después de la reforma, el spa del Mandarin Oriental Hyde Park esté considerado como uno de los mejores de la ciudad. El hotel también ha traído al codiciado podólogo francés Bastien González al mercado del Reino Unido por primera vez, algo que, por si no fuera ya suficiente, remata la oferta de bienestar del Mandarin Oriental Hyde Park.

Desayunos con caballería

Tres estrellas Michelin y la alabanza de crítica y público son más que suficientes para que, desde 2011, la cena en Mandarin Oriental Hyde Park se sirva en Dinney by Heston Blumenthal. Una sólida alianza entre propiedad y chef cuya apuesta conjunta por una cocina experimental de la comida, funciona a la perfección. Los platos de marca registrada incluyen el parfait de hígado de pollo con mandarina y naranja y el risotto de azafrán; pollo cocinado con salsa de apio picante y hoja de ostras; y el postre estrella de la casa, la piña asada durante infinitas en un asador que completa un menú que no decepciona. Nada aquí lo hace. Tampoco el desayuno, que satisface todas las necesidades y estilos dietéticos, y que también se sirve en este espacio. Un tip: mejor escoger mesa junto a la ventana para poder ver, cada mañana, a la Caballería Británica cabalgar por Hyde Park.

Abierto también a la ciudad, en la planta baja del hotel se encuentra el bar Boulud, un restaurante inspirado en el bistró francés del chef Daniel Boulud, galardonado con una estrella Michelin. Más casual que su vecino de arriba, la (enorme) hamburguesa es uno de los platos estrella de un menú donde también abundan los cócteles. Un maridaje perfecto en un entorno, tópicos a un lado, único.