Cuando llega la última semana de agosto, todo Mataelpino sale a la calle. Durante el 24 de agosto, coincidiendo con San Bartolomé, se celebran las fiestas del pueblo, donde una de sus principales actividades es lo que todos ya conocen -desde 2009- como el Boloencierro.
Aunque la fecha de la celebración suele coincidir con esta festividad, este año se han dado algunos cambios y, en homenaje al estreno de la nueva película de la famosa saga de Indiana Jones, se celebró el día 30 de junio con novedades.
Un encierro de película
Este año la edición es especial. Con motivo del estreno de la película del arqueólogo más famoso de la gran pantalla, el encierro se ha adaptado y, encontrando las similitudes entre el funcionamiento de la festividad y una de las escenas más conocidas de la película 'Indiana Jones: En busca del Arca Perdida' dónde una piedra gigante le persigue cuesta abajo, se homenajeará al famoso personaje.
Es por esto que se ha avanzado la fecha casi un mes, y el Ayuntamiento ha decidido celebrar un boloencierro nocturno, rodeado de antorchas, con espectáculos de fuego y al son de los tambores, de la mano de los más fans de Indiana Jones.
Una tradición reciente
Cada año, al escuchar el ruido del petardo, el nerviosismo recorre por las venas de todos aquellos preparados en la salida que, sin tiempo de pensarlo, dirigen toda su energía hacia las piernas y empiezan a correr descendiendo por una de las calles de Mataelpino al grito de “¡que viene el bolooo!”, hasta la Plaza Mayor, mientras una bola gigante de 30 kilos les persigue por detrás.
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Este municipio de la Sierra de Guadarrama, en Madrid, buscó hace una década una original solución a los recortes que, sin superar las ganas de mantener la tradición, obligaron a cambiar los toros por una bola de enormes dimensiones. En sus inicios, medía tres metros de diámetro, pesaba 200 kilos y estaba hecha de metal, resina o poliespán, pero el riesgo que tenía el uso de una bola con estas dimensiones y materiales, y los accidentes reiterados que pasaban año tras año, hicieron que se llegase al acuerdo de cambiarla y hacerla más pequeña, cosa que ha mejorado la situación pero, de todas formas, no ha evitado que, de vez en cuando, alguien se lleve algún rasguño de más. Ahora, pesa 30 kilos y es de plástico ligero, y los participantes de la carrera están obligados a llevar casco.
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Una fiesta para todos
Aunque pueda parecer una fiesta de adultos, es apta para todos los públicos. La carrera se divide en dos categorías, y la conocida que hacen los adultos con la bola gigante, se adapta para los más pequeños, que, con la misma dinámica, en vez de correr siendo perseguidos por una bola de 30 kilos, a ellos les persiguen cuatro bolas de dimensiones más pequeñas. Pero, sin duda alguna, la emoción es exactamente la misma.
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Un éxito que se contagia
La adrenalina que se vive en esos días de verano no ha querido quedarse solo en una localidad madrileña, así que otros pueblos de sus alrededores -como Cercedilla, Torrelaguna o Miraflores de la Sierra- han querido sumarse a esta nueva forma de celebrar encierros y, desde hace poco tiempo, también desciende una bola de enormes dimensiones por sus calles persiguiendo a sus habitantes.
Aunque el éxito parezca solo nacional, esta fiesta popular ha traspasado fronteras y ha llegado a oídos de la Revista Forbes, que, en 2020, la puso entre los 10 eventos deportivos más originales de Europa de ese año.
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