CUESTIONARIO EN MODO AVIÓN

Isabel Coixet: "Me he enamorado en tres ciudades: Tokio, París y Nueva York"

La directora estrena ‘Foodie Love’, su primera serie televisiva en la que mezcla gastronomía y amor, y otra de sus pasiones: viajar.

Isabel Coixet (Barcelona, 1960) estrena 'Foodie Love', su primera ficción televisiva –y la primera serie producida por HBO España–, en la que aúna dos de sus grandes pasiones, las historias de amor y la comida, con una pareja (Laia Costa y Guillermo Pfening) que se conoce a través de una app para amantes de la gastronomía. Pero si algo entusiasma a la directora –ganadora de ocho premios Goya– es el placer de viajar, algo que ha demostrado en la mayoría de sus películas, rodadas en París, Vancouver, Nueva York, Tokio o Sarajevo. Inquieta, si hace unos días estuvo en Bilbao impartiendo la masterclass anual de SundanceTV en el Museo Guggenheim, en un par de meses viajará a Benidorm para rodar su próxima película.

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Foto: HBO

¿Qué ciudad elegirías si viajamos hacía el norte?

Reikiavik. Me encanta la gente islandesa. Es el único país del mundo sin árboles en el que pienso que podría vivir bastante tiempo.

¿Y al sur?

El Perito Moreno. Es un lugar mágico, en el que el calentamiento global se ve. Fui hace cinco años y escuchar el sonido de los glaciares ha sido lo más impresionante que he visto en mi vida. Me encanta el sur de Argentina.

Eres una amante de Japón, donde rodaste ‘Mapa de los sonidos de Tokio’ (2009). ¿Es tu lugar fetiche al este?

Japon es mi país favorito. Al este, Tokio siempre. Es un país de una complejidad, una delicadeza y, a la vez, de una belleza… que me pilla siempre. La presencia japonesa está en la serie que estreno, ‘Foodie Love’. Estoy influenciada por los sonidos, su estética. Creo que la presencia de Oriente está en mis trabajos. Bueno, Japón porque China es otra cosa (risas).

¿Y al oeste?

San Francisco. He estado mucho tiempo. Me encanta su luz, de una definición brutal.

¿Qué tipo de viaje propones con ‘Foodie Love’?

Es un viaje gastroemocional, con una pareja que se relaciona por una app que une a gente que aprecia la buena mesa. En el rodaje visitamos Japón, el sur de Francia, Roma y sitios de Barcelona. Curiosamente, un país como Francia, que ha elevado las bellas artes de la cocina, gastronómicamente en la serie es el menos interesante de todos. Es esa ausencia de comida lo que les lleva a otros puntos de su relación.

Ya que hablamos de gastronomía, ¿dónde crees que se come mejor?

Me encantan los sitios populares. Soy democrática. Es importante el lugar, pero no tiene que estar bien decorado. La atmósfera la puede crear un personal atento, al que le gusta lo que hace, y que te contagia. Un chiringuito de ramen, que no está premiado con estrellas Michelin, debajo de una estación de metro mientras llueve me parece el paraíso.

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Foto: Cordon Press

Y, junto a la cocina, el amor. ¿Cuáles son las ciudades ideales para enamorarse?

Ay, dios… (risas). En base a mi experiencia te puedo decir que me he enamorado en tres ciudades: Tokio, Paris y Nueva York. De las tres, las ciudades en las que más he estado han sido París [donde rodó ‘Paris, je t’aime’ (2006)] y Nueva York [donde se ambienta ‘Aprendiendo a conducir’ (2014)]. Y si tuviera que elegir una ciudad ideal para enamorarse sería Nueva York.

¿Qué sueles llevarte de recuerdo de tus viajes?

Cuando voy a Francia un queso, ya te lo digo. De Japón suelo traerme salsas, por ejemplo, salsa de yuzu que no es fácil de encontrar, condimentos… Y libros, muchísimos. También fotografías y postales antiguas.

Para una persona como tú que rueda en diferentes países, ¿qué significa viajar?

Para mí viajar es descubrir, remover cosas. He tenido la suerte de rodar películas en otros países, lo que me ha permitido entrar de lleno, conocer los mecanismos de trabajo que son los de la vida, en definitiva. Al viajar compruebas que aquellos lugares que parecen alejados de tu forma de ser te descubren cosas que conectan contigo. En Borneo puedes encontrarte a una persona que te recuerda a tu madre. El mundo es muy basto, pero muy pequeño, en realidad.

¿Ha cambiado mucho la forma de viajar?

Antes se iba con mucha maleta (risas). Ahora hay más gente que puede viajar. Antes solo viajaban los ricos y los esclavos, y ninguna de las dos opciones es la buena hoy en día (risas).

¿Qué recuerdas de tu primer viaje siendo niña?

Recuerdo ir en coche con mis padres a Francia. Fue la primera vez que probé el melón con jamón. Fue en un hotel de Toulouse. Tenía siete años y me pareció algo súper exótico, inconcebible.

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Foto: Cordon Press

Gracias a tu filmografía podemos recorrer el mundo a través de tus películas. Por ejemplo, Vancouver, donde rodaste en 2008 ‘Elegy’, con Penélope Cruz…

De Vancouver me llamó la atención la cercanía de los bosques en la ciudad, y que la mitad de la población es asiática. Vancouver tiene los mejores restaurantes asiáticos de Canadá.

¿Qué recuerdas de Gales donde filmaste ‘Mi otro yo’ (2013), con Sophie Turner?

Que no se come bien (risas). No repetiría. Además, el té lo hacen aguado. Gales no es para mí.

La premiada ‘La librería’ (2017) te llevó a Irlanda…

Me encanta Irlanda, tanto el norte como el sur. Hay algo bonito en el carácter de los irlandeses, me caen bien. Los británicos, no tanto (risas).

En Sarajevo rodaste el documental ‘Viaje al corazón de la tortura’ (2003)…

Recuerdo a un equipo muy unido, una ciudad devastada, el dolor de las víctimas de la guerra. También el calor de la gente cuando volvimos para enseñar la película. Recuerdo una bruma fina. Es un lugar que me impresionó mucho.

Por otro documental fuiste a Uzbekistán en 2009…

Rodamos ‘Aral, el mar perdido’ para la fundación We Are Water sobre el mar de Aral. Recuerdo recorrer kilómetros y kilómetros en jeep por una zona que antes había sido un mar. Aquella población se nutría de la pesca y ahora solo quedaban esqueletos de barcos.

Por último, ¿cuál ha sido tu último destino?

Este verano, nos fuimos mi pareja y yo a recorrer los lugares que frecuentaron Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Nos hicimos una ruta siguiendo sus pasos. El hotel Mistral en Paris, en el que estuvieron más tiempo, fue uno de ellos. Se encuentra al lado del cementerio Montparnasse, donde fueron enterrados juntos.

¿Y el próximo?

A partir del 20 de enero comienzo a rodar en Benidorm mi próxima película, ‘Nieva en Benidorm’. En ella, el protagonista busca a su hermano, pero no lo encuentra. Vemos cómo conviven dos comunidades, la británica y la española, que no se cruzan, que no conviven juntas. Benidorm es una ciudad que me impresionó. Según la mentalidad con la que vas, parece difícil, es una tierra de contrastes inmensos, pero acabas cogiéndole cariño.