Un arca contra el apocalipsis

Las Islas Svalbard construirán un edificio para conservar las memoria del mundo

Bajo el nombre de 'The Arc', la instalación situada en el mayor asentamiento del archipiélago, exhibirá parte del Archivo Mundial del Ártico, del semillero más grande y seguro del mundo, así como una colección exclusiva del patrimonio cultural de la humanidad.

Situadas allí, tan lejos del resto, en las alturas del globo, tan cerca del Polo Norte, las Islas Svalbard se han ido forjando en los últimos años la imagen de ser el último reducto de la Tierra donde aún se puede depositar la esperanza por un mundo más sostenible. Las ballenas surcan libres las costas gélidas, los leones marinos descansan a sus orillas y los osos polares se cuentan por miles, muchos más que habitantes. Por eso la confianza en que el planeta aún puede resistir. La fe se conserva aquí con la seguridad con la que lo hace cualquier elemento enterrado en permafrost, la capa de tierra que cubre aproximadamente el 60% del archipiélago y que se encuentra permanentemente congelado.

Ese es justo el motivo por el cual en la última década se han construido bajo el hielo varios edificios claves para la humanidad como lo es el Archivo Mundial del Ártico, que preserva el patrimonio digital de toda la humanidad o la Bóveda del Fin del Mundo, el recinto excavado en la ladera de una montaña donde se preservan millones de semillas procedentes de todo el mundo en caso de catástrofe climática. De no ser por motivos trascendentales, la construcción estaría vetada. De hecho, ni siquiera está permitido enterrarse en las Svalbard y es que de hacerlo se correría el riesgo de que los agentes infecciosos permanecieran en estado latente en el permafrost y resurgir al cabo de varios años o incluso siglos. Ahora, el archipiélago ártico presenta en sociedad The Arc, el nuevo edificio que al igual que los anteriormente comentados, también tiene una misión fundamental para la humanidad.

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The Arc

Foto: Snøhetta

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The Arc

El nombre debe su origen a la primera sílaba de dos palabras en inglés que definen su esencia: Arctic y Archive. Diseñado por la firma noruega Snøhetta, The Arc está concebido para albergar el Archivo para la Memoria Mundial, aunque parte de sus instalaciones también irán dirigidas a exhibir contenido tanto del semillero como del Archivo Mundial del Ártico, ya que ambos lugares se encuentran altamente protegidos y cerrados al público. Además, el centro también reservará una parte dedicada a la formación geológica única de las Svalbard.

De Munch a Pelé, pasando por el Vaticano

Foto: Snøhetta

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De Munch a Pelé, pasando por el Vaticano

En su objetivo de preservar la Memoria de la Humanidad, algo así como una cápsula del tiempo, The Arc ha empezado a crear una colección tan singular como variopinta, y es que en el interior de la bóveda principal se podrán observar desde manuscritos del Vaticano que datan de cerca de 2000 años, cortes de vídeo del mítico futbolista brasileño Pelé o los cuadros del pintor noruego Edvard Munch.

La bóveda

Foto: Snøhetta

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La bóveda

Para llegar hasta ella, primero hay que cruzar el edificio principal, suspendido varios metros sobre la nieve para evitar el calentamiento del permafrost. Al estar construida a base de paneles de vidrio oscuro, no solo hará las funciones de recepción sino también se convertirá en un espectacular mirador a las estepas heladas de Longyearbyen, el mayor asentamiento de las Svalbard. Tras ello, un puente conduce a la bóveda principal. De estética minimalista, el edificio que no desentona con la colometría del lugar y recuerda a la arcilla que aún -inacabada- da vueltas en el torno. En el interior del monolito, decenas de pantallas táctiles integradas en las paredes, entre otros elementos digitales, formaran parte de la exposición permanente de la sala principal. Pero no solo exhibirá arte o contenido informativo sobre el archivo, también albergará un auditorio donde se celebraran charlas y conferencias.

Presidiendo la bóveda, habrá un gran árbol en homenaje a la vegetación caducifolia que miles de años atrás salpicaba las islas nórdicas. De hecho, se han encontrado fósiles de hojas que datan de hace más de 200 millones de años, aunque si la temperatura sigue subiendo al ritmo actual, es posible que en poco tiempo se den las condiciones para que vuelvan a aparecer.

Snøhetta

Foto: Snøhetta

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Snøhetta

Encargado por Arctic Memory AS, los artífices de llevar este proyecto a cabo es el estudio escandinavo Snøhetta, quiénes acostumbrados a sorprender al público con edificios espectaculares, decidieron aceptar el reto de construir en un territorio tan inhóspito como las Islas Svalbard. Inspirados en las formas de la naturaleza y motivados por la idea de preservar el pasado para asegurar el futuro, tanto la bóveda como el resto de la construcción siguen un patrón minimalista definido por el trazo de líneas simples y suaves.

En lo que respecta a la identidad visual del espacio principal se han basado estructura de cuadrícula de la superficie de proyección, diseñada a partir de una rejilla tal y como puede observarse en el siguiente vídeo.

The Arc