Cuestionario modo avión

Iván Ferreiro: “En Indonesia vi cosas alucinantes, desde orangutanes hasta bosques de luciérnagas”

El músico sale de su 'Trinchera pop' para viajar por todo el mundo.

Después de una pausa larga (a veces, plácida, a veces, pandémica), Iván Ferreiro (Nigrán, Pontevedra, 1970) ha vuelto atrincherado en un nuevo álbum pop de estudio, el sexto de su caminar en solitario. Con él se ha divertido (en los momentos aburridos), se ha evadido (de la dureza del contexto) y se ha pasado a un terreno más filosófico (y menos romántico) para poner ideas en sus letras. Se ha superado, o lo ha intentado. Y hasta ha cambiado la forma de hacer canciones: primero han sido las máquinas y después los instrumentos.

Así han nacido los 10 temas de Trinchera pop, que transportan y, a veces, hasta transforman, como los viajes. Él se ha dado a unos cuantos por trabajo (Indonesia y Sudáfrica fueron una grata sorpresa), por placer (la isla de Naxos, una de las Cícladas de Grecia, el escenario de unas vacaciones perfectas) o un poco de cada (México para tocar y para disfrutar). Aunque su país favorito es Irlanda y en su deseo (culpable Lost in Traslation) está visitar Tokio. Hace ya muchos años que se instaló en su Valle Miñor. Su refugio, donde todo nace. Aunque la suya es una vida rodante entre concierto y concierto.

ivan ferreiro

Foto: WMG Spain

De Casa a Trinchera pop, ¿cómo ha sido ese viaje de siete años? Parece que calmado…
Siete años también suenan como muy rotundos, pero, realmente, desde que sacamos Casa, estuvimos casi tres años de gira y luego, cuando acabé, a principios de 2020, tuvimos la pandemia. Así que he hecho otras cosas esos siete años, pero sí que ha sido un viaje tranquilo. Me ha pasado un poco de todo, ¿no? La felicidad de la gira, luego, el aburrimiento y el horror de la pandemia… Hasta aquí. Supongo que aún nos estamos todos reponiendo un poco de la pandemia. 

¿Qué has querido meter en esa zanja musical excavada en la tierra que da nombre al álbum? 
Necesitaba, como me pasa con mis discos, tener una idea y estar excitado con algo para escribir. Al principio, con la pandemia, no tuve muchas ganas de trabajar y preferí ponerme a plantar pimientos y tomates. Me pareció como más agradable y, a medida de que iba yendo por el estudio, lo único de lo que me daba cuenta era de que necesitaba divertirme, sentir que en mi oficio tengo cosas por hacer… Está eso de que son muchos discos y, a veces, me aburro de hacer las mismas cosas, así que me dediqué a disfrutar de la música y hubo un momento en que regar plantas, echar semillas y transplantar era bastante parecido a lo que hacía en el estudio, que era divertido y agradable, me hacía pasar el día, y me di cuenta de que necesitaba escribir las canciones de otra forma, ver sobre qué quería escribir…  Al final, de alguna manera, mi vida es una especie de trinchera contra mí mismo y contra el aburrimiento. A veces, una palabra simple significa muchas cosas. Es como Casa, el nombre del anterior disco.

Indonesia
El viaje por Indonesia fue tan impresionante que cuando el músico piensa en él "me parece que a lo mejor no pasó nunca" | Foto: iStock

Que este disco fuera mejor que todo lo anterior era uno de tus objetivos cuando empezaste a trabajar en él. ¿Cómo sabe uno que lo ha conseguido?
¡Es muy complicado! Supongo que tiene que ver con hacer bien tu trabajo y con tratar de estar inspirado y que también contenga un poco de todo lo que has aprendido hasta ese momento. Y con que pienses si esa canción sorprendería al que eras en el disco anterior. ¡Algo así! Creo que tiene que ver con una competición contra uno mismo, de pensar de forma honesta si crees que lo has hecho mejor o no. Aunque mejor no significa tampoco que vaya a gustarle más a la gente ni que vaya a tener más éxito o algo parecido. Es mejor respecto a uno mismo y creo que eso pasa en todos los sitios del mundo. No es una cuestión del músico, sino de todos. El cerrajero, el abogado, el médico… Todos queremos hacer mejor nuestro trabajo. 

En esta ocasión, has cambiado el amor romántico por la filosofía. ¿Esta última aporta una emoción diferente a tus canciones?
Las canciones tienen que ser emocionantes siempre. Con la filosofía me refiero a hablar en las canciones de una manera mucho más próxima a cómo pensamos o a cómo funciona nuestro cerebro, a veces, son ideas sueltas. Y supongo que la filosofía sirve para aplicarse a todo, aunque el amor, en ocasiones, también. Creo que el amor, la tristeza, son emociones muy fuertes y con ellas es bastante más fácil conseguir la empatía del que está enfrente. Con la filosofía y con las ideas es un poco más complejo. Pero, por otro lado, me parece que si tratas de conectar, que es de lo que va todo esto, deberíamos poder conectar con cualquier tema. 

cada sitio me evoca ciertas cosas, pero, sobre todo, está relacionado con los amigos, con la gente que está en esos lugares

También los lugares nos despiertan emociones y sentimientos. ¿Cuáles lo consiguen contigo? 
A mí eso me pasa todo el rato [risas]. Me refiero a que, al fin y al cabo, mi vida tiene que ver con un viaje un poco eterno dentro de la península ibérica. Entonces, es súper curioso porque, al final, de cada lugar ya tengo recuerdos, de casi todos los lugares a los que voy. Y cada sitio me evoca ciertas cosas, pero, sobre todo, está relacionado con los amigos, con la gente que está en esos lugares. Es inevitable… Sevilla, y pienso en los amigos de allí… Barcelona, me pasa lo mismo… Pienso en Menorca, igual… Y, luego, cada uno tiene como su cosa: unos lugares son fríos y húmedos, y otros son soleados y para ir a la playa.

¿Qué lugar ocupa Vigo, donde naciste hace 52 años, en tu corazón y en tu vida?
No sé si nos pasa a todos con nuestras ciudades o, por lo menos, a mí me pasa y conozco a gente a quien también le ocurre, y es que tengo como unas emociones encontradas con mi propia ciudad. Para mí es un lugar del que he huido hace más de 20 años. Yo viví mucho Vigo, toda mi juventud y, cuando me independicé, ya no me alquilé un piso en Vigo sino que me vine a Valle Miñor. De alguna forma, quise huir de la ciudad pronto, pero tiene que ver conmigo y con quién soy, con las cosas familiares, ni siquiera creo que tenga que ver con la propia ciudad. Al final, yo relaciono Vigo con todas las cosas buenas y todas las cosas malas que me pasaron. Es súper complejo. 

Naxos
"Son de las primeras vacaciones que he disfrutado casi al 100% al encontrar un ritmo", dice Iván Ferreiro respecto a Naxos | Foto: iStock

Cuando uno viaja por trabajo, ¿las ganas de hacerlo por placer se diluyen?
Se diluyen un poco, pero tiene que ver con el cansancio físico y mental… Hotel, carnet de identidad, ¿qué habitación era la mía?, ¿la 306 o la 207? [risas], maleta, ¡ostrás, me quedé sin calcetines! Entonces, al final, cuando llegas y te dicen “oye, vámonos de vacaciones”, da pereza. Al final, yo tengo mis vacaciones en casa. Eso no quita que, cuando pasa un mes después de la gira, no tenga ganas de viajar. 

¿Qué ciudad has descubierto, muy gratamente, a raíz de un concierto en alguna de tus giras? 
Melilla. Recuerdo que fuimos Amaro y yo a tocar en acústico una vez y flipamos con la arquitectura, que me encantó; la comida, que era flipante, y la gente, que me cayó muy bien. Fue una gran sorpresa. Además, un profesor de la universidad nos iba contando toda la historia de la ciudad, la parte luminosa y la parte súper oscura, porque es una ciudad con una dualidad, con una valla… Y coincidió, además, que mucha de la ciudad está diseñada por un arquitecto que fue aprendiz o alumno de Gaudí y que es de donde yo vivo o de Vigo, no sé muy bien. Entonces, me sorprendió esa cosa de un tipo de aquí, que lo conozco de mi pueblo, que de pronto es el que ha diseñado Melilla

¿Y un concierto que haya sido todo un “viaje”? ¿Quizás el que diste en Vive Nigrán el pasado verano?
Ese fue un gran concierto, de los que transportan bastante, porque veía de reojo casi la casa de mi madre y esas cosas me impactan bastante, sobre todo, porque yo nunca sentí que tuviera muchas papeletas para que me fuera bien en la música cuando era joven. Tenía sueños, pero no me parecían muy realizables… 

¿Tienes un mejor viaje de tu vida?
Este verano estuve en Naxos, en Grecia, porque mi chica y yo necesitábamos desaparecer y tranquilizarnos, y creo que son de las primeras vacaciones que he disfrutado casi al 100% al encontrar un ritmo. Creo que, a veces, el problema es que uno tiene ganas de ir de vacaciones y los sitios a los que va tienen un ritmo distinto al que necesita. Igual son sitios increíbles, pero estás agotado o a lo mejor hay playa y tienes ganas de hacer cosas.

Shibuya, Tokio
"Es ver Lost in Translation y ya tengo ganas de ir a Tokio" | Foto: iStock

¿Cuál es tu destino más deseado de cuantos tienes pendientes?
Pues yo creo que Japón, Tokio. Tiene como algo que hemos visto en las películas. En las de ciencia ficción, en las de amor, en las de acción… Y, sobre todo, como que da esa sensación de ir a un sitio tan distinto. Es ver Lost in Translation y ya tengo ganas de ir a Tokio. 

 

Coordenadas viajeras

Iván Ferreiro

  1. ¿Adónde nos llevas si vamos al norte?

    A Irlanda, uno de mis sitios favoritos del mundo. He ido un montón de veces: a tocar y también cuando era pequeño a aprender inglés. Me alucina y me tranquiliza. Me gusta Dublín, Cork, Galway… Pero, si alguien fuera, yo le aconsejaría irse a Dublín, alquilar un coche e ir conduciendo hasta Galway. Es un sitio que te permite ir en coche, aunque vayan al revés. La gente, además, es muy amable. Nunca te vas a llevar un chasco, si te equivocas, te van a ayudar. Es un sitio muy guay.

  2. ¿Qué destino eliges mirando al sur?

    Sudáfrica, Ciudad del Cabo. Estuve allí haciendo una publicidad con una marca de alcohol y nos llevaron a unos cuantos, primero, a Indonesia, por toda la zona de Borneo, y luego nos fuimos a Sudáfrica y estuvimos en Ciudad del Cabo. Me pareció alucinante, otro sitio donde también alquilar un coche y tirar kilómetros y kilómetros para ver pingüinos y comer riquísimo. Y si quieres salir de fiesta, te lo vas a pasar genial. Me parece un gran destino. 

  3. ¿Y si vamos al este?

    Indonesia, porque realmente me impresionó muchísimo. También es cierto que fue un viaje maravilloso, organizado por una marca y con una guía estupenda. Fue un viaje soñado. Y cuando te metías en esos ríos, que parecían de Cola-Cao de lo marrones que eran, en esos barcos, y te decían que no metieran la mano porque había cocodrilos dentro… Vi cosas alucinantes, desde orangutanes hasta bosques de luciérnagas. Fue tan flipante que, aún, cuando pienso en ello, me parece que a lo mejor no pasó nunca.

  4. Toca el oeste…

    Me encanta México, me enamora. Es un país alucinante, con una gente alucinante y con una gastronomía inabarcable. Conozco muy poquito, pero me encantaría conocerlo más. A veces voy a tocar allí, no es que tenga una carrera en México, pero yo lo voy intentando [risas].

BALI EN 7 VISITAS IMPRESCINDIBLES

¿Un souvenir que guardes con cariño?
Tengo una guitarra que compré en Sudáfrica que está hecha con una lata de aceite y luego tiene un mástil con unas cuerdas. Es una guitarra eléctrica que, aunque no toco mucho, cuando la veo me da mucha alegría. Puedes enchufarla a un amplificador y haces un ruido alucinante. 

¿Un plato que tengas grabado a fuego en el paladar?
Te diría que la comida mexicana, pero hay un plato que me dejó impactado en Irlanda, que es algo así como un guiso de carne riquísima con cerveza Guinness, con zanahoria y una especie de hojaldre por encima que rompías y un puré de patata… Recuerdo que estuve unos días en Dublín y caí por accidente en un sitio para comer, pedí eso y al día siguiente volví otra vez.

¿A qué lugar le compondrías una canción?
A muchos lugares, pero uno de ellos sería Ciudad de México. 

Última pregunta, y no menos importante: ¿Por qué viajas?
Para escapar, para desaparecer de mi mundo o para que desaparezcan los demás, no lo sé muy bien.