
El resultado de haber convertido la microcervecería de Factoría Cruzcampo en una particular estación espacial es Cruzcampo Fugaz. Una cerveza artesanal experimental, con un color rojizo con luces violáceas (recordando a las nebulosas) que le otorgan la mermelada de violetas y los frutos rojos. Además, su espuma tiene una textura sorprendente. Es por el nitrógeno. El elemento esencial para la vida hoy sirve para mantener los aromas más tiempo. “Cruzcampo Fugaz es una cerveza de otro planeta”.
Esta tapa dulce representa los pasos de formación del universo a través de crujientes garrapiñados y la explosión en la boca de los peta-zeta, un bizcocho esponja de nitrógeno con sabor avellana y quenelle de helado de violeta. Todo ello terminado con unas hojitas, que llevan a la última fase, la aparición de los planetas y la vida.
Cruzcampo Fugaz y su tapa se sumarán a la oferta habitual de Factoría Cruzcampo durante el mes de noviembre. Un espacio único en el que el visitante puede disfrutar de gastronomía y experiencias cerveceras con un fin social, ya que todo lo recaudado se reinvierte en la bolsa de becas de Fundación Cruzcampo para jóvenes sin empleo.

Foto: D.R.
Eres enormemente conocido por tu labor de divulgación científica, ¿cómo llegas a dedicarte a ello?
Yo me formé como ingeniero en telecomunicaciones y con 23 años descubrí, a través del libro de física, que esa era mi verdadera pasión. Estudié la carrera como una segunda oportunidad en la vida y se convirtió en mi profesión vocacional. Otros divulgadores científicos me cambiaron la vida a mí. Vi el poder que tenía y por eso yo decidí seguir ese camino y devolver a la ciencia lo mucho que me ha dado, contribuyendo a su divulgación.
¿Qué tal la experiencia de crear junto a jóvenes talentos de la gastronomía una cerveza con vocación cósmica? ¿Contento con la experiencia y el resultado?
Fascinante. Para mí es un reto muy bonito mezclar ciencia con gastronomía en general, y con algo tan cultural en nuestras vida como es la cerveza. Yo creo que ha encajado muy bien el experimento. He salido contento. Los chicos estaban muy implicados y han trabajado mucho. Es una experiencia en la que estás aprendiendo sobre el cosmos, más allá del aula, aplicando conceptos generales de la macrociencia espacial a la microciencia particular que hay dentro de una cerveza.
Es un reto muy bonito mezclar ciencia con gastronomía en general, y con algo tan cultural en nuestras vida como es la cerveza
Hablemos de viajes espaciales. El turismo espacial parece inevitable y ha venido para quedarse. ¿Qué te parece?
Complejo. Todo apunta a que nos dirigimos a un futuro probable en el que el ser humano abandone la tierra de forma definitiva, primero para posicionarse en la Luna de forma permanente, luego hacia Marte y ya no habrá vuelta atrás. Estamos llamados a expandirnos por el universo como ya lo hicimos por la Tierra. A no ser que acabemos antes con nuestra propia existencia, claro. Si nos sobrevivimos a nosotros mismos, lo más seguro es que el ser humano salga de la Tierra y encuentre hogares en en diferentes puntos de la galaxia.

Canarias
"Cuando digo “he llegado a casa” es cuando piso tierra canaria".
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Vas de camino a ser astronauta. ¿Cómo lo estás viviendo?
Es increíble. Nada de lo que pueda imaginar se acercará a la experiencia real de vivirlo. Creo que ver la Tierra desde fuera me hará ver también mi crecimiento personal, todo lo que me ha costado llegar hasta ese momento, las ilusiones y esperanzas y las personas que me quieren. Tus ilusiones, tus miedos, tus esperanzas, tus motivaciones, tus retos, el esfuerzo, el trabajo, es lo que creo que hace que esa experiencia sea totalmente rica.
¿Tu destino favorito al norte de donde nos encontramos?
Yo nací en Burgos pero me crié en Canarias. Con 20 años me fui a vivir a Toulouse, luego a Madrid y después a Ginebra y Río de Janeiro. Soy un poco apátrida y viajo muchísimo por el mundo. Pero mi apellido es del norte de España, así que te diré que mi destino favorito es Burgos por el vínculo familiar que me une con ella.

Ginebra
"La experiencia científica más importante que he tenido en mi vida fue cuando trabajé en el CERN de Ginebra".
Foto: iStock
¿Y al sur de Sevilla, en este caso?
Sin duda, Canarias. Es mi tierra adoptiva, donde están mis recuerdos, mi aprendizaje, mis amigos. Cuando digo “he llegado a casa” es cuando piso tierra canaria.
Todos tenemos la semilla de la curiosidad por el descubrir, que nos da ese impulso hacia viajar y encontrar nuevos espacios. Incluso en el cielo.
¿Al este y al oeste?
Al este me voy a quedar con Ginebra. La experiencia científica más importante que he tenido en mi vida fue cuando trabajé en el CERN con el Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas más grande y de mayor energía que existe y la máquina más grande construida por el ser humano en el mundo.
Al oeste me quedo con todos mis hermanos de América Latina, porque es imposible quedarse con un solo país o una ciudad. Viajo mucho hacia allí y el mayor porcentaje de mi audiencia es de América Latina. Es una gente increíble. No ven imposibles, se vuelcan al máximo, dan lo mejor de sí y es impresionante cómo me hacen sentir con mi trabajo.
La última. ¿Por qué viajamos?
Viajar nos realiza como personas. Nos permite enriquecernos y aprender de lo que vemos. Viajar es una de las formas más completas de aprender. Te permite descubrir cosas nuevas. Además, viajar está en la propia naturaleza exploradora del ser humano. Siempre hemos sido exploradores y hay algo en nuestro interior que nos incita a buscar más. Todos tenemos la semilla de la curiosidad por el descubrir, que nos da ese impulso hacia viajar y encontrar nuevos espacios. Incluso en el cielo.