Las nevadas y el frío intenso del mes de enero han permitido que La Molina estrene por fin su gran novedad de la temporada: la Pista Barcelona, un descenso de 4,7 km desde el refugio del Niu de l'Àliga hasta la base de la estación, con 859 m de desnivel y un 66% de pendiente máxima. Además de la nueva pista negra, La Molina abre el primer fin de semana de febrero tres pistas más de la zona de Tosa y una en el sector de Torrent.
La pista Barcelona se inauguró en 1954 y durante los años 70 acogió numerosas competiciones de esquí alpino. Se localiza en la vertiente noreste de la Tosa (2536 m), una de las cumbres emblemáticas del Parque Natural del Cadí-Moixeró.

El telecabina que sube los 2536 m del refugio del Niu de l'Àliga, en la cumbre de la Tosa, sobrevuela uno de los enclaves más espectaculares del prepirineo catalán y también uno de los más emblemáticos para el esquí en nuestro país: la estación de La Molina, decana de los deportes de nieve desde que empezó a recibir esquiadores en 1908. La llegada del tren en 1922 a este núcleo de la comarca de la Cerdanya aceleró el desarrollo del esquí y también los servicios en la zona, pero fue el estrenó del primer remontador mecánico del país en 1943 y del primer telesilla de España en 1948 lo que impulsó definitivamente a La Molina como un referente del esquí en el estado español.

FGC Turisme
La remodelación de la pista Barcelona empezó en mayo de 2022 y se ha realizado en tres fases para poderla abrir al público esta temporada de invierno. Cuando se abrió en 1954 ya era considerada uno de los descensos más exigentes y largos del Pirineo, pero tras la reciente adecuación se coronará como la reina de las pistas negras de España por su longitud (4,7 km), desnivel (859 m) y pendiente máxima (un 66%). El trazado está en proceso de homologación por parte de la Federación Internacional de Esquí y Snowboard (FIS) para así acoger pruebas de velocidad de Copa del Mundo e incluso olímpicas.

istock
El acceso a la nueva pista será el telecabina Cadí-Moixeró, que desde 2019 alcanza la cumbre de la Tosa, donde se halla el refugio y restaurante del Niu de l’Àliga, uno de los planes invernales más populares del Pirineo oriental: el Puigpedrós y el Carlit, hacia el norte; el Puigmal y el Taga al este, Montserrat y el Montseny hacia el sur, y el Pedraforca y la Sierra del Cadí, hacia el oeste. Desde este punto se puede descender por pistas de distinto nivel, como la de Dues Estacions (azul), la Comabella (roja) y ahora la Barcelona (negra), que empalmará en la zona baja con la pista Olímpica (roja) y Volta a Muntanya Sagrada hasta llegar al pie del telecabina.