Nueva York ha añadido a su paisaje una pequeña isla de cemento que parece emerger de las aguas del río Hudson. Ubicado junto el Pier 55, un muelle en desuso por su mal estado, este parque de una hectárea se adivina como una continuación flotante del parque del Hudson River Park. El nuevo espacio verde público, que nace de la generosidad de un magnate y el ingenio de sus diseñadores y arquitectos, se abrió al público el 21 de mayo, coincidiendo con el levantamiento de la mayoría de restricciones por la pandemia en Nueva York.