Resorts que sí

Una Maldivas más ecológica ¡es posible!

El resort Gili Lankanfushi demuestra que es posible combinar sostenibilidad con placeres tropicales.

Cabañas sencillas, habitaciones flotantes y resorts de ensueño en los atolones. ¿Quién no ha soñado alguna vez en esta imagen de postal? Bien lejos de lo que nadie hubiera podido imaginar en los años 60, cuando en Maldivas no había electricidad, este conjunto de islas ha pasado a ser un destino soñado por muchos. Todo empezó en los 70, cuando un grupo de italianos se alojó en cabañas elaboradas con hojas de palmera, en lo que sería el primer hotel de Maldivas: el Kurumba. Por aquel entonces no había lujo, pero 50 años más tarde, el millón y medio de turistas anuales que aterrizan en el país más pequeño de Asia busca tranquilidad y placer. Este impresionante crecimiento turístico ha hecho que la necesidad de preservar el entorno sea un indispensable, y una tarea que resorts como Gili Lankanfushi llevan a otro nivel.

 

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GLM Aerial View of Jetty 3

Foto: GLM

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Un nuevo concepto

Gili Lankanfushi ha revolucionado el mundo de los hoteles de lujo convirtiéndose en un resort eco-chic. ¿Qué significa esto? Que aquí el diseño, la funcionalidad y el respeto por el entorno van de la mano. Lo primero que llama la atención de este alojamiento es, sin duda, la arquitectura de las cabañas suspendidas en el océano índico. A pesar de ser una imagen recurrente en las islas tropicales, este resort de Maldivas despunta por su respeto por el medio ambiente. Las cabañas están construidas con materiales suprareciclados y el complejo promete minimizar su huella ambiental con un seguimiento de planes de acción detallados para reducir el uso de energía y agua, así como una gestión eficaz los residuos. Gili Lankanfushi trabaja en estrecha colaboración con EarthCheck, el grupo líder mundial de evaluación científica, certificación y asesoramiento en el sector del turismo sostenibles, del que obtuvieron la certificación de plata en 2017.

 

 
 

GLM Jetty 2

Foto: GLM

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Con-ciencia

Como todo buen eco-resort, Gili Lankanfushi no solamente apuesta por reducir su impacto, sino también para mejorar el entorno en el que se encuentra y, para ello, cuenta con dos biólogos marinos en su equipo. Desde Gili Veshi, la principal instalación de investigación marina de la isla y el centro de todas las cuestiones que atañen a la sostenibilidad y la conservación, lideran el proyecto Coral Lines, que tiene como objetivo proteger y reponer el arrecife de la isla, mantener la biodiversidad y mitigar los episodios de blanqueamiento. Impulsado en el año 2014, el vivero ha aumentado hasta 160 líneas de coral, formadas por 50 fragmentos de coral, hasta día de hoy. El crecimiento de cada fragmento de coral es monitoreado durante un período de tres años, antes de ser trasplantado cuidadosamente al arrecife.
 
 

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Foto: iStock

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Más proyectos de protección y conservación

Asimismo, Gili Lankanfushi se ha comprometido a proteger y reponer las praderas de pasto marino de la isla y supervisa regularmente su regeneración. Conocidos como los pulmones del océano, los pastos marinos son una parte vital del ecosistema local, proveyendo el hábitat para peces, crustáceos y pepinos de mar, y siendo alimento para la población local de tortugas, además de actuar como un fuerte sumidero de carbono. Todo ello sin olvidar la estrecha colaboración de Gili Lankanfushi con varias ONG internacionales para apoyar sus actividades de conservación en las Maldivas. El equipo de biología marina asiste, sin ir más lejos, al Manta Trust fotografiando e identificando las mantarrayas encontradas en inmersiones de buceo y compartiendo la información de identificación con el proyecto Manta Ray de Maldivas (MMRP) para rastrear la población y la salud de estos animales en las Maldivas. El equipo también trabaja junto al Proyecto Olive Ridley para rescatar a las tortugas marinas que han sido heridas por enredarse en redes de pesca.
 

GLM Residence Bedroom. ..

Foto: GLM

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Ahora sí: el lujo responsable

Y, al adentrarse al interior de las habitaciones de Gili Lankanfushi, uno se da cuenta del significado de resort eco-chic. Cada pieza de mobiliario de las nuevas villas y áreas habitables está hecha a medida por artesanos expertos usando materiales reciclados y locales, como la madera de las camas. Asimismo, las tulipas están tejidas a mano con malla de alambre reciclado representando peces y tortugas marinas del entorno. Por otro lado, las lámparas colgantes han sido creadas con cestas de bambú originalmente utilizadas para la pesca de langostinos.

 

GLM Bathroom. ..

Foto: GLM

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Todo local

Las villas están diseñadas para captar la brisa natural del océano, con sistemas de intercambio de calor a contracorriente y grandes voladizos en el techo para aumentar la sombra y minimizar la necesidad de aire acondicionado. El recinto también cuenta con un jardín orgánico, uno de los más grandes de Maldivas que proporciona un suministro de verduras y hierbas frescas para la cocina. Ampliado en los últimos cinco años, el huerto ha sido transformado utilizando técnicas tradicionales de agricultura orgánica y compost creado a partir de residuos de comida de la isla. Además, todo lo que se compra proviene de productores locales, como los productos de spa provienen de proveedores orgánicos y ecológicos como Voya y Sodashi, así como de productos Meera creados en la isla a partir de extractos oceánicos y de plantas.

GLM Bathroom