Muchos son quienes soñaron su biblioteca ideal. Tal vez el más famoso sea Borges; pero también Alberto Manguel y su antigua biblioteca en un granero del sur del Loira -hasta 50.000 volúmenes que ahora ya están de camino a Lisboa, por cierto- o las grandes pilas de libros acumulados en la de Vila-Matas o la de Umberto Eco en Milán, revisada cada seis meses para no sobrepasar el volumen de libros que él encontraba ideal.
Por cierto, que Umberto Eco solía decir que “inventamos bibliotecas porque sabemos que carecemos de poderes divinos, pero hacemos todo lo posible por imitarlos”. Si en la actualidad algo se asemeja a los poderes divinos son los algoritmos. En este caso, los de la división Arts & Culture de Google, que con An Ocean of books se lanzan a configurar algo parecido a una biblioteca utópica universal: “un experimento poético en el que esperamos que te pierdas por un tiempo”, como se puede leer en la web de este proyecto juguetón.