El único huracán sin cono de incertidumbre que amenaza cada año Miami es Art Basel (del 5 al 8 de diciembre). Es casi un tifón por su capacidad para ponerlo todo patas arriba. Y es pura certeza porque es el verdadero reloj de fin de año, el único mecanismo de una ciudad sin verano ni invierno para empezar de cero, resetear y ponerse guapa. Por eso, todo lo que sucede en torno a esta fecha es una especie de prólogo del año siguiente o, al menos, un termómetro que mide la temperatura creativa y las preocupaciones de la capital latinoamericana del arte. Todo ello sin necesidad de colarse entre las galerías que llenan el modernísimo centro de convenciones de Miami Beach.