Con la tarjeta de embarque en la mano y el equipaje cargado a la espalda, no hay excusa posible para no huir de la rutina aunque sea un par de días. Facturar maletas y la incomodidad de esperar a que salgan por la cinta transportadora, convierten a la mochila en un elemento indispensable para una escapada. Las aquí propuestas son chulas, cómodas y especialmente diseñadas para subir con ellas al avión, porque por sus tamaños ninguna compañía aérea podrá decir esta boca es mía.