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Moco Museum: todo sobre el nuevo espacio artístico de Barcelona

Los galeristas Lionel y Kim Logchies abren su nueva sede con obras de Banksy, Haring, Basquiat, Warhol o Dalí en un palacio medieval reformado en el centro de la Ciudad Condal.

Mientras Barcelona pasa página al culebrón del Hermitage, el MOCO abre puertas con una iniciativa rompedora y lúdica que traerá algo de aire fresco a la agenda museística de la ciudad. Podrá sonar mejor o peor dependiendo del idioma, pero lo que no falta es franqueza: MOCO es el acrónimo de museo 'Moderno y Contemporáneo'. 

 

De eso se trata, este nuevo museo reúne en un mismo espacio obras de Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat, Banksy, Salvador Dalí, Damien Hirst, Keith Haring, KAWS, Hayden Kays, Yayoi Kusama, David LaChapelle y Takashi Murakami entre otros... O lo que es lo mismo: presenta una colección de piezas que todas juntas son algo así como el sueño húmedo de todo aficionado al arte moderno. Como dice Kim Logshies, medio en broma, medio en serio, durante el acto inaugural celebrado el pasado 15 de octubre, “si se hizo ayer, ya me está bien”. 

 

Se entiende, por tanto, que ella es la apasionada del arte contemporáneo, mientras que Lionel, su pareja, es el del arte moderno, el de los “big names”, dice exactamente. Ahora ambos, responsables de la Lionel Gallery de la Spiegelstraat en la capital holandesa, han traído a Barcelona el mismo concepto de museo inclusivo que estrenaron en Ámsterdam en 2016 y esperan el mismo éxito de público: cerca de 2 millones de visitantes, de 120 nacionalidades diferentes avalan su concepto.

 
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Invader RubikJamesBondGirl

Foto: MOCO MUSEUM

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'nvader frente a Picasso

Entre los siglos XIII y XV, la calle Montcada concentró lo más granado de Barcelona. Era el lugar soñado por los grandes mercaderes para edificar sus hermosos palacios. Ahora, limítrofe al Born, es una de las calles más transitadas por el turismo que comienza a llegar de nuevo a la ciudad tras el parón de la pandemia. Cuando aún las tiendas están levantando las persianas, un grupo de estos turistas se detiene frente a una indicación que señala la dirección para llegar al Museo Picasso y Santa María del Mar. Quedan a tan solo unos pasos, pero hacen un corro para escuchar al guía que les adelanta en inglés lo que van a ver. Lo más probable es que no lo sepan aún por la novedad, pero Picasso y el Museu Etnològic i de Cultures del Món tienen un nuevo vecino, el MOCO Barcelona. 

 

Si la visita del grupo de turistas incluyera a este nuevo museo de la ciudad, lo primero que verían tras cruzar el patio de entrada sería un llamativo mosaico. Si se fijaran un poco en él verían que no está formado por teselas tradicionales, sino por cubos de Rubik que, si se separaran un poco, entrecerraran los ojos o, sencillamente, vieran a través de la pantalla de su móvil antes de hacerle una foto, comprobarían que están colocados intencionadamente para formar el dibujo de tres chicas Bond. La colocación justo en la entrada de esta obra de arte del parisino Invader, una de las estrellas del street art internacional, es toda una declaración de principios del museo, del tipo de arte que se encuentra en su interior, de la atmósfera de sorpresa que van dejando las 41 piezas que forman la colección expuesta al paso de los visitantes. Un 20 % de ellas son propiedad de los fundadores; el resto, préstamos a largo plazo de artistas y otros coleccionistas de arte.

 
GuillermoLorca TheEncounter

Foto: MOCO MUSEUM

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Arte moderno con corazón gótico

“Para nosotros todo comienza en un edificio…”, explica Kim Logshies como una perfecta anfitriona en el patio del museo. Situado en el número 25 de la calle Montcada, la nueva sede de MOCO Museum replica el noble origen y ubicación de la sede de Ámsterdam, situada en la Villa Alsberg, una antigua mansión del 1904, junto al Rijksmuseum y el Museo Van Gogh. Ambos edificios provienen de la élite social de sus respectivas épocas históricas y ambos han sido abiertos al público gracias al arte, previo pago de la entrada (en Barcelona, la general es de 16,50 €).

 

Cuenta Kim Logshies que para la sede barcelonesa, su pareja Lionel y ella escogieron el Palacio Cervelló, la antigua residencia privada que la familia aristocrática de los Cervelló disfrutó prácticamente desde la Edad Media hasta el siglo XX. Los dos se enamoraron del edificio. Un amor a primera vista que, de momento, han formalizado bajo contrato de arrendamiento por un tiempo de 20 años. El Studio Pulsen ha sabido recuperar el espíritu palaciego del edificio, adaptándolo a las necesidades que requiere un espacio expositivo moderno. El efecto de la restauración es un concepto artístico en sí mismo: un cuerpo gótico -ahí están los amplios arcos de medio punto, las techumbres de madera, los balcones volados sobre las salas, el patio integrado en la exposición- alberga el arte más vibrante y contemporáneo del momento, como si continente y contenido estuvieran evidenciando la línea temporal que une al arte entre los siglos. 

 
MocoMasters Opie Miller LaChapelle

Foto: MOCO MUSEUM

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Maestros del MOCO

De origen local a impacto global, así define MOCO Museum las obras icónicas que se pueden encontrar en la sala de maestros modernos en la planta baja. Justo al entrar, dejando atrás la pieza Sacred Heart de Damien Hirst, un famoso corazón de toro disecado con alas de plumas y atravesado por un cuchillo que en su día perteneció a Geroge Michael, se puede ver en uno de los laterales un gran mural del artista Hayden Kays. Sobre un fondo rosa que recuerda al rosa chicle que es insignia del museo hay uno de los famosos (e irónicos) textos escritos a máquina de este artista británico en el que se lee: “si crees que la sexualidad es una elección, ¿cómo explica el hecho de que a las mujeres todavía les gustan los hombres?”. 


Junto a esta obra de Hayden Kays se puede leer en un panel explicativo una frase del artista con resonancias de credo: “El arte puede abrir puertas, el arte realmente puede conmoverte, el arte me ha traído aquí, el arte me pone en movimiento, creo en el arte y él solo es escéptico conmigo”. Para muchos visitantes, MOCO Museum será eso, una puerta de acceso al complejo mundo del arte moderno y contemporáneo, la posibilidad de conocer obras de Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat, Banksy, Salvador Dalí, Takashi Murakami, David LaChapelle (de quien se expone la única foto de la muestra, La última cena) o Keith Haring, del que, por cierto, hasta ahora en Barcelona solo se podía ver el famoso mural contra el SIDA que pintó en 1989 en el Raval antes de dejar la ciudad: el arte puede conmover, poner en movimiento. En definitiva, el arte, tal como señala el propio slogan del museo, puede cambiar el mundo

KAWS Room

Foto: MOCO MUSEUM

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Bienvenidos a la CONTEMPORANEIDAD

Después de subir las escaleras del patio gótico, una serie de siluetas minimalistas se unen al visitante a lo largo de un pasillo. Parecen también ir ellas al encuentro de más sorpresas en las diferentes salas del museo: se trata de una instalación de vídeo del colectivo francés Les Fantômes que capturó el movimiento de parisinos reales que paseaban por las calles. Adelanta Kim Logshies que la intención es que se vuelva a repetir la pieza con personas reales de Barcelona: meter de algún modo la ciudad dentro del museo. 

 

Las siluetas fantasmas acompañan hasta una sala rematada por un bello techo artesonado de madera original del palacio, donde se expande el mundo colorido y pop de KAWS. Curiosamente, el estadounidense aterriza en MOCO a la vez que en Fortnite, donde los usuarios podrán hacerse con el esqueleto del famoso Companion para jugar. Una frase del artista protagoniza una de las paredes -una estrategia de cartelería para comunicar directamente con el público más jóven del museo-. Se puede leer en inglés: “Se trata de poner el trabajo delante de la gente y crear un diálogo”.

 
Banksy 10Monkeys CCTV

Foto: MOCO MUSEUM

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Los 10 monos de Banksy

Quien es un especialista en crear diálogo es el británico Banksy, el delantero y reclamo indiscutible de esta especie de dream team que forma las piezas de MOCO Museum. De él se pueden ver una selección de seis obras representativas de toda su carrera: está desde su famosa niña con globo aparecida por primera vez en 2002 -el momento decisivo es ambiguo: ¿Suelta la niña el globo o quiere atraparlo porque se le escapó?- a Home Sweet Home, uno de sus famosos óleos manchados, pasando por Bullet hole bust, interpretación a lo Banksy del mito de David y Goliat, ¿o será una figuración de la muerte del arte clásico?, que una vez decoró el salón de la mansión de Brad Pitt y Angelina Jolie… Para acabar con posibles controversias que suelen acompañar a las exposiciones de Banksy, todas las obras que se ven en el museo tienen el certificado de autenticidad de Pest Control, la única entidad oficial para autentificar las obras del artista.

 
GuillermoLorca TheBigBear TheEmpress

Foto: MOCO MUSEUM

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El mundo de Guillermo Lorca

Tras el clímax alcanzado con Banksy se llega a la sección temporal del museo. Para su estreno se ha escogido el mágico, oscuro y barroco universo de Guillermo Lorca. Esplendor de la Noche es la primera muestra europea individual de este artista chileno, comisariada por Simon de Pury. Estará durante un año en Barcelona, una maravillosa oportunidad para adentrarse en las inquietantes y románticas escenas narrativas llenas de detalles oníricos que el artista confecciona al modo de los grandes maestros del Barroco.

StudioIrma DiamondMatrix

Foto: MOCO MUSEUM

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Lo + novísimo

Desde la escultura de Dalí a la instalación de Cyrirl Lancelin que se puede ver en el patio interior del museo, son 41 años del arte moderno y contemporáneo más rabioso. Sin embargo, MOCO Museum da un paso más en las últimas tendencias artísticas. Lo hace trayendo experiencias como una instalación del popular colectivo TeamLab (arte digital para abrir los sentidos) o la sorpresa final que ha preparado Studio Irma, Diamond matrix (una infinita sala de juegos al modo de un caleidoscopio. Llamará poderosamente la atención la pequeña sala dedicada al fenómeno de tokens no fungibles (más conocidos como NFT’s), el primer espacio de este tipo de arte digital que se puede ver en Europa. No falta una de las obras del famoso Beeple, el autor que recientemente vendió uno de sus criptoactivos por 57 millones de euros: las infinitas posibilidades de lo digital son aún una incógnita, pero como dijo Kim Logshies al inicio de su recorrido por el museo, “si se hizo ayer, ya me está bien”.