Kartause Ittingen

El monasterio de Suiza que se ha transformado en hotel, restaurante y finca autosuficiente

Gracias a la labor de varios productores, esta cartuja se ha convertido en un polo gastronómico y creativo imprescindible.

Existe un rincón en el nordeste de Suiza, concretamente en el cantón de Turgovia, donde las raíces monásticas calaron tan fuerte que hoy, ya sin monjes, se han convertido en la esencia de la cartuja de Ittingen (Kartause Ittingen). En una colina por encima del valle y del río Thur, este antiguo monasterio aflora en medio de un manto de vides y huertos como un centro cultural y culinario. Tras varios trabajos de restauración, el antiguo convento hoy alberga galerías, bodegas, dos museos, un hotel, un mercado, un restaurante, salas de reuniones... donde reina la paz y la tranquilidad a escasos minutos de Frauenfeld y del Lago Constanza.

 

 

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KARTAUSE ITTINGEN

Foto: Kartause Ittingen

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Esencia monástica

Basta cruzar el umbral de los arcos de los muros del monasterio para darse cuenta de la excepcionalidad de este lugar, donde antaño vivían los monjes cartujos. Sin embargo, el monasterio fue fundado en 1150 por los canónigos regulares, hasta que en 1461 pasó a manos de la Orden de la Cartuja. Tras años de inestabilidad, entre 1867 y 1977 la finca fue propiedad privada de la familia Fehr, que gestionó el antiguo monasterio y sus tierras como empresa agrícola durante varias generaciones. Después, la propiedad pasó a manos de la fundación benéfica Kartause Ittingen y, entre 1979 y 1983, se restauró por completo.

Kartause Ittingen

Foto: Ivo Scholz

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Un destino cultural y gastronómico

Desde entonces, el monasterio se ha convertido en un destino culinario y cultural; en un innovador negocio con más de 200 empleados que ha dado una nueva vida a las viejas murallas sin perder ni sus raíces ni su esencia. Enclavados entre bosques, huertos, viñedos y campos, los monjes cartujos vivían fieles a sus reglas sagradas: el autoabastecimiento, la asistencia, la espiritualidad, la hospitalidad, la educación y la cultura. Valores monacales que todavía se conservan.

Kartause Ittingen

Foto: Kartause Ittingen

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El autoabastecimiento como valor

Uno de los valores que más intacto ha llegado hasta la actualidad en la cartuja es el autoabastecimiento. En sus casi 100 hectáreas de tierra atesora campos de cereales y hortalizas, vides, cría de ganado y piscifactoría, así como dos hectáreas de lúpulo del que se elabora la cerveza Ittingen Klosterbräu. Gracias al autoabastecimiento, el restaurante ofrece un menú kilómetro 0. El 90% de los vinos que ofrecen también han estado elaborados en su terreno, entre los que destaca el Pinot Noire (Ittinger Eiche), y aproximadamente la mitad de sus productos cárnicos proceden de su carnicería. Gracias a todo esto, en Kartause Ittingen se respira un espíritu regional excepcional.

Kartause Ittingen. Autoabastecimiento

Foto: Kartause Ittingen

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El producto estrella: la trucha arcoíris

Pero si hay un producto que causa sensación más allá de la región, este es la trucha arcoíris de Ittingen. La piscifactoría, así como la cría de ganado y todos los pozos del Kartause, se alimentan exclusivamente con agua del propio manantial de Ittingen, donde crecen las truchas durante dos años. Esta práctica toma todavía más valor en un momento en el que la pesca de proximidad parece más necesaria que nunca. De hecho, desde la propia organización defienden que con sus productos contribuyen a reducir el CO2 de sus emisiones.

Kartause Ittingen. Queso

Foto: Kartause Ittingen

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De la lechería a la mesa

En la piscifactoría, los valores de proximidad van estrechamente unidos a la sostenibilidad, tal y como sucede con los productos lácteos que producen. Cuenta con una lechería propia a escasos 400 pasos del establo, donde se elabora crema, yogur, quark y nueves tipos de quesos diferentes a partir de la leche. En este proceso de elaboración está presente la sostenibilidad y el autoabastecimiento y, siempre que sea posible, también la innovación: el suero que queda después de hacer el queso no se desecha, sino que se devuelve al ganado como complemento nutritivo del alimento. Los huéspedes que así lo deseen, pueden conocer cómo es este proceso e incluso elaborar su propio queso. 

Restaurant Mühle

Foto: Kartause Ittingen

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Mühle, el restaurante donde todo es de temporada

Todos estos productos pueden encontrarse en la tienda y en el restaurante Mühle, que se caracteriza por su histórica rueda de molino de más de cien años de antigüedad que preside el comedor. En los fogones y bajo la dirección de Jürgen Stöckel, se elabora una amplia variedad de platos con productos de temporada. Por eso, la oferta varía en función de los alimentos disponibles en la granja, la quesería, la carnicería, la panadería, la piscifactoría, la huerta y la bodega en cada momento del año, siguiendo la tradición monástica de autosuficiencia. Los ingredientes que no se pueden obtener dentro de Kartause Ittingen, se compran en negocios locales.

Ochsenstall Bar

Foto: Kartause Ittingen

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Ochsenstall Bar y los licores monásticos

El restaurante cuenta también con un acogedor jardín para comer al aire libre cuando el tiempo lo permite. Y, antes o después de comer o cenar, los huéspedes del hotel pueden acercarse al Ochsenstall bar, donde encontrar los vinos de la bodega Kartause Ittingen y la cerveza Ittingen Klosterbräu, así como una gran selección de licores finos producidos exclusivamente en Suiza o en otros monasterios europeos.

Kartause Ittingen

Foto: Kartause Ittingen

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Mucho más que un hotel

El antiguo monasterio cuenta con 68 renovada habitaciones rodeadas de patios y un amplio jardín donde desconectar. Los huéspedes pueden, aparte de degustar los productos locales, visitar el Museo de Arte de Thurgau, uno de los seis museos gestionados por el Cantón de Turgovia, y el Museo de Ittingen, donde conocer de cerca cómo vivían los monjes. Además, es posible alquilar bicicletas para recorrer el entorno y visitar la impresionante iglesia barroca.

Kartause Ittingen

Foto: Kartause Ittingen

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Seminarios y actividades

En este excepcional entorno, Kartause Ittingen alberga un centro cultural y de seminarios. En total, dispone de 25 salas para talleres, conferencias y congresos ya se apara grupos pequeños o para cientos de personas. Una de las salas de seminario más especiales es la fábrica de ideas, un taller inspirador y equipado que invita a pensar y a poner en práctica ideas poco convencionales.

De entre las actividades que se ofrecen, los huéspedes pueden escoger entre: degustación de vino, elaboración de quesos, paseos y meditación por el bosque, talleres en el museo del arte de Thurgau, visitas guiadas al monasterio e incluso apuntarse a yincanas o a hacer una fondue en el bosque.