Existe un rincón en el nordeste de Suiza, concretamente en el cantón de Turgovia, donde las raíces monásticas calaron tan fuerte que hoy, ya sin monjes, se han convertido en la esencia de la cartuja de Ittingen (Kartause Ittingen). En una colina por encima del valle y del río Thur, este antiguo monasterio aflora en medio de un manto de vides y huertos como un centro cultural y culinario. Tras varios trabajos de restauración, el antiguo convento hoy alberga galerías, bodegas, dos museos, un hotel, un mercado, un restaurante, salas de reuniones... donde reina la paz y la tranquilidad a escasos minutos de Frauenfeld y del Lago Constanza.